Libro de Lobos Capítulo XlX

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—¡Yoon! —gimoteo el rubio. Sin dejar de moverse al ritmo del Alfa.

—¿Te gusta?. —JiMin asintió, con la boca semi abierta, sus piernas separadas de lado a lado, mientras los dijitos de Min YoonGi, reposaban sutilmente sobre su rosada entrada.— ¿Quieres más?. —pregunto con la voz ronca, viendo como el rubio se movía al ritmo que sus huesudos dedos.

—¡Más!. —pidio en un chillido agudo, tocando su propio miembro, sin descaro alguno. Por su lado aquel Alfa solo mordía sus labios con impaciencia, pero a la vez disfrutando del espectáculo frente a él.— ¡Metelos! —chillo JiMin, al ya no sentir aquellos dedos tocar su punto dulce, YoonGi solo se alejó de el, cruzándose de brazos, con una mirada soberbia.

—No lo haré. —reto, viendo como el rubio murmuraba insultos por lo bajo. YoonGi se alejo de la cama, sentandose frente a la silla movible que estaba en la habitación.— Quiero que te toques. —ordeno tal cual Alfa. JiMin hizo un puchero, negándose a hacer eso, a él le gustaba que YoonGi lo tocará.— Hazlo. —dijo su lobo, JiMin gimio por aquella voz de mando, si bien no funcionaba en el, provocaba que su cuerpo reaccionara a la hora del sexo. Tímidamente el menor se colocó en cuatro, dejando a la vista ese redondo tracero al peligris quien solo gruño, tanteo muy bien su zona, metiendo su dedo sin reparo alguno.

—¿Así Alfa?. —pregunto con voz seductora, con el rostro pegado al colchon de la cama, algunas gotas de sudor resbalando por su piel nivea. YoonGi metió su mano en su ropa de dormir, empezando un vaivén lento sobre su miembro erecto, le gustaba, le fascinaba.

—Sí cariño, justo así, mételo todo. —decia el mayor, con los ojos color amarillos, dejando en claro que él y su espíritu animal estaban conformes con el espectáculo que estaban recibiendo. JiMin jadeo agudo cuando metió un segundo dedo, arqueando un poco su espalda, la saliva caía por su boca, y su rubor en las mejillas no parecía querer bajar, si de por sí, estaba completamente desnudo, frente a su esposo, follandose a si mismo con sus dedos, mientras el Alfa se masturbaba con lujuria lo ponía más caliente.— Fue una suerte que tú celo llegará justo ahora. —comento el mayor, moviendo más rápido su mano diestra sobre su falo, JiMin gemía su nombre cada que metía más a fondo sus tiernos deditos. Haciendo reír un poco al Alfa, cuando se quejaba que no llegaba donde el quería.

—¡YoonGi~! —gimio su nombre, cuando metió un tercero y último dedo. Sus piernas temblaban por los espasmos de su futuro orgasmo, que se veía muy difícilmente aún no llegar, observó por sobre su hombro como YoonGi le veía con deseo, sentado en esa silla con las piernas abiertas, y su mano dentro de su propia ropa íntima. Era obvio que el Alfa disfrutaba de verlo así, pero JiMin quería de sus mimos,  y no aceptaría un no por respuesta. Saco sus pequeños dedos de sus dilatada entrada, y muy lentamente se levanto de la cama, con piernas temblorosas. YoonGi estaba a punto de ordenarle que siguiera con su espectáculo, pero fue callado al ver a su rubio sentarse de una sobre sus piernas.— Quiero que me des leche. —pidio, con ojos de cachorrito, mientras bajaba por completo las ropa del mayor y se sentaba dandole la espalda. YoonGi solo podía ver absorto como el menor se engulló de una sobre su miembro. Haciendo que ambos gimieran por el exquisito placer.— Leche~, Leche~ JiMinie quiere leche~ —dijo con voz aguda, empezando a moverse de arriba hacia abajo, disfrutando cómo sus estrechas paredes anales eran invadidas por aquel pedazo de carne que lo hacía gemir del placer. Sus moviéntos eran lentos, ya que aunque quisiera ir rápido, a causa de su repentino celo le era imposible, solo podía gemir el nombre de su esposo, cada que tocaba levemente su prostata, mandando varias corrientes de placer a su propio miembro. YoonGi tenía una sonrisa cínica en su rostro, viendo con demasiado morbo como su polla era introducida en ese apretadito y jugoso ano delante de él, suspiraba pesado, oyendo como JiMin pedía entre gemidos que se moviera y así ambos llegaran al orgasmo que tanto querían. Pero vamos, a YoonGi le gustaba provocarlo, asi que en un rápido movimiento, tomo de la cintura al menor, impidiéndole que siguiera moviéndose.— ¡Alfa!. —gimio agudo, suplicante por qué su esposo lo satisfaciera.

Libro de Lobos. © |YoonMin| #3.Where stories live. Discover now