Prólogo.

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Leo se la pasaba de lo más distante desde la última misión. Ya no se paseaba por el campamento sonriendo a las chicas en su camino, es más, las evitaba a toda costa, a excepción de Annabeth y de su amiga Piper. Cosa rara en él, dado su comportamiento tan despreocupado e hiperactivo. Ahora era distinto. Se encontraba más quieto, triste, distante. ¿Un Leo Valdez que no fuese como un pequeño animalillo revoltoso y lleno de energía? Sin duda algo le sucedía.

Por su parte Leo se encontraba más analítico, y con eso, la soledad no tardó en hacerse presente, tomando en cuenta los incidentes ocurridos en el pasado, desde la última misión su subconsciente le reprochaba más la muerte de la única mujer hasta ahora, que ha sabido demostrarle todo su cariño tal y como le gustaba. Puro y verdadero. Claro, esa mujer era su madre.

Pero Leo esperaba de ese verano algo más que jugar con Festo o construir un par de artefactos que posiblemente jamás usaría. Él deseaba encontrar a alguien, una chica. Linda, amable, carismática y obviamente con una mente realista y con ideales. ¿Eso era tanto pedir? Pues eso parecía, debido a que las chicas del campamento que él conocía, o tenían novio con el cual no debía meterse, o no poseían las cualidades necesarias. Y las pocas que cumplían las expectativas simple y sencillamente, él no les era de su agrado.

En circunstancias como esa se preguntaba cuál era el problema. Si fuese una chica no tendría dificultad alguna en salir con alguien como él.

El paquete completo de belleza, talento con el metal y cualquier otro material, carisma e inteligencia. Entonces ¿qué problema había?

Leo había analizado todo esto en la misión, cosa que al pensarlo más, lograba bajar un cien por ciento su ánimo.

A partir de entonces su rutina era simple, de su cabaña al comedor para el desayuno, terminado este se la pasaba hasta la una y media metido en el bunquer, regresaba al comedor a almorzar e iba a hacer algunas innecesarias pero largas revisiones a Festo, luego comía una fruta de regreso a su cabaña y se acostaba finalmente para repetirlo al día siguiente.

Los chicos del campamento Júpiter se encontraban de visita en el campamento mestizo, incluido Jason.

Su plan inicial era pasar unos días relajantes junto a Piper, pero al ser puesto al corriente del estado de su amigo decide que es momento de priorizar las cosas. Y así se une al plan para restablecer la seguridad y ánimo de su amigo.

Los hijos de los tres grandes, Jason, Percy y Nico se verán en un largo camino a recorrer para encontrar a la chica perfecta para Leo.

Los cuatro chicos creerán estar a salvo de las corridas, monstruos y combates por un rato, pero nunca pensaron que una nueva profecía pudiese llegar a escribirse.

Muchas oportunidades se abren con cada misión, y Percy, Nico y Jason rápidamente se darán cuenta que la corrida tendrá otro fin más allá que salvar al monte olimpo nuevamente.

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¡Hola! bueno, esta es otra novela totalmente mía, inspirada en el sensual Leo Valdez. Espero les guste.

Atte. SummerAliveTW/Karina Díaz

Audiciones para ser la señora Valdez |Leo Valdez y tú|Where stories live. Discover now