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     Con las fuerzas del energon oscuro a la mano, los Decepticons no perdieron el tiempo. Ya estaban en la fase final de la guerra.

     —Destruyan todo del otro lado —ordenó Cleodata—. Si se mueve, párenlo. Si habla, cállenlo. ¡No dejen nada intacto! —gritó desde lo alto del balcón señalando hacia el horizonte.

     Los Decepticons acataron la orden y se dispersaron por todo Cybertron. Cleodata y Megatron no asistieron a la batalla, pero el primer grupo de Decepticons en regresar demostró no tener ningún indicio de haber estado en una batalla. Estaban intactos e informaron que la escuadra de Jazz fue eliminada, a excepción de este. Una batalla exitosa. Ahora sí que la guerra estaba a su favor. Pero esos Decepticons también regresaron desesperados y dementes por más energon oscuro, y estaba escaseando . . .

     Los dos sujetos de prueba ya habían pasado más de dos ciclos sin energon oscuro y Shockwave tuvo que amordazarlos. Cuando Megatron y Cleodata regresaron al laboratorio, presenciaron a los dos sujetos sufrir de espasmos pues ahora el energon oscuro se había transformado en sus drogas.

     Eso no le pasaría a Megatron, Cleodata lo evitaría, aún si tuviera que matar al último bot en la estación Trypticon y drenarlos directamente, pero ese no es el punto. Lo que se necesitaba era más energon y para sus suertes, Soundwave llegó con un nuevo reporte. Todo este tiempo estuvo investigando y leyó en unos archivos algo sobre unos lentes, conocido como el Puente de Energon Geosynchronous. Este proveía energon en su más enrarecida forma y quien lo controle tendrá suministros inagotables. Mayores que los que la armada Decepticon podría utilizar.

     Todos intentaron contener su avaricia. El puente funcionaba con dos llaves maestras, la llave Poder y la llave Justicia. Megatron le encargó a Starscream y sus seekers la llave Justicia, que yace en algún lugar de Iacon; mientras que él mismo, Cleodata y sus gladiadores irían por la llave Poder, que yace dentro de Teletraan-1.

     Y cuando Starscream se retiró, hizo un pequeño desvío. Le mandó un mensaje a los Autobots sobre la ubicación de Sentinel Prime.

     Cleodata estaba inquieta por Megatron dejarle a Starscream una misión de tal importancia. En Starscream no había podido ser más obvio en sus metas a largo plazo como si estuviese cincelado SERÉ UN PRIME en toda la frente.

     Ella personalmente había seleccionado a los más dedicados seguidores, los únicos que habían estado con Megatron desde el comienzo y no la discriminaban por ser hembra, sino que la veneraban. Ellos peleaban por ella.

     Megatron y Cleodata habían bajado en picada hacia la superficie y aterrizaron de manera precipitada, reasumiendo sus protoformas a tiempo para, Megatron golpear el piso hincado sobre su rodilla y levantarse para atrapar a Cleodata de la cintura antes de que tocara el suelo. Junto a los otros bots, se abrieron paso hacia la búsqueda.

     El túnel de acceso al que habían entrado era tan estrecho que solo permitía que dos Decepticons marcharan juntos, Cleodata y Megatron lideraban adelante. Avanzaban lento, con todas las armas preparadas a lo desconocido.

     El pasillo se abrió en un cuarto suficientemente grande para que los Decepticons de gran tamaño pudieran permanecer erguidos. El cuarto se extendía en varias dimensiones, desde oscuras esquinas hasta altos pilares del tamaño de la pierna de Devastator. Perfecto para una posible emboscada. Ellos avanzaron manteniéndose en formación. Sus localizadores en sus antebrazos tintinaron, decían que se estaban acercando a la llave.

     —Arribistas —dijo alguien en la oscuridad.

     Cleodata se detuvo, luego Megatron, y ella mantuvo una mano en alto para detener al resto de las tropas. De las sombras, moviéndose lentamente, se asomó Sentinel Prime.

Gladiador GrisáceoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora