#O1 LOOK AT ME

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YUNGI¡!

en donde el inocente mingi descubre su cuerpo
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—¡Hyung! ¡Hyung!

Yunho dejó el libro que estaba leyendo a un lado cuando oyó los gritos de Mingi en algún lugar de la casa junto a sus pasos apresurados, entonces vio al menor abrir la puerta de su habitación y rápidamente saltar sobre él en la cama. Mingi, de rodillas, con las piernas a cada  lado de las caderas de su mayor, alzó su camisa y con una enorme sonrisa en el rostro, se apegó a Yunho dándole a este una vista de todo su torso.

—¡Mira, mira, Hyung! —exclamó Mingi llevando una mano a su pezón.

Yunho vio con ojos sorprendidos cómo Mingi se frotaba el pecho insistentemente con la mano izquierda mientras estaba a horcajadas encima suyo, con una enorme sonrisa destellando en su rostro.

—¡Mira, mira! —Mingi retiró su mano, mostrándole el pezón erecto—. Se puso duro —dijo sorprendido, haciendo su voz más pequeña—. Se excita.

Yunho se ahogó con su propia saliva, Mingi arrugó la nariz y achicó los ojos acercándose a él para mostrarle aún mejor su nuevo descubrimiento.

—¡Míralo, míralo! —Mingi posicionó su pecho sobre el rostro de Yunho.

El pequeño pezón estaba duro debido a la estimulación que el muchacho le había dado.

—Tócalo, hyung —dijo Mingi tomando la mano ajena y llevándola a su pecho—. Tócame antes de que deje de estar duro.

Yunho parpadeó confundido y con titubeo se dejó hacer, tocando suavemente con su dedo índice el pezón del otro.

—¿Tus… tus tetillas nunca se endurecieron antes? —preguntó Yunho, quitando su mano con brusquedad.

No quería tocar a su menor, no debía hacerlo.

—Huh, sí —respondió Song con obviedad—, pero no sabía que podían ponerse así tocándolos.

Yunho entonces no preguntó cómo es que lo descubrió. La respuesta podría ser incómoda y lo tenía muy en claro.

Mingi bajó su camiseta y se sentó sobre el estómago ajeno, abultando los labios cuando su hyung volvió a prestarle atención al libro que tenía a un lado.

Yunho quiso evitar volver a mirar al más joven, cuyos pezones aún estaban duros y podían notarse a través de la pijama que llevaba. Jeong mordió sus labios disimuladamente tratando de que las palabras que estaba reteniendo no se escaparan de él, no cuando tenía a su menor sentado encima y la idea de irse parecía muy lejana para Mingi.

—Hyung… —llamó el menor—. Hyung, no tengo sueño…

Mingi se balanceó ligeramente aún sobre las caderas del mayor, sentándose sobre ellas para no dañarle el estómago, y golpeó con sus puños suavemente en los hombros ajenos. Yunho consiguió ignorarlo eficientemente, así que Mingi se rindió en su intento para que su hyung favorito jugara con él.

Era muy tarde, y se había desvelado en la sala de ensayos. Ahora todo el mundo estaba dormido y Mingi tenía demasiada energía como para irse a la cama.

Song intentó levantarse, pero una mano en su muslo reteniendo su huida fue suficiente para que quisiera quedarse con el mayor.

Yunho apretó entre sus dedos la piel de las caderas del menor, haciendo que este se retorciera encima suyo y bajara lentamente hasta descansar su cabeza en su pecho. Jeong sonrió disimuladamente, continuando con el recorrido de su mano por las caderas y subir incómodamente hasta el pecho.

Mingi se separó ligeramente con la idea de que Yunho lo tocaría, y muy lejos de la realidad no estaba cuando los dedos ajenos atraparon su pezón derecho. Jeong dio vuelta lentamente, poniendo el cuerpo de Mingi de espaldas a la cama, colocándose encima suyo aún con su mano dentro de la camiseta ajena.

Song intentó apartar al mayor, pero este lo retuvo con su propio cuerpo. Yunho acercó su rostro hasta rozar las orejas de Mingi con sus labios, respirando repentinamente agitado debido a la situación en la que se encontraban.

¿Cómo había Jeong Yunho llegado a esto?

—¿Eres tan inocente, huh? —preguntó Yunho, estirando el pezón entre sus dedos levemente—. ¿O… hiciste todo eso por una razón?

Yunho no esperó por una respuesta. Tenía al menor abierto de piernas debajo de su cuerpo, así que, con un rápido movimiento, acercó más sus caderas, apoyándose justo entre ambas mejillas.

La respiración de Mingi se desestabilizó y su rostro se coloreó de un intenso rojo, mirando a su Hyung con sorpresa y un brillo distinto en los ojos.

—Hay otras cosas en el cuerpo que pueden ponerse duras, Minmin —susurró Yunho en el oído ajeno, lamiendo a continuación el cuello pálido—. ¿Quieres descubrirlo conmigo?

Treasure ⸺ateez。2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora