Mia criticaba en su cabeza, el descuidado pelo de uno de los jugadores, para ella no había cosa más importante que la primera impresión, más si estas jugando frente a la mayor parte de la población alemana.

Observaba a su novio mirar la pantalla con aire soñador. Ella sabía lo que pensaba. Se imaginaba allí mismo jugando.

Era lo que a él le gustaba hacer, pero nunca se lo había dicho directamente, él se lo guardaba para sí mismo, no sabía sí el no confiaba en ella, pero lo averiguaría ahora.

Ella se movió incomoda en el sillón y se levantó un poco.

-¿Qué pasa? - pregunto él sonriente.

Ella lo miro buscando algunas palabras. Hace unas semanas se había sorprendido con la noticia más emocionante de su vida. No supo qué hacer en el momento, pero ya lo había decidido y quería estar completamente segura de que la felicidad era mutua.

-estaba pensando en el futuro - soltó como pudo. Él sonrió extrañado.

-¿Qué futuro? - pregunto casi riendo.

-el nuestro - respondió ella con voz emocionada. Su novio bajo la sonrisa automáticamente.

-¿Qué quieres decir? - la expresión en su mirada la hizo darse cuenta de que quizás se había equivocado. Pensó en retractarte, pero decidió que no. Empezaba otra etapa en su vida y no pensaba seguir siendo la niña a la que todos pasan de importancia. Pelearía por lo suyo.

-ya sabes: una casa, casarnos, hijos - dijo con decisión, pero con un leve toque de ansiedad.

-alto allí - la interrumpió. - ¿casa, casarse, hijos? ¿Te has vuelto loca?

Ella inmediatamente se sintió tonta e ingenua. Toda esa seguridad se había ido con el tono de voz condescendiente de su novio.

-lo siento... yo

-la mayoría de las parejas adolecentes solo duran 1 año como máximo - dijo con impérate.

Ella quiso decir que ellos cumplieron un año hace 3 meses, pero mejor calló. Lo miro a los ojos buscando algún signo de broma como las que siempre hacían, pero no encontró nada.

-está bien, solo pensaba. -aclaró

-pues deja de pensar en eso, ni siquiera está cerca de la realidad.- respondió él y continuo viendo el partido con fascinación.

1 Mes después.

Mia arreglaba sus cosas con rapidez, quizás debería haberlas hecho hace horas, pero se la había pasado llorando en el baño. Perdiendo el tiempo.

Puso todo su dinero ahorrado en la maleta de mano. Tomo las fotos de su familia, amigos y novio - próximamente ex - Tomo su maleta morada y bajó con cuidado de no caerse en la escalera. Nada podía pasarle, tenía que tener cuidado desde ahora.

Monto su maleta en la parte de los asientos traseros de su auto Lexus 2008. Condujo a la casa de su pronto ex novio para despedirse de él.

Esperaba que estuviera allí, aunque se iba por él, quería verlo por última vez.

La responsabilidad que cargaba le destrozaba el alma, pero ya tenía todo planeado, se irá lejos de Múnich y no regresaría jamás. No tenía familia allí asique nada la ataba a ese lugar. Se había despedido de sus amigas ayer con solo un "adiós" y la explicación de "no tengo nada que hacer aquí".

Aparco cerca de la puerta y bajo de su auto dejándolo abierto. No venía a conversar, venía a despedirse. Toco la puerta y enseguida su novio abrió.

-Hey, ¿Qué haces aquí, Mia?- dijo sorprendido. Estaba en pijama: pantalones de cuadros y una camisa que se notaba que se había puesto al escuchar la puerta. Mia entro y se mantuvo cerca de la puerta, intentando respirar el aire puro y relajador que siempre le había gustado.

-vengo a despedirme - dijo seria. Intentaba no llorar, era mejor odiarlo que amarlo.

Jamás lo volvería a ver.

-¿Qué? - pregunto sorprendido. Se acercó un paso a ella y ella retrocedió lo mismo.

-eso. No quiero estar más aquí, me apesta este lugar. No tengo familia ya nada me ata aquí. El año ha terminado. - explico aun con el ceño fruncido y extrañamente furiosa. Como debía estar, se recordó.

-¿Cómo que nada te ata? ¿Y yo, lo nuestro? - casi gritó.

-¿Qué es lo nuestro? - Pregunto con la voz llena de sarcasmo que nunca había usado. Se sorprendió a sí misma. - no duraríamos, terminaríamos al año, recuerdas.

El pareció triste cuando el menciono las palabras que tan duramente él le había dicho hace un mes. Sintió ganas de llorar, pero se aguantó y de nuevo se recordó porque ella se iba. Tenía que ser fuerte.

-no vengo a torturarte, sé que no estás listo para una relación tan formal como yo quiero, así que simplemente vengo a terminar todo.

Él guardó silencio durante un minuto entero, luego reacciono y se dijo que era culpa suya. Trato de hablar para que lo perdonara, pero no salió nada. Reviso su reloj de muñeca

- se me hace tarde, es un viaje largo. Hasta nunca, Toni Kroos.

Sin dejarle siquiera echarle la última mirada corrió hacia su auto. Lo encendió tan rápido como nunca y partió dejando todo atrás.

-ahora somos tu y yo pequeño.

Papá sorpresa                                            (Toni Kroos)Where stories live. Discover now