Capítulo 44

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Jane entendió de inmediato dónde Lian tenía la mirada y se dio cuenta de lo que pasaba, pero la emoción y tal vez algo de torpeza parecía tener cegado a Lian, y para cuando intentó advertirle ya era tarde.

Voló a una velocidad impresionante, casi como para atravesar un árbol sin ningún esfuerzo y tal vez es lo que quería hacer, pero cuando estuvo lo suficientemente cerca al fin pudo ver que solo la espada estaba ahí.

Había sido muy tarde y no tuvo oportunidad de girar o al menos frenar, pues recibió un golpe de luz que lo derribó del aire sin ningún esfuerzo

Lian caía por las ramas de los árboles, donde se daba repetidos golpes en la cara mientras caía.

—¡Idiota!— Exclamó Jane al darse cuenta que sus sospechas eran ciertas, pero antes de poder acercarse más a él, sintió cómo alguien habló justo detrás de ella.

—Te desconcentraste— Dijo Astrid con voz serena acercando tranquilamente una espada de luz a la altura del cuello de Jane.

No tuvo más opción que levantar las manos, estaba perdida, asombrada, y a la vez con una gran impotencia.

—¡No!— Exclamó con voz de aguda— Él tiene la culpa, Astrid— Replicaba enfadada— Te voy a matar tarado. ¡Por tu culpa nos ganó otra vez!— Exclamaba caminando enfurecida hacia él, que seguía tendido boca abajo en el suelo después de tantos golpes durante su caída.

A Jane no le importó en lo más mínimo lo lastimado que estaba, o el hecho de que acabara de caer más de veinte metros golpeando y rompiendo casi todas las ramas, que además ahora estaban sobre él.

—Calma, tranquilícense— Decía Astrid riendo tranquila y acercándose a ellos— ¿Otro intento?— Preguntó sonriente y con algo de sarcasmo.

—Me duele...— Balbuceó Lian girando su cuerpo para quedar boca arriba.

—¿Cómo caes en una trampa tan obvia?— Inquirió dándole otro golpe en el estómago, el cual lo hizo toser y dejó sin aire.

—Me emocioné— Respondió riendo débilmente por el dolor— Fue la adrenalina del momento— Dijo sentándose para que no lo golpeara de nuevo.

—Tranquilos, es por esto que entrenamos— Dijo sonriente extendiendo ambas manos para ayudar a Lian y Jane a que se levanten, mientras a la vez encendía de nuevo su mirada al ir curándolos.

—Jane, tú tampoco notaste cuando llegó detrás de ti— Dijo él sin poder contenerse, pero no para reclamarle, sino porque sabía exactamente cómo molestarla y lo aprovechaba cada que tenía oportunidad.

—Ya sé— Bufó enfadada— Me distraje viendo cómo caías por los árboles— Respondió sonriendo de lado con satisfacción.

—Así que te preocupas por mí— Habló provocativo y con una sonrisa igual.

—No— Contestó rápidamente— Lo que me preocupa es tu nivel de razonamiento subdesarrollado. Eso no es normal— Afirmó victoriosa.

—Claro, claro... Iré por mi armadura— Respondió sin dejar de sonreírle.

—Y yo por mi espada— Dijo Astrid volando para acercarse a la rama del árbol donde la había dejado como señuelo.

—No piensen que se va a quedar así. ¡Quiero otro intento!— Exclamó Jane caminando hacia un árbol donde se quería apoyar para esperarlos.

—Y lo dice quien quería irse a dormir temprano anoche— Bromeó Astrid logrando finalmente sacarle una sonrisa a pesar de su enojo por haber perdido.

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