Capitulo 49: Soy un mierda

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Como ayer.... dos capitulos subidos! ...  ;) Hoy a peticion de Majoperez... jajajaja mi debilidad :| ella pide, yo hago... jajajajajaja

Asi... os dejo el drama Raúl-Lara zanjado del todo... lo que de aqui venga... es todo... bueno :D ¿ O QUIZAS NO? jajajajaja =P k siiiiiiiii

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P.O.V Lara

Me desperté entre los brazos de Raúl, había dormido realmente bien. Me levante y me puse a hacer el desayuno, mientras desayunaba llamaron al teléfono y lo cogí.

-¿Si?

-Soy Samanta, ¿esta Raúl por ahí?.- pregunto la dichosa vecinita

-Está durmiendo, si quieres me das el recado y en cuanto que se despierte, se lo digo.- dije intentando no hablarla mal.

-Bueno, vale. Dile que necesito que venga a casa, mi ordenador no funciona y necesito que lo arregle. ¿Se lo dirás no?.- pregunto 

-Claro. Hasta luego.- Dije yo triste. Claro que se lo diría, quería demostrarle que podía estar celosa y que eso no cegara mis sentidos.

Termine de hacer el desayuno y bajo Raúl, se abrazo por detrás, haciendo que mi piel se erizara y cogió mi mentón, para besarme.

-¿Quien ha llamado princesa?.- me pregunto sin deja de abrazarme

-Samanta...-Dije notado como se tensaba.- quiere que vayas a su casa, su ordenador no funciona y necesita que se lo arregles.- dije intentando que no se me notara cuanto me molestaba. El suspiro.

-Está bien, ahora iré a mirar que le pasa.- Dijo besando mi cuello.- si quieres esta tarde vamos a dar una vuelta o algo.

-Si claro, me encantaría.

Después desayunamos y tras darme unos cuantos besos, con una clara intención de calmarme, ya que me conocía demasiado bien, su fue a casa de esa.

No pude evitar sentirme mal, no me gustaba nada la idea de que se fuera a casa de esa. Limpie un poco la casa, para mantener mi mente despejada y así no pensar en el.

Tras una hora limpiando, no podía mas. Y salí al jardín, sentir el aire fresco me haría bien.

Toque mi abultada barriga, recordando inevitablemente el olvido de Raúl y casi de forma inconsciente, mire hacia la terraza de los vecinos y vi a Raúl observándome, sonriéndome, con los brazos apoyados en la barandilla. Pero mi sonrisa se torció, al ver a una Samanta en ropa interior abrazando a Raúl por detrás. Mis piernas se doblaron, sin fuerzas para mantenerme de pie.

¿Me había engañado con ella?.

Le oí gritarla, pero no centraba mi atención en lo que decía, solo quería morirme.

Sentimientos encontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora