Juegos de Niños (#Maytalia)

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¡Muy buenas!
Estoy aquí para traerles un nuevo capítulo😂💛
Este es basado en hechos reales 😂 y ¡sorpresa! algo corto también... De nuevo 😅
Ya veremos si hay más capítulos luego💛 mientras tanto
¡espero que disfruten esto!
Muchas gracias por sus comentarios, amenazas de muerte y lecturas 😊💛😅😂 todo es bien recibido💛💛💛💛
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—¿No te encantó?

—Yo no quería venir...

El niño se detuvo para mirarla con gesto verdaderamente sorprendido, sólo para terminar estallando en risas—Pero tienes que admitir que fue muy lindo.

La pequeña Natalia miró hacia abajo, hacia su mano entrelazada con la de Mayden e inconscientemente sonrió también. Sí, le había gustado mucho.

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Ese mismo día, más temprano, se llevaba a cabo una fiesta en la escuela. Una especie de mañana alegre, como les gustaba decir a los profesores. Eran un montón de juegos, mejor dicho, organizados por los de último año en el que se recaudaba dinero para los fondos escolares, no había vuelta de hoja en ese sentido.
Había casas de los gritos (aulas con las ventanas cubiertas y fantasmas dentro), cárceles (aulas decoradas con barrotes y estudiantes disfrazados de policías que metían a quien pagara), payasos y otras montones de atracciones fascinantes y maravillosas.

En fin, había de todo y para todos, diseñado para sacar la mayor cantidad de euros a los niños para el fondo escolar. Pero de todas formas era divertido, muy divertido. Y Mayden era el que más se divertía.

—Parece una feria— exclamaba dándole mordidas de emoción a su helado.
Natalia y Laura eran ahora las que permanecían atrás, solas y tremendamente incómodas. El niño había insistido en traerlas a ambas consigo a la mañana alegre, muy a pesar de que ninguna había querido ir.
Mayden se detuvo frente a la improvisada casa de los gritos.

—Ese si que es un derroche de papel maché— comentó Natalia observando la fachada aterradora del aula que era nada más que eso, papel embadurnado en las paredes y pintado de negro.

Laura tarareó en común acuerdo —He visto maquetas preescolares con más gracia.

—Llámadlo como queráis— Mayden ya estaba pagando tres entradas al mayordomo —Entraré y vosotras me acompañareis.
Natalia sonrió, pero tuvo el cuidado de hacerlo interiormente, está de más decir que Mayden cobraba un aire heroico al hablar tan seguro.

Inmediatamente Laura se echó para atrás —¡Oh no! A mi en tus ridiculeces no me metas. Si me necesitan, estaré en el acuario.

Mayden intercambió miradas con Natalia y ambos la vieron irse. Él sonrió divertido. —Tú no me abandonarás... ¿Cierto?

La chica luchó por buscarle un tilde romántico a esa conversación y, armandose de un falso valor, lo tomó de la mano y lo arrastró adentro. Mayden se dejó llevar riendo emocionado hasta que la negrura del interior de la casa los engulló por completo. El silencio flotaba sobre ellos y ese único factor, mezclado con la incertidumbre de lo que había ahí dentro, fue suficiente para hacer temblar casi imperceptiblemente al niño.
Natalia, consciente de esto, no le soltó la mano en ningún momento. —Ven, conozco la salida.

La temática de la casa de los gritos era que dentro del aula se habían colocado paredes de papel maché para crear un improvisado laberinto lleno de fantasmas, que eran estudiantes de último año muertos de risa por molestar a los más pequeños, e ingeniárselas para salir de nuevo por la puerta de servicio. El detalle era cuando te atrapaban, no podías salir entonces y eras condenado a formar parte de los fantasmas. Contaba la leyenda que te daban cinco puntos en todas las clases si participabas como fantasma y diez si no te atrapaban.
No era de extrañar que usacen el aula de artes múltiples, que era la más grande, para este despilfarro de papel maché.
Natalia conocía esta aula mucho más que el tembloroso Mayden que se pegaba a ella ahora, porque cuando iban a recibir clases de pintura y arte, ahí ella siempre se escapaba por esa puerta trasera. No era que le desagradara el arte, solo que prefería el tenis y ambas cosas ocurrían a la vez, por lo que Mayden la incubría siempre colocando el lienzo de forma que tapase su inexistencia y terminaba su pintura antes de la suya propia.

Por lo mismo, y con la escasa luz que las ventanas, tapizadas con papel, permitían iluminar las tetricras formas, Mayden y Natalia se escabulleron por la habitación muy despacio.
Por suerte, el papel mache no es tan duro como las paredes reales, sino, probablemente Natalia se hubiera roto la nariz al dar con él. Mayden se cubrió la boca para no delatar a los fantasmas de su posición con su risa, pero era obvio que ellos sabían donde estaban en todo momento.

Para ese entonces, Natalia entornaba los ojos para descubrir si eso de adelante era una puerta u otra pared falsa. Y Mayden hacia lo propio, adueñandose de una araña de hule que fue a colocar en la cabeza de la niña, que pegó un chillido agudo que sacudió toda la escuela.
Mayden se desternillaba de risa en el suelo mientras Natalia se debatía entre darle una patada así como estaba en el suelo, o seguir buscando la puerta.

Pero no fue necesario nada de esto, ni mucho menos, porque unas manos enfundadas en guantes pegajosos la atraparon por los hombros.
Mayden detuvo sus risas al ver la figura esquelética que se alzaba por mucho sobre la cabeza de su amiga. El niño lo pensó en un instante y cuando se dio cuenta ya había lanzado la araña de hule a la cabeza del aparecido, que soltó inmediatamente a Natalia.
Ella, libre ahora y tomando firmemente la mano de Mayden salió disparada hacia cualquier sitio. En esa carrera se derribaron más paredes, más fantasmas, un hombre lobo y un bote de slime que se derramó sobre Mayden y parte del hombro de Natalia.

Cuando empujaron la puerta y cayeron al otro lado, ambos aturdidos y con la mirada desorbitada por el miedo, intercambiaron gestos de victoria.
El esqueleto de hace unos momentos reapareció en la puerta. Y al quitarse la máscara reveló ser un Kirsh bastante divertido.
—Si sabían que el objetivo de este juego era conseguir los dulces ¿no?

Mayden miró a Natalia y ella a él y no tardaron en reír de nuevo.

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Mayden se había quitado la mayoría del slime del cabello, aunque parecía más concentrado en la paleta que Kirsh le había dado por su valentía. Pero Natalia sonreía en silencio, porque sentía muy lindo que Mayden no hubiese querido soltar su mano en todo lo que había durado el evento y ahora menos.
Pero aún así, en lo profundo de su pecho, todo esto le dolía, porque a pesar de todo lo bonito que pasaban juntos, de aquel beso y sus manos entrelazadas y las risas... Mayden seguía prefiriendo prefiriendo a Laura.