Primer día

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Es mi primer día de clases. Desde el viernes gracias a Molly conseguí aprender a manejarme por todo el campus, lo más importante; la cafetería. Mi compañera de cuarto dice que soy como un animal enjaulado; no sabe cuánta razón tiene. Es bastante genial, va apuntanto mentalmente todas las “cosas extrañas” que hago: siempre tengo la ventana abierta, necesito aire, me levanto demasiado temprano, estoy todo el rato en movimiento, si llevo zapatillas suele ser los primero que me pongo antes de nada, casi nunca llevo sujetador…esto último lo solucionamos en un pequeño viaje al centro comercial, dios…son incómodos, pero necesarios según ella, llevo veinte años sin usar uno, y no he muerto. Inspeccionamos  todas las actividades fuera de horario y decidimos apuntarnos a baile juntas, así como al gimnasio de la universidad. Esto último fue un completo desastre para Molly, no aguanta nada corriendo. Así que decidí que íbamos a salir a correr todos los días, ya que yo odio estar en espacios cerrados, y correr frente a una pared, es lo más estúpido que nunca vi.

Oh si, y pude descubrir que eran las “pijas” en todo su esplendor. Madre mía, es más extraño que lo de correr en la cinta. Además te observan como si fuesen leonas, más bien es como hienas, por la risilla y esos cuerpos totalmente escuchimizados, pero posiblemente peligrosas. A Molly le encanta cuando hago este tipo de comparaciones, y mi acento extraño ¿tengo acento? Dice que parece que estoy cantando mientras hablo.

Una vez nos hemos despedido tras desayunar con un beso en la mejilla nos separamos, y cada una va a su clase. Hoy me puse unos vaqueros negros ajustados, odio llevar ropa larga en las piernas, supuse que si estaban más pegados a ellas serían como una segunda piel, estaba en lo correcto. Una camisa blanca de tirantes prestada por Molly, por lo que me queda un poco por encima de la cintura, y unas zapatillas blancas.

Me dirijo hacia Historia de la fotografía, dos horas largas. Pero en lo único en lo que puedo pensar es en mi segunda clase, Culturas y sus colores. Suena fascinante, y es en lo que mi madre se especializó.

Para cuando entro en el aula ya hay pequeños grupos de personas sentados en sus sitios. Me concentro en un asiento libre que hay en el medio justo al lado de las escaleras y espero a que entre el profesor. 

Como decía; una clase larga y aburrida.

Recojo mis cosas y las agrupo en la bandolera que me dio Michael.

-           Hola- levanto la cabeza y observo a un chico larguirucho frente a mí.

-           Hola- respondo mientras me levanto y cuelgo las cosas en mi hombro.

-           Soy Alex, no te había visto antes por aquí.

-           Sí, he sido transferida. Soy NyMa.

-           ¿Nieemaa?- otra vez.

-           No, Ny-Ma, tal cual suena se escribe.

-           Oh, genial, ¿qué tienes ahora?

-           Culturas y sus colores.

-           Perfecto, yo también, es una clase sensacional, al igual que el profesor- me dice.

-           Sí, es la que más emocionante me parece, aunque no haya estado todavía.

-           Pues entonces creo que incluso superará tus expectativas.

Le devuelvo la sonrisa y caminamos juntos hacia el siguiente salón. Al entrar veo toda la pared empapelada de maravillosas fotografías de todo el mundo. Reconozco todos los lugares por las fotos e historias de mi madre. Pero la que más llama mi atención es una imagen que ocupa todo un lateral del aula.  Y solo tengo una palabra para ella “casa”.

Un increíble atardecer de los colores más hermosos que nunca puedas imaginar, naranjas, rojos, rosas, es como una paleta de colores cálidos, son los colores de mi casa. Una acacia africana contrapuesta al sol en un lateral y un magnífico león observando como el sol es sumergido en el horizonte.

-           ¿Hermoso cierto?- me sobresalto por la voz a mi lado. Un hombre de unos cuarenta años observa mi expresión mientras desvió la mirada de la fotografía.

-           Si, disculpe, solo estaba…

-           No te disculpes, esas son las emociones que buscamos los fotógrafos ¿no?

-           Si- giro a mi alrededor y veo como todo el mundo está en silencio observándonos- Lo siento- me disculpo otra vez para dirigirme al asiento vacío al lado de Alex

AFRICANAWhere stories live. Discover now