Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||

Capítulo 44

— ¿Por qué no me dijiste nada? —Inquiero pasando una de mis manos por mi cabello —Dave somos amigos, probablemente los mejores amigos y estas cosas no se ocultan, yo...

—Yo sé que tú no me ves de la misma forma y lo entiendo pero solo no puedo con la idea de que tú y ese imbécil estén juntos. Eres demasiada mujer para él Montserrat, tienes que darte cuenta.

Niego mientras clavo la mirada en la alfombra color rosa que se encuentra bajo nuestros pies. Una sonrisa triste se apodera de mis labios mientras levanto de nuevo la mirada.

—Me gustaría como no tienes idea que fueses capaz de entender los sentimientos que tengo hacia Jack. Él es el hombre con quien quiero estar ahora Dave, no puedes pedirme que cambie de opinión porque ya he tomado mi decisión. Amo a Jack Morgan, no puedes hacer nada para cambiar eso.

Él luce decepcionado, me da la espalda por algunos segundos y luego hace algo que me toma totalmente por sorpresa sin darme tiempo para reaccionar.

Dave me besa.

JACK

— ¿Crees que deba de subir? —Inquiero hacia Blake quien se entretiene comiendo unas papas fritas que seguramente ha robado de la alacena de Montse.

—No lo sé —Responde él —Amigo hace algunos minutos le estaba diciendo a tu chica que tiene que confiar en ti porque te estás esforzando, creo que lo mismo debes de hacer tú. Si Montserrat ya te dijo que quiere estar contigo y que te quiere, entonces no debes de preocuparte por nada. Ese chico no significa una amenaza para ti.

—Tienes razón —Comento —Pero no sé que puedan estar hablando ahí arriba, ese chico tiene el poder sobre Montse como para poder hacerla cambiar de opinión, sé que lo quiere y que para ella Dave es importante, por lo mismo valora tanto la opinión de ese idiota. No quiero arriesgarme a que él esté inventando algo ahora mismo como para ponerla en mi contra.

— ¿No crees que...?

No termino de escuchar a mi mejor amigo porque ya estoy caminando hacia la habitación de nuestra nena, mis pasos son rápidos, cuando me encuentro a unos pasos de distancia soy capaz de escuchar el suave susurro de sus voces, algo me dice que me detenga a escuchar, o si quiera que avise de mi entrada pero no lo hago, mi parte impulsiva toma el control y simplemente giro el pomo de la puerta y entonces lo que veo me deja completamente helado.

Dave la está besando.

Creo que jamás había experimentado tanta furia en mi vida, siento como la sangre me hierve, mis manos se hacen puños de manera casi instantánea y cuando estoy por decir algo, Montse reacciona.

Estampa su mano con fuerza sobre la mejilla de Dave, haciendo que este retroceda un paso y luego mire con incredulidad a mi chica.

Es en ese momento cuando ambos reparan en mi presencia, el enojo que fui capaz de distinguir en los ojos de Montse se esfuma en cuanto me ve, para ser sustituido por el temor.

—Vaya amigo, tú sí que no pierdes oportunidad —Mascullo caminando hacia donde ellos se encuentran. —Agradece que nos encontramos en la habitación de mi hija porque si no ahora...

— ¿Si no qué? —Inquiere con desdén —Montserrat es demasiada mujer para ti, es una verdad que ambos están intentando ignorar pero eso tarde o temprano tendrá que comprobarse —Mascullo —Deberías de tener los pantalones suficientes como para alejarte de ella, tu sabes todo el daño que le hiciste Jack.

—Tengo los pantalones bien puestos pero no para alejarme de ellas, si no para luchar por estar a su lado Dave. Tienes razón, sé que he cometido muchos errores pero ahora mismo estoy intentando remediarlos, y no voy a permitir que tu ni ningún idiota venga a estropearlo. Ni si quiera porque se trate de alguien a quien Montse aprecia.

Me repito una y otra vez que estoy en el cuarto de mi hija, que ella duerme a menos de dos metros de nosotros y no debo de perder el control.

—Vete —Mascullo haciendo que él sonría y las ganas que tengo ahora de golpearlo se intensifican.

—No eres nadie para correrme de aquí —Masculla con burla

—Dave vete, creo que se ha dicho suficiente entre nosotros —Ahora es Montse la que habla, él no luce para nada contento con su intervención.

—¿Me estás corriendo? ¿De verdad? —Cuestiona con incredulidad —No es a mí a quien debes de echar de aquí Montserrat ¿Por qué rayos no te das cuenta?

—Ha sido suficiente Dave —Intervengo comenzando a perder la paciencia —No quiero que sigas aquí, Montse ya te dijo que te marches, si no lo haces ahora mismo seré yo quien te saque del departamento —Amenazo.

—Te arrepentirás Montserrat, te demostraré que te estás equivocando con él —Sentencia antes de cruzar por mi lado chocando su hombro contra el mío con fuerza, azota la puerta y las ganas que tengo ahora de ir tras él y golpearlo me asaltan.

Gracias al cielo Hannah no despierta. Un suave tacto hace contacto contra mi brazos, cierro los ojos por un par de segundos antes de girarme hacia ella.

—Jack...lo que viste hace un momento no es realmente lo que parece. Te juro que...

No la dejo terminar, tomo una de sus manos para atraerla a mi cuerpo.

—Ven aquí —La atraigo contra mi pecho, cerrando los ojos cuando siento el contacto de su cuerpo contra el mío.

—Sé que no has sido tú la que lo ha provocado, simplemente no pude evitar enojarme al verlo besándote —Pronuncio cuando me separo de ella. —No sabes como quería golpearlo en ese momento nena.

— ¿Estás enojado conmigo? —Cuestiona en un susurro.

— ¿Cómo podría estar enojado contigo tonta? —Inquiero con una sonrisa —Te quiero demasiado como para enfadarme contigo. Pero Dave es otro caso, si lo veo de nuevo por aquí...

—Hey, tranquilo —Pronuncia ella con una pequeña sonrisa —Dave y yo tenemos una plática pendiente, pero nada de lo que viste volverá a repetirse cariño y nadie podrá hacerme cambiar de opinión sobre lo que he decidido ¿Entiendes? Absolutamente nadie. ¿Y sabes por qué? —Cuestiona colocando una de sus manos a los costados de mi rostro.

—Porque te amo Jack Morgan, te amo como probablemente nunca he amado a alguien.

Y eso, eso me sorprende incluso más de lo que lo ha hecho ver el beso de hace algunos minutos.

Porque no era algo que esperara escuchar, en lo absoluto.

Montserrat Lewis me ama, y mi corazón no puede con semejante noticia.  

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