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-¿Novecientos once, cuál es su emergencia?

-Ayuda, por favor -Jimin escuchó el débil susurro del otro lado de la línea que lo hizo estremecer.

-¿En qué puedo ayudarle, cuál es su emergencia? -Preguntó.

-Ellos me secuestraron -dijo entre sollozos, los cuales asentaron un malestar en su pecho que no supo explicar.

-¿Quiénes, a dónde te llevaron? ¿Quién eres? -Preguntó tratando de mantener su tono profesional, lo cual no fue tarea sensilla después de que su corazón se agite al escuchar aquella voz.

-Mi nombre es Jeon Jungkook, no sé dónde estoy pero ellos..

-¿Qué estás haciendo, pequeña mierda?- el grito de un hombre interrumpió al muchacho, quien claramente estaba asustado y sólo pudo llorar más cuando escuchó aquella voz.

Jungkook estaba más que aterrado, había sido descubierto llamando a la policía. Sabía que esconderse bajo la mesa no había sido buena idea, pero uno de los integrantes de la banda alfa que lo había raptado se había descuidado un momento y había olvidado su teléfono sobre la misma, entonces quiso aprovechar la que había sido su única oportunidad de escape en los últimos tres días.

-Nada -dijo escondiendo el aparato en su espalda pero el movimiento no hizo más que llamar la atención del hombre al artefacto.

-¿Qué tienes ahi? -Se acercó rápidamente olfateando el aire en busca de respuestas y Jungkook entró en pánico, más tarde mientras recibía una paliza por lo que hizo y sus costillas quedaron magulladas a causa de las patadas sintió una pequeña punzada de arrepentimiento pero en cuanto vió los zapatos del tipo acercarse a su ridículo escondite, tirar el teléfono bajo el viejo refrigerador que había en la asquerosa cocina en que se encontraba le pareció lo más sensato de hacer.

-Por favor sálveme -alcanzó a gritar en el altavoz antes de que fuera tomado por sus pies y jalado con fuerza por el hombre que lo había atrapado pidiendo socorro.

En ese momento otro de los matones, cuya piel estaba cubierta de tatuajes y tenía una barba increíblemente bien arreglada que en otras circunstancias le habría resultado atractiva, entró en la habitación y lo vió arrojar el teléfono -¡Omega idiota! -Dijo antes de mover sin esfuerzo aparente el gran refrigerador y tomar el teléfono para cortar la llamada -Te enseñaré a no pasarte de listo -dijo propinándole el primero de una gran cantidad de golpes.

La piel de Jimin se erizó cuando escuchó a Jungkook gritarle que lo ayude, rápidamente tecleó en la pantalla para localizar la llamada, sea lo que fuera que el muchacho había hecho para evitar que el teléfono le sea arrebatado había funcionado. La llamada no había sido muy larga pero le había proporcionado una ubicación aproximada, había sido rastreado en un radio de cien metros en el sur de la ciudad de Busan, a tan sólo quince minutos de donde Jimin se encontraba y a pesar de llevar varios años en el cuerpo policial, por primera vez desde que era un novato tuvo la necesidad de correr él mismo para salvar al omega. Su lobo interior se removió inquieto, arañando la superficie en busca de una solución que involucre justicia por mano propia. Alejó aquellos pensamientos y llamó al equipo de rescate, era un profesional y sabía que la mejor forma de ayudar era hacer su trabajo de la manera correcta. Buscó el nombre de Jungkook en el registro de personas desaparecidas y encontró que la denuncia fue registrada hacían ya cincuenta y seis horas por un amigo, el omega no tenía familiares con vida lo cual le resta valor a la teoría de un rapto por rescate.

En los últimos meses hubo varios registros de denuncias a un grupo de fanáticos anti-omegas, una especie de culto que secuestra lobos con aquella condición y los asesina en rituales como ofrendas para algún extraño demonio. Como así también Jimin era consciente de el aumento en las cifras de secuestro de omegas para la trata de personas, su corazón se estremeció al evaluar cualquiera de las posibilidades. Observando los datos del muchacho encontró una foto aportada por el denunciante de su desaparición y sintió su cuerpo quedarse sin aliento cuando observó el rostro de Jungkook; era precioso. Su corazón se agitó y un pesar se instaló en su estómago cuando fue consciente de la situación en que se encontraba, en el momento en que vió aquellos hermosos ojos negros, deliciosamente profundos y cautivadores lo supo: el omega secuestrado era su compañero.

Miró con atención la fotografía y cada segundo adicional que pasaba admirando la belleza del muchacho sentía su pecho oprimirse en una horrible mezcla entre tristeza e impotencia, su lobo aullaba desesperado y se removía inquieto a sabiendas de que su compañero se encontraba en peligro. Respiró profundo en un intento por alejar las lágrimas que amenazaban con hacerlo perder el control, tenía que hacer su trabajo adecuadamente si quería ponerlo a salvo, sabía que de lo contrario quedaría devastado sabiendo que pudo haberlo salvado y fracasó. Emitió un boletín con la foto del muchacho y se encargó de que llegara a cada maldita estación de policías en Busan, pero sentía que no era suficiente, nada lo sería hasta que pudiera sentir a su compañero a salvo entre sus brazos.

Pensó en buscar a su tío Namjoon, era el beta de su manada y tenía importantes conexiones en el círculo político que le ayudarían a conseguir el rescate de su pareja cuánto antes -sé fuerte Jungkook, ya voy por ti -dijo mientras tomaba su abrigo y se dirigía a la oficina de su jefe a explicarle por qué se retiraba temprano.

Esto es algo que empecé a escribir porque no tengo wifi :'(

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Esto es algo que empecé a escribir porque no tengo wifi :'(

Espero que les guste uwu

911 || JikookWhere stories live. Discover now