26.- No necesito explicaciones. (*)

67.6K 3.9K 303
                                    

Montserrat

Me encuentro nerviosa y no sé exactamente a que se lo debo. Probablemente sea porque Jack Morgan se encuentra sentado a mi lado, esperando por entrar al consultorio con la doctora para saber cómo está nuestro bebé.

Jack me había llamado una noche antes, para recordarme que esta vez sería él quien me acompañaría. Sabía que en el fondo él quería tanto estar aquí como yo quería que él me acompañara. Tomo una inhalación profunda para después soltar el aire poco a poco en un intento inútil de calmar mis nervios. ¿Por qué rayos me encontraba tan nerviosa?

— ¿Estás bien? —Centro mi atención en Jack, él me observa con curiosidad esperando una respuesta de mi parte.

—Lo estoy —Respondo colocando una pequeña sonrisa en mis labios. Jack asiente, me observa por un par de segundos más antes de centrar su vista en el celular que sostiene entre sus manos.

Lo observo por algunos segundos antes de atreverme a desviar la mirada, no quería que él me descubriera observándolo. Los segundos pasan con lentitud, nuestro turno era el siguiente por lo que esperaba que la espera no se prologara tanto.

Escucho a Jack suspirar a mi lado, volteo para observarlo y noto como rueda los ojos cuando lee algunos mensajes en su celular. No quiero preguntar qué sucede, no quiero parecer entrometida. Jack guarda su celular dentro de uno de sus bolsillos, pero no pasa mucho rato hasta que este suena.

Intento mirarlo con disimulo, cuelga la llamada, pero el sonido vuelve a escucharse.

— ¿Por qué no respondes? —Me atrevo a preguntar al fin. Jack me observa por unos segundos antes de negar.

—No es importante, puede esperar—. No hay que ser demasiado inteligentes para saber que ese no es el motivo real para que no responda las llamadas.

Gracias a Dios, antes de que la curiosidad pudiese más la chica de la recepción anuncia que ahora es nuestro turno para pasar. Me incorporo tomando mi bolso para colgarlo sobre uno de mis hombros, me encamino hacia el consultorio de la doctora, corroborando antes que Jack camine detrás de mí.

—¿Es normal sentirme tan nervioso? —inquiere. Una pequeña sonrisa se filtra en mis labios.

—Es más que normal, yo no he podido quitarme esa sensación desde que llegamos —confieso.

Nos detenemos frente a la puerta correspondiente y dejo unos golpes sobre la puerta. Cuando la voz del otro lado indica que podemos pasar, tomo el pomo de la puerta para abrirla. La doctora nos recibe con una cálida sonrisa como es de costumbre.

—Hola Montserrat —Saluda ensanchando su sonrisa —Hola. —Saluda ahora dirigiéndose a Jack.

—Mucho gusto, Jack Morgan —Responde él con una sonrisa.

—Hola doctora—. Es mi turno de saludar.

— ¿Cómo han estado tú y ese bebé? —Inquiere sonriente— ¿Alguna molestia? ¿Mareos?

—No, nada de eso. —respondo —Me he sentido bastante bien.

La doctora asiente mientras comienza a escribir en una de las hojas de la carpeta que se encuentra frente a ella. Las preguntas rutinarias continúan, me pregunta sobre mi apetito, sobre si he tenido vómitos o náuseas y tras negar todo lo anterior, indica que podemos pasar a la parte de atrás del consultorio para ver a nuestro bebé.

Es hasta ese momento en el que Jack pareciera tener un colapso nervioso, tomo una de sus manos para dejar un apretón, él me regala una sonrisa nerviosa y me veo obligada a soltar el agarre cuando llego a la camilla.

Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora