XVI

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Ray sale del hospital, buscando el origen de la voz que la había dicho que existe una manera de salvar al pequeño Yuya.

A medio camino, se le ocurrió entrar por un campo como un atajo para llegar pronto a casa, desafortunadamente, el cielo se había oscurecido, y queda poca luz para que pueda salir de ahí; en ese momento, escucha algo entre los arbustos.

Ray: ¿Quién anda ahí?- preguntó un poco temerosa- Quién quiera que seas, te advierto que no estoy sola- mintió.

Al final, la persona, sale de su escondite, no es más ni menos que...

Ray: ¿Zarc? ¿Qué haces aquí?

Zarc: Eso es lo que quiero preguntarte.

Ray: ¿Has estado siguiendo a mi papá y a mí?

Zarc: No. Sólo que tuve una corazonada de que algo anda mal por aquí.

Ray: No finjas.

Zarc: Digo la verdad.

Ray: Mi padre dice que no eres humano. Eres un demonio.

Zarc: Ya veo. Eres hija de ese sujeto.

Ray: ¿Por qué mi padre te odia tanto? Me dijo que buscas un poder semejante al de un Dios ¿verdad? ¿Para qué lo quieres?

Zarc: Te equivocas, yo no quiero ese poder.

Ray: No te creo.

Zarc: Es la verdad. Ese poder no es lo que los humanos deben involucrarse.

Ray: ¿Ah, no?- dijo en forma altanera.

Zarc: Además, tu padre es el que está mal.

Ray: ¡Oye! No hables mal de mi padre, o me veré obligada a que recapacites.

Zarc: Sólo eres una humana, no podrás contra alguien cómo yo.

Ray resopló: Sólo espera y verás.

En ese momento, Zarc sintió un latido fuerte en su corazón, se tensó y se puso en guardia.

Ray: Veo que no te rendirás tan fácil.

Zarc: Está cerca...- susurró.

Ray: ¿De quién hablas?

Zarc no respondió, sólo se limitó saltar entre los árboles hasta perderse de vista.

Ray: ¡Oye! ¡Regresa aquí!

Más tarde, escucha la voz de su padre.

Leo: ¡Ray!

Ray: ¿Papá?

Leo: Maldición, casi lo tenías.

Ray: Un momento ¿sabías que Zarc estaba aquí?

Leo: Las cámaras seguridad detectaron que Zarc estaba aquí junto contigo y me dirigí hasta aquí.

Ray: Papá ¿por qué quieres capturar a Zarc?

Leo: Ya te lo dije. Ese dragón quiere un poder que...

Ray: Eso lo sé. Pero si lo encuentras antes que él ¿Qué harás?

Leo: Por supuesto que destruirlo, Ray.

Ray: En ese caso, ese poder no es muy fuerte.

Leo: No mientras ese demonio no lo consiga. Necesito que lo captures en la escuela, una vez hecho esto, me llamas de inmediato.

Ray: ¿De qué manera quieres que lo capture?

Leo saca algo de su bolsillo y se lo entrega a Ray, ésta sin entender, abre la mano y ve que son 4 cartas con símbolos peculiares.

Ray: Estas son...

Leo: Las hice para detener a ese demonio, son creadas por la naturaleza. Estuve investigando y me di cuenta de que la naturaleza tiene un poder que puede purificar cualquier ser vivo de la tierra, los animales, las flores, el agua, el viento, todos los elementos tienen la capacidad de hacer que los seres vivos renazcan. Ray, tu misión es detener a Zarc, eres la única que puede detenerlo y encontrar ese poder oculto.

Ray asintió ante lo pedido, pero algo le dice que no debe confiar en su padre. Al día siguiente, se dio cuenta de que Leo no ha comenzado a investigar una cura para Yuya, y en sus sueños, escucha aquella voz que le dice que hay una manera de salvarlo, pero, por más que quiere preguntarle algo esa voz, ésta no responde, sólo le dice que existe una manera, eso le molestó un poco, ya que no le especifica bien que quiere decir. Llegando a la escuela, Ray busca a su objetivo, y lo encuentra en la terraza de la escuela, mirando la nada.

Ray: Por fin te encontré.

Zarc voltea la mirada-¿me buscabas?

Ray: Será mejor que te rindas-activa su disco de duelo.

Zarc: No estoy de ánimos para jugar contigo.

Ray: No me vengas con eso. Sólo lo dices para huir de mi.

Zarc: Ya veo que no me creíste cuando te dije que tu padre está mal.

Ray: No hables así de él.

Zarc saca entre sus ropas un collar que tiene forma de un péndulo con alas plateadas, éste brilla, para sorpresa de Ray, las cartas que su padre le dio,  también comenzaron a brillar, haciendo que su cuerpo sea envuelta por ese brillo.

Ray: ¿Qué está pasando?

El brillo se intensificó que Leo logra visualizarlo.

Leo: Bien hecho, Ray-dibuja una sonrisa.

Ray no dejaba de ver al chico con sorpresa, Zarc sonríe.

Ray: ¿Qué fue eso?

Zarc: Ya veo, eres quién he estado buscando.

Ray: ¿Qué?

Zarc: Tú posees ese poder.

Ray: ¡Eso es imposible!

Zarc: Ah, no. Entonces dime: ¿has escuchado mi voz en tus sueños?

Ray abre los ojos-así que ¿tú eres el que me ha estado llamando?

Zarca sintió.

Ray: ¿Por qué? ¿Por qué dices que hay una manera de salvar a Yuya? ¿Lo conoces?

Zarc: La verdad no. Pero odio ver morir a un niño que apenas conoce el mundo y hace su vida.

Ray: ¿Quién de demonios eres?

Leo: ¡Ray!

Escuchan la voz del hombre no muy lejos de ahí. Ray se asoma y ve a su padre en el patio de la escuela con un grupo de personas uniformadas.

Leo: ¡Ya no tienes salida, Zarc! ¡Ríndete!

Zarc se mantiene suspendido, Ray vuelve la mirada al chico, al ver esos ojos amarillos, muestra una calidez que no puede describirse con palabras.

Ray: ¿De qué forma? ¿De qué forma puedo salvar a Yuya?

Zarc asiente. Leo corre a la terraza, uno de los hombres que lo acompañan, derrumba la puerta con una patada, al entrar, tanto el demonio como su hija, y ano están.

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