21

156K 7.2K 1.8K
                                    


«Todo lo que sé es que sostuviste la puerta.

Tú serás mío y yo seré tuya.

Todo lo que sé desde ayer es que todo ha cambiado.»

Everything Has Changed – Taylor Swift feat. Ed Sheeran.



Intenté hablar con Brandon, pero no lo vi en el resto de las clases. Al parecer se había ido antes.

Quería saber el porqué de todo lo que estaba haciendo. Si bien éramos amigos, debía dejar que yo hiciera mis cosas y no meterse en mis asuntos porque, en definitiva, no deberían de interesarles demasiado, como parecían hacerlo.

Entendía que Brandon no quisiera que me sucediera algo malo, pero ¿por qué toda la culpa se la atribuía a Will? Si bien él era quien me había llevado a las apuestas, fue mi decisión acompañarlo —aunque me había condicionado en cierto modo— y seguir adelante con ello.

Halley se mantuvo distante, por suerte. Había pasado todo el día con Bryan. Me preguntaba si él sabía en lo que estaba metida, aunque algo me decía que seguramente desconocía sobre el tema.

Me daban mucha gracia los intentos fallidos de Natalie por seducir a Will. A la hora del almuerzo ella se sentó junto a él y Daxton, ambos la fulminaron con la mirada para luego irse de la cafetería dejándola sola.

Quizá estaba mal que me riera de eso, pero ¿a quién le importaba? Will era mi Will. No me hubiera molestado si una chica se acercara a hablar con él de manera amistosa, pero Natalie iba con otras intenciones, y eso me molestaba demasiado, pero debía ocultarlo de algún modo y resultaba difícil cada vez que veía a Natalie susurrando cosas al oído de Will, aunque él hiciera de cuenta que ella no existía.

Luego de clases fui al entrenamiento de tenis. Max seguía con la idea de hacerme entrenar el doble y vengarse por mi irresponsabilidad. No hubiera sido un gran problema si el clima no fuera tan cálido, pero estar entrenando bajo el sol que quemaba, literalmente, era insoportable.

—Vamos, Max —dije apoyando mis manos en mis rodillas tomando aire—. Hace demasiado calor.

—Sigue corriendo, Annaleigh —ordenó.

—¡Hace demasiado calor! —me quejé nuevamente—. Al menos vamos al interior.

—¿Tienes mucho calor?

—Sí —dije con demasiada obviedad.

—Espérame un minuto —dijo con seriedad.

No me moví y seguí intentando que al menos un poco de aire fresco llegara a mis pulmones, pero lo único que lograba respirar era aire caliente.

Mientras me reincorporaba para esperar a Max, los aspersores se encendieron empapándome de pies a cabeza en menos de un minuto.

A pesar de que el agua era refrescante le había prometido a Will que iría a su departamento luego del entrenamiento y ahora, como había olvidado llevar ropa extra, debería regresar a casa a cambiarme.

Oí una sonora carcajada a mi espalda, volteé y vi a Max doblarse de la risa.

—¡Eres un idiota! —me quejé aún bajo el agua.

—Tú eras le que se quejaba del calor —dijo entre risas.

—Eso no es para nada profesional —me sorprendí a mí misma al decir eso.

SCARS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora