Cincuenta y uno| JungKook

5.1K 163 5
                                    

Recomendación: Escuchar la canción "Mermaid" del grupo surcoreano "Bolbbalgan4"

JungKook se acerca sigilosamente al mar. Y comienza a silbar con el propósito de que ella pueda escucharlo.
Pero al parecer no hay respuesta alguna.

Pss, Dal, ya llegué—murmuro bajito JungKook con el miedo de ser descubierto.

La peliazul tardó en aparecer pero cuando se acercó a el castaño este sintió su pecho inflarse al compás de la cola rota de Dal.

—Lamento aparecer hasta ahora, JungKook—hablo por fin—es solo que han ocurrido algunos problemas y mi padre no me ha dejado salir a la hora acordada.

Dal sacudió su cabello y nadó hasta llegar a las piernas arrodilladas a JungKook, JungKook sabía que significaba.

Debía sentarse el borde de la arena para que la sirena pudiera tomar lugar a su lado.

Si, Dal, era una sirena. Y conoció al amor de su vida salvándolo.

Aquella tarde soleada de Mayo Jeon JungKook se dirigió a la playa sólo, como le gustaba andar casi todo el tiempo.

Sin embargo no se sentía bien, su cabeza dolía pero acudió a aquel lugar creyendo que el agua, el sonido relajante de las olas y los rayos del Sol calmaría su pesar.

JungKook era el menor de su grupo de amigos.
Los niños no deben de separarse de los adultos.

Pero Jeon era un niño grande, con cabellos castaños cayendo en su mojada frente gracias al sudor provocado por el caluroso verano, los lunares de su piel parecían pequeñas estrellitas pérdidas en un gran universo.

Su blanquecina piel comenzaba a tomar un color moreno por desobedecer a ponerse algún bloqueador mientras que sus pequeñas pestañas cargaban gotas de agua.
Por otro lado, sus piernas y brazos parecían casi lampiños mientras su firme abdomen era adornado por una línea de vellos claros que terminaba hasta que comenzaban sus shorts azules. Azul, como su color favorito y como el cabello de la chica que se presentaría frente a él.

JungKook era un niño con cuerpo de adulto y de eso no quedaba duda alguna.

El castaño se lanzó al gran mar a nadar, se sentía tan libre cuando practicaba aquella actividad...Sin embargo bajo mucho, más de lo que debía, y cuando quiso salir sintió un par de manos alrededor de sus tobillos.

No entendía que pasaba, ni quería entenderlo, pensó que era su fin. La cabeza le palpitaba, supuso que los oídos le explotarían ante la presión. Pero no podía gritar porque se ahogaría, no podía pedir ayuda porque su cuerpo no se veía...

Cuando JungKook despertó no podía creerlo. Estaba rodeado de agua, no sentía presión en sus oídos, tampoco el agua en sus pulmones.

Aún no se recuperaba completamente cuando miro que una chica jalaba su mano hacia arriba. Dejando atrás la profundidad.

No podía ver bien su cara, ya que la rapidez de lo impedía. Solo observó los tiernos caireles azules que caía en su blanca espalda y sonrió para después desvanecerse de nuevo.

Cuando abrió los ojos por segunda ocasión fue gracias a la expulsión de agua por medio de una ruidosa tos que lo hizo incorporarse. Volteo hacia todo lado buscando a la chica que había salvado su vida pero ella se sumergía de nuevo.

JungKook pensó que ella podía ahogarse pero entonces miro una gran cola con escamas y bordes del tono de su cabello además de destellos morados. JungKook pensó que estaba delirando, pero no. Dal era una sirena.

No fue fácil cruzar camino con ella. Ni siquiera porque el niño de ojos de venado iba todos los días a gritar "sirena" como si ella pudiera hacer presencia de repente.

La primera vez que JungKook la miro fue cuando ella salió a callarlo.

—¿podrías callarte?—pidió—mi padre piensa que es mi culpa que grites lo mismo todos los días. Si sigues haciéndolo me prohibirá salir de nuevo, ¿Sabes qué significa eso?—preguntó.

JungKook asintió.
—Sé que significa—dijo pensando en su vida diaria—sólo quería volver a verte, y agradecerte—sonrío.

Dal también sonrió, tenia una sonrisa muy contagiosa la persona que estaba frente a ella.

—De nada...
—JungKook—interrumpió.
—De nada, JungKook, solo cuídate un poco más, ¿vale?—hablo mientras movía su cola.

JungKook no pudo pasar de largo eso, y ella lo notó.

—Tampoco le digas a nadie que has visto a algo como yo—pidió con ojos entrecerrados—de lo contrario mi padre me matará.

JungKook la miro a los ojos.

—Con una condición.

Dal volteo los ojos bufando.

—¿cuál?—preguntó.

—Hay que vernos de nuevo—dijo enmarcando sus blancos dientes a lo que su sirena asintió feliz.


1/2.

Holaaa! Mina aquí.
¿Qué les pareció la primera canción para el Soundtrack del juego? Yo la ame, fue otro regalo después de " ", ¿no creen?
Creo que me he enamorado por milésima ocasión de la voz de Jimin 🥺💙

Preguntaaaaa, ¿Quién es su Bias?

Bang Bangtan| ReaccionesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt