Libro de Lobos Capitulo V.

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Todo era confuso para el menor, leer ese tipo de cosas solo hacia a su cabeza doler. Jimin estaba furioso, no era un objeto y nunca lo sería, él era un ser humano. Con esos pensamientos se mantuvo todo el resto del día, refunfuñando en su escritorio todo lo que había leído, molesto, molesto era un molesto día. El timbre sonó por última vez, era hora de ir a casa, tomo sus cosas, arreglo su uniforme esperando a que los demás alumnos salieran, detestaba tener que mesclarse con ellos, camino hasta la puerta cuando una voz lo detuvo— Joven Park. —el volteó por inercia.

—¿Sí profesor? —el maestro tomo sus cosas acercándose al joven.

—Escuche, usted es un buen alumno. Pero debo decirle que mi clase es una de las más difíciles.

—Lo sé profesor.

—La cuestión es que es el último semestre para graduarse y sus calificaciónes no son las mejores en mi materia.

—Estoy al tanto de eso también. —hablo con seriedad, el señor se limitó a asentir.

—Depende de su trabajo final, si quiere ganar el año. —¿su trabajo final?, aquel que hablaba de animales.— Me sorprendió mucho que decidiera hablar de lobos.

—Si bueno... Es solo que me siento identificado con ellos. —hablo con sarcasmo.— Si me disculpa debo irme.

—Esperare con ansias su informe. —Jimin sonrió de lado, su informe si claro ya se imaginaba lo que pondría "Son seres que se transforman en humanos, sus ojos brillan además de portar un aroma demasiado tranquilizador. Viven en mansiónes antiguas, tienen sirvientes que visten elegantemente. Su líder es un loco desquiciado que se cree el dueño de todo, además de que todos tienen sus cabellos de diferentes colores." ¡Uhhh! Si ya se imaginaba un reporte así. De seguro a su profesor le encantaría y le pondría un hermoso "REPROBADO" en la cabecera de su tarea. Con esos pensamientos Jimin salió de la escuela en busca de aquella antigua y abandonada biblioteca.
No habían más alumnos rondando los pasillos, eso lo tranquilizó un poco más sacando su teléfono celular, colocó sus audífonos, escucharía música, vio la hora y sintió una rara punzada en su vientre, eran las cinco de la tarde empunto— han pasado diez horas desde que regrese... —mordio su labio por alguna razón sentía que le hacía falta algo, alguien— han pasado diez días haya. —no quizo seguir pensando en eso así que camino rumbo a la biblioteca. Como la última vez, la noche se aproximaba con rapidez y el viento soplaba con lijeresa las calles, su música lo mantenía en su propio mundo. Un aullido lo hizo sollozar y a la vez detener su caminar, quería llorar y no sabía la razón. Otro audillo se escuchó, quito sus audífonos para escuchar mejor, era solo un leve sonido que se escuchaba a la lejanía, casi como susurros que el viento le dejaba escuchar. Sus ojos azulados empezaron a arder, se sentía abrumado y desorientado, todo a su alrededor comenzó a dar vueltas, se sostuvo de la pared respirando con dificultad— ¿Qué sucede? —otro aullido pero mucho más fuerte que el anterior, chillo adolorido cuando algo en su interior estrujó, sentía calor, mucho pero mucho calor, además de comenzar a tener espasmos en sus cuerpo.

"Ven"

"Ven"

"Jimin... Ven"

"Te necesito"

"regresa... Cachorrito"

"Por favor"

"Perdóname"

"Vuelve"

"Vuelve a mi"

"Perdoname... Pero vuelve"

"Necesito de ti"

Sollozo en alto, esa voz la escuchaba a la perfección, era él... Era Min Yoongi quien lo estaba llamado, se escuchaba desesperado y asustado. Jimin sentía que no podía seguir caminando más, sus ojitos azules se llenaron de lágrimas, estaba asustado quería correr a los brazos de aquel peligris y llenarse de su olor. La noche cayo con ímpetu, se había mantenido llorando por largos minutos hasta que pudo encontrar una estabilidad en él. Limpio sus ojitos, suspirando pesado, dio un paso al frente pero se sentía cansado, su vientre volvía a doler pero esta vez era una sensación diferente, era casi como estar excitado o a punto de sentir su orgasmo. La voz del mayor lo tranquilizaba pero a la vez lo estaba volviendo un manojo de nervios— Y-Yoongi. —lloro su nombre, la marca le picaba, se abrazo a sí mismo buscando un poco de control. Camino hasta donde recordaba estaba la biblioteca, se sentía raro demasiado raro. Los focos de las calles alumbraban su camino, pocas personas pasaban a su lado algunas lo veían preocupados y otros simplemente lo evitaban. No era común ver a un chico con uniforme escolar llorando en las calles de Seúl, abrazándose a si mismo. Mientras decía "Alfa" a cada paso que daba. Jimin llegó hasta una zona poco transitada de la ciudad, rodeado de oscuridad, recordaba que por ahí era donde estaba la biblioteca. Pero... Ahí no había nada, una simple tienda de comestibles y en donde antes estaba el lugar que buscaba solo había un callejón silencioso y peligroso, donde se podía oler el alcohol y tabaco. ¡Era imposible! Ahí estaba la biblioteca de nombre Feith, con pasos más rápidos se acercó visualizando todo su alrededor.— No es posible, no, no, no. —Apreto sus nudillos con fuerza— ¡No! ¡Estaba aquí! —grito con furia jalando sus cabellos. Se dio cuenta que un anciano lo observaba sentado en la entrada de la tienda, sin dudarlo se acercó al anciano— ¿Disculpe señor?.

Libro de Lobos. © |YoonMin| #3.Where stories live. Discover now