늑대의 책 Libro De Lobos Capítulo XVlll

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JiMin sentía su cabeza explotar, el zumbido de sus oídos le dificultaba escuchar claramente lo que sucedía a su alrededor. Cómo pudo abrió sus ojos, sintiendo algo rígido debajo de él.— Asfalto. —dijo dificultoso. Fue ahí cuando sus sentidos regresaron en si. Y de a poco empezo a oír el ruido de los automóviles, la gente y demás cosas.— Ciudad. —volvio a decir. Sacudió su cabeza un par de veces, viendo exactamente donde estaba. Y no era de esperarse, que estubiera en el mismo lugar donde recuerda, en esa calle poco transitada de Seúl.

—¿JiMin?. —le llamo alguien, el rubio volteó sobre su eje para ver quién era el que lo llamaba.

—¿YoonGi...?. —el peligris estaba de rodillas sosteniendo con una mano su cabeza, al igual que JiMin.— ¡Hyung!. —reaccionó rápido, tropezando consigo mismo para llegar hasta el mayor.— ¡¿Estás bien, te duele algo?!. —el Alfa negó confuso, viendo a algunos peatones caminar por donde ellos.

—¿Humanos?. —trago en seco, nunca había estado en territorio humano.— ¿Cómo?.

—Creo que toque el libro que conecta WolfDog con territorio mortal. —dijo acariciandose a su esposo, sus instintos le decían que debía hacerlo. Se sentía un tonto, si tan solo hubiese prestado atención a lo que HoSeok Hyung le decía nada de eso hubiese pasado.

—De acuerdo, comprendo. —intentaba mantenerse fuerte, aunque él y su lobo estaban aterrados.— Debemos volver. —quizo  descifrar el rostro que puso JiMin al decir eso.— ¿Qué sucede?. —sonrio nervioso al notar como su pareja balbuceaba.

—Hyung... No sé dónde está el libro de lobos. —dijo casi agudo, buscando con la mirada.— ¡La última vez que volví, el libro estaba a mi lado! P-Pero ahora no sé dónde está. —estaba apunto de llorar, sabía que YoonGi debía volver lo más antes posible, era el líder de la manada y no podía desaparecer así como así. El mayor intentaba no tener un ataque de pánico al estar parado o más bien tirado en un territorio no Oscuro, era grave que un ser que vivió toda su vida en un reino donde sólo seres como ellos habitaban se metiera en territorio de humanos, donde fácilmente era un blanco fácil para aquellos que aún los cazaban. Puede que vivieran en el siglo veintiuno pero aún existían aquellos que los buscaban con fines de maldad. YoonGi sacudió su cabeza, alejando todos los pensamientos malos, el era el Alfa, podía con algo así.

—Esta bien JiMin, solo debemos buscarlo. —decía con voz calmada, para que el rubio se tranquilizara.— Recuerda exactamente dónde lo viste por última vez y ahí empezaremos a buscar. —eso no pareció funcionar del todo.

—¡Hyung! ¡Aquí fue la última vez donde lo ví!. —chillo agudo, era normal esa reacción en los Deltus cuando se sentían desprotegidos o su pareja estaba en peligro, en este caso, YoonGi estaba en peligro.— Y-Yo lo toque y después a-apareci en la mansión, de verdad lo siento no se donde pueda estar. ¡Perdón!. —las lágrimas estaban a punto de caer.

Shh~ calma cariño, respira. —El peligris le acarició las mejillas, a la vez sus hebras rubias.— No te alteres cachorro, todo estará bien, encontraremos la solución.

—Hyung... —murmuro bajito solo para su esposo, era obvio que el Alfa estaba intentando verse tranquilo solo para que él no se preocupara. JiMin se regaño por haber actuado así, YoonGi debía sentirse como él se sintió cuando llego a WolfDog. Aterrado.— Vamos a mi casa. —propuso ya calmado, debía proteger a su Alfa, el por lo que pudo entender de Shimrin era mucho más fuerte que YoonGi.

—¿Tu casa?. —pregunto el mayor levantándose del asfalto, la gente pasaba a sus lados viéndolos raro, las vestimentas de los dos chicos eran asemajadas a la época colonial donde usaban trajes elegantes, pero estos eran un tanto más alegres, con colores vivos y ajustados a sus cuerpos.

Libro de Lobos. © |YoonMin| #3.Место, где живут истории. Откройте их для себя