#1O Baby

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YUNHONGMIN¡!

en donde mingi deja su triángulo amoroso
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Mingi paró de caminar al ver un bonito conjunto de ropa para bebé color azul, eso le recordaba demasiado a Yunho, por lo cual no pensó mucho antes de tomarlo entre sus manos, junto a uno de color rojo y otro blanco. Su hermana le había acompañado al centro comercial a comprar ropa para su hijo, pero había desaparecido corriendo despavorida detrás de una tienda de descuentos que le resultó interesante en demasía.

La panza de Mingi había crecido a tal punto de que todas sus camisetas, incluso las que le quedaban largas, hacían que se le viera la piel y le entrara frío. Así que también tenía que comprar ropa para él.

Le habría encantado tener al padre de su hijo a su lado, fuera quien fuera, realmente no importaba demasiado si era Yunho o Hongjoong, él sabía que ambos serían excelentes padres. Sólo que no querían serlo aún. Había sido duro, estaba solo y era muy joven, de su familia sólo su hermana menor le ponía algo de atención y ni siquiera era la suficiente.

La empleada de la tienda le dio su bolsa con la compra sonriendo amablemente, Mingi agradeció y se marchó. La gente solía mirarle siempre, hablaban en murmullos cuando pasaba y más de una vez pensó en abandonar Seúl sólo por el miedo a que Yunho y Hongjoong se enteraran de su embarazo.

—Mingi… —dijo alguien a tan pocos pasos, detrás suyo—. Mingi…

Mingi se detuvo por una milésima de segundo, comenzando a caminar al instante, fingiendo que no había oído absolutamente nada. Sólo tuvo que pensar en ellos…

Hongjoong no podía verle así. Mas casi chilló cuando su brazo fue tomado con brusquedad y Hongjoong le volteó.

—Hace tanto tiempo que no… —Hongjoong comenzó con un tono efusivo, pero paró de hablar súbitamente al tener su vista sobre el vientre ajeno—. ¿Qué…?

Mingi se soltó del agarre con lentitud, quiso empujar al más bajo e irse lejos. Irse y encerrarse como lo ha estado haciendo durante seis meses.

—¿Por esto fue que tú… quisiste tiempo? —pensó Hongjoong en voz alta—. Mingi… ¿por qué no hablaste antes?

Hongjoong pasó su índice por sus ojos, quitando las lágrimas que se acumulaban. Mingi no supo porqué él lloraba, así que le dio una oportunidad de hablar.

—Te fuiste, dejaste todo —dijo el mayor despacio—. Yunho y yo te extrañamos. —Los ojos de Hongjoong se hicieron más y más grandes luego de posar la vista en el vientre ajeno por segunda vez—. ¿El bebé… no es nuestro?

La mirada llena de odio del mayor sólo hizo que Mingi se sintiera pequeño, entonces el nudo en su garganta, el miedo y quizás el llanto contenido por meses, hizo que no contradijera las suposiciones de Hongjoong.

Así como la última vez, Kim no le dejó hablar. Él sólo le dio la espalda y se marchó, como lo ha hecho ya antes.

Mingi sollozó, cubriendo su rostro para que nadie le viese. Quería desaparecer, hubiera sido mejor para él si nunca se cruzaba de nuevo a esas dos personas. Los dos que le habían dejado solo.

Mingi estaba dejando el centro comercial cuando el automóvil de Yunho se estacionó enfrente suyo.

—Quizás somos unos caballeros y no dejaremos que vayas solo a casa… —dijo Jeong luego de bajar la ventanilla.

—Ya no necesito nada de ustedes… —Mingi evadió el Camaro de Yunho y siguió su camino.

—¡Mingi!

Yunho y Hongjoong se bajaron del automóvil, siguiéndole a pie. Cuando el menor de los tres se volteó, se sorprendió de encontrarlos llorando. ¿Por qué lo hacían? Mingi no podía entenderlos en absoluto.

—¿Qué es lo que sucede con ustedes? —preguntó Mingi, alterándose—. ¡Sólo estoy haciendo lo que esperaban que hiciera! “¡Sólo somos tres chicos divirtiéndose, eh! Así que cierra la boca y alza el culo”. Fue lo que Hongjoong dijo cuando intenté… —Mingi apretó su estómago—. Sólo tres chicos divirtiéndose… Creí que lo nuestro significaba algo… Lo siento por romper este triángulo, pero no puedo seguir ahí, chicos.

Mingi no esperó a que alguno de los dos hablara, era su turno de irse. Era su turno de pensar en sí mismo, primero. No obstante, cuando no oyó nada más que un par de gritos y puños estallando contra la cara de alguien, hizo todo el uso de su fuerza para tratar de seguir, pero no pudo.

—¡No puedo creer que le dijeras eso!

—¡No lo hice a propósito! ¡No me di cuenta de lo que estaba diciendo!

—¡Sepárense ya! —Mingi gritó—. Par de idiotas, no hacen más que gritar y pelearse.

Hongjoong se bajó del estómago de Yunho y le pasó un pañuelo para que se limpiara la sangre de la nariz.

—Me he equivocado, lo sé, lo siento. —Hongjoong tembló aún cuando se intentó acercar al menor—. Sacaste las cosas de contexto, Min —suplicó.

—Seis meses, y lo que me dices cuando me ves es que este bebé es de alguien más. ¿Tú me odias? ¿Quieres a Yunho para ti? —Mingi tuvo que apoyarse en el Camaro para no caer—. Par de idiotas, no pueden mirar más allá de su propia nariz. Imaginen que este día no pasó. Sigan como hasta ayer, o lo que sea… yo me cansé.

Las piernas de Mingi se debilitaron, así que lentamente, se arrastró por el Camaro para hacer su caída menos súbita.

Hongjoong se acercó primero, con el corazón en la boca apunto de regurgitarlo todo, tomó entre sus brazos la cabeza del menor notando al instante que estaba inconsciente y pidió a Yunho que cargara a Mingi.

Unas pocas horas más tarde, donde ambos mayores se la pasaron en esquinas opuestas en la habitación de hospital de Mingi, el menor despertó como si sólo hubiera tomado una pequeña siesta.

—¿Ustedes…? —Mingi miró primero a Yunho, atentamente, luego a Hongjoong—. Oh…

—Hablamos con tu hermana —dijo Yunho, levantándose de su silla—. Y vamos a cuidar de ti, sin importar quién sea el papá del bebé. Hongjoong realmente no quería equivocarse así, por favor perdónalo.

Mingi miró al mayor, quien con una pequeña sonrisa se acercó también. Él tomó la mano de Mingi entre las suyas y apretó, aún cuando Song era mucho más grande, él se sintió una vez más infinitamente pequeño ante Kim.

Mingi los amaba a ambos, amaba la forma en la que lo hacían sentir, se veía adorado por ellos y le fascinaba. Ahora, había alguien más, pero las miradas de Yunho y Hongjoong, ambos le hacían saber que… también amarían al pequeño, fuese hijo del mayor o del menor.

—Ya hablaremos —murmuró Mingi—, cuando lleguemos a casa.

Y la sonrisa llena de felicidad de ambos no pasó desapercibida para el menor.

Sáb., 18 de mayo 2019

Si hay algún error lo corregiré más tarde

¡Hola después de tanto tiempo! 🥰🥰🥰

Este primer mpreg no debería ser así de pendejo, ya habrán mejores...

Treasure ⸺ateez。2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora