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( por qué )

Las campanas del reloj de abajo tocaban las once de la noche justas cuando JiMin se sentó frente al que sería su padre, una mirada seria adornando su rostro usualmente más afable

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Las campanas del reloj de abajo tocaban las once de la noche justas cuando JiMin se sentó frente al que sería su padre, una mirada seria adornando su rostro usualmente más afable. El hombre apenas le devolvía la mirada y se notaba serio, agresivo e incómodo, como si tuviera que estar a la defensiva en todo momento. Su labio inferior era ancho, tan ancho como su panza y sus manos callosas, los ojos rasgados eran claramente los de JiMin al igual que el tamaño de sus brazos.

Las campanas dejaron de sonar, el ambiente iluminado de forma elegante y clara se tornó tétrico, como el de una mala película de terror de bajo presupuesto. JiMin se sintió atrapado aunque detrás suyo la habitación del comedor fuera amplia y tuviera las puertas abiertas. Sabía que su madre no le dejaría abrir la puerta de entrada, sabía que no le dejaría irse de la mansión.

Era raro ver a una figura pública política sentada frente a él, en la vida real, y darse cuenta de que compartían sangre directa. Era raro, pero JiMin lo tenía un poco más claro. Lo que no sabía era... ¿por qué? Y tampoco quería saberlo la verdad, pero su morbo le decía que debía importarle. El morbo de saber el encuentro de sus padres, no los detalles pero sí el por qué. Lo cual era una lucha interna bastante notoria en su mirada, que nuevamente iba al mantel de la mesa, su madre carraspeando incómoda mientras fruncía los labios pequeños y pintados de rojo brillante.

El teléfono de JiMin vibró, pero no vió los mensajes, tenso en lo que ahora ocurría.

— Así que... ¿Les importaría explicarme qué significa ésto? — demandó en todo su derecho el muchacho, arrugando la nariz cuando su espalda se apoyó en el respaldo de la silla. La mujer abrió la boca, y el presidente bufó con una voz grave, extrañamente atractiva.

— ¿Qué significa ésto, HyeSoo? — exigió saber con furia el hombre, su corbata luciendo demasiado apretada en su pescuezo y el rostro con vivos tonos carne. La mujer puso sus ojos en blanco y JiMin cruzó las piernas mientras esperaba una respuesta para su pregunta, paciente a que le ignoraran por todo lo alto. Una familia se supone que no hace ésto, pensó con un gruñido suave, quejumbroso pero alerta.— Lo has criado como la mierda, ¿para qué carajos entonces naciste mujer?

— Joder, tú me dejaste sola, Moon. ¿Crees que fue trabajo fácil contenerlo? ¿Soportar todos sus berrinches sola? ¡Hazlo tú, a ver si eres capaz, hijo de puta! — el tono de la mujer fue hostil, hizo que hasta el mayordomo al lado de la entrada a la cocina se sobresaltara con los ojos abiertos de par en par. JiMin simplemente miró con la boca cerrada y parpadeando rápidamente.

— ¡Soy un hombre, no es mi trabajo! ¡No seré un marica por culpa de éste jovencito malcriado! — qué excusa más mierda, pensaron todos los presentes.

— Pues si tu trabajo fuera el de un hombre, hace harto tiempo ya que me estarías pagando una pensión extraordinaria. Págame, presidente hijo de la gran mierda, a ver si con consciencia logras manejar bien éste país.

— Cállense y respondan, por la mierda. Parecen niñitos de cinco años peleándose por un juguete en medio de un funeral. — nuevamente habló JiMin, con la voz enojada y tensa, el pecho temblando como nunca antes. Silencio.

Era tal el silencio que cuando tocaron la puerta de entrada, se escuchó hasta en el comedor, que estaba al otro lado de la casa.

JiMin miró por sobre su hombro en dirección al salón principal, escuchó los pasos apresurados de uno de los sirvientes de la mansión en dirección a la puerta y cómo los goznes la dejaban abrirse con pesadez y lentitud. Como un gigante de piedra que recién despierta de su letargo. Las voces fueron inconfundibles y su corazón se aceleró, los nervios de una situación no tan planificada le hicieron quedar en silencio.

— No...

— JeongGuk, ¿qué te dije de tocar la puerta?

— Me importa una mierda, hyung, JiMin no quiere estar aquí y si quiere ayuda, se la vamos a dar. Ya tocamos la puerta, no vale la pena quejarse.

El presidente Moon abrió sus ojos de forma desmezurada, la comida sin tocar tembló gracias a la forma en que sus enormes piernas lo hacían. Ahora que tenía la cara roja de furia, el tono le cambiaba a una palidez enfermiza que reclamaba el miedo más grande que pudo sentir en su vida: la señal de una revolución juvenil, el futuro de la sociedad, frente a él.

— ¿Q-quién es...?

La señora Park se levantó de su asiento y agarró el brazo de su hijo, pero el modelo tiró de la extremidad hacia él mismo y se levantó corriendo de la mesa en dirección a la entrada del lugar. Los tacos de la mujer se escucharon repiquetear en el piso de cerámica hacia las alfombras cuando JiMin rodeó con sus brazos a su amigo y a su novio, a la vez y aún con la adrenalina de la rabia bullendo en sus venas.

— Mierda.

FHLABXKBA
QUE FOME LA WEA
LA CAGÓ
ME PERDONAN ?? DJXHAK

JEON97 𐙚 来る . GGUKMIN AU.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ