Verdades

890 81 1
                                    

*Aitor*
Llegué a casa con Diana y Rubén sobre mi espalda, mi parte manticora era mucho más fuerte que mi parte de lobo pero por desgracia mucho más lenta en tierra...
Jamás había visto tantos lobos reunidos en un mismo sitio...
La manada al completo de Cristal y Diego habian venido hasta aquí, al saber del incidente de Diana.
El médico salió después de casi cinco horas con ambos en la habitación.
Todos nos levantamos y empezamos a hablar a la vez .
Señores por favor... -gritó el médico.
Se hizo el silencio .
La señorita Diana está estable al igual que el joven Rubén, su evolución está ligada... Por un motivo que ellos mismos explicarán -le cortó Mateo el brujo de la manada saliendo de la habitación.
¿Que pasa Mateo? -dije llegando hasta él.
Pasa que eres un gran semental... -dijo mirándome entre serio y decepcionado-pero un pésimo mate...
Le miré sin entender.
Felicidades Aitor... Vas a ser padre, casi pierde el bebé cuando intentaste rechazarla...pero ahora ambos están bien -soltó dejándome mudo.
¿¡INTENTASTE RECHAZAR A MI HIJA!? - vociferó Diego llegando hasta mí.
Pero de pronto alguien lo separó de mí.
Por favor... Ella necesita descanso... -dijo Rubén.
¡Maldita sea...! -dijo Mateo -¡tú también tienes que descansar! Si no lo haces ella no se recuperará...
Agarró a Rubén metiéndole a la habitación, lo seguí, quería ver a Diana, necesitaba pedirla perdón, me había comportado como un animal con ella... me habían cegado los celos...
Mateo metió a Rubén en la cama y se giró hacia mí.
Me siento muy mal -dije acariciando el pelo de Diana -los celos me cegaron....
Celos de tu propio hijo... -dijo Mateo.
¿Que? -dije creyendo que había oído mal.
Lo que has oído... -dijo Mateo -por eso él cayó junto con ella... No entiendo por que pero la Diosa a enviado la parte lobuna de tu hijo a proteger a Diana...
Me quedé impactado, quieto con la mirada perdida.
Por eso ella lo protegía tanto... -susurré sintiéndome un mierda.
El instinto de una madre. -dijo Mateo -aún sin serlo aún ...su instinto es más fuerte que ella...
En ese momento Cristal entró en la habitación.
Quiero verlos -dijo al ver la cara que puso Mateo-¡son mi hija y mi nieto, tengo derecho!
Por su estado no es conveniente... -contestó Mateo.
No pasa nada... -susurró Rubén- ellas van a estar bien...
Cristal empujó a Mateo acercándose a ambas camas.
Primero a Diana, a la cual acarició y después hacia Rubén.
Ella lo miró embobada.
Mientras él miraba alucinado el abultado vientre de ella.
¿Puedo? -dijo y Cristal asintió aún impactada.
Rubén posó la mano sobre el vientre de Cristal y este se iluminó.
Hola tía Rubí- dijo con una sonrisa de oreja a oreja y un brillo de felicidad en la mirada, cuando otra luz se sumó a la primera -y hola a tí también tío Diego...
Cristal aspiró de sorpresa y Rubén levantó la cara hacia ella.
¡Perdón! -dijo apartando la mano - no debería haber hecho eso...
No... -dijo suavemente Cristal acariciando su cara- solo me has confirmado lo que ya sabía...
Así junto a mi suegra, no parecía más que un niño grande con esos ojos tan grandes y... ahora que los me fijaba... ¡Eran iguales que los de mi padre!
Se me hace raro tener un nieto tan grande... -dijo Cristal dejándonos boquiabiertos, la puerta y la habitación estaba sellada incluso para los lobos era imposible escuchar nada de lo que se dijera aquí...
¿Como...? -dijimos todos a la vez.
Soy la loba dorada, por favor... -dijo altiva y Rubén sonrió.
Una de ellas... -dijo con esa sonrisa que ponen los niños cuando les das una chuche a escondidas.
No. Tu madre tiene un cóctel de poderes muy superiores a los míos, que su pelaje pueda volverse de color dorado, no la convierte en una loba dorada - dijo - ella es una nueva especie.
Un pequeño gruñido llamó nuestra atención, Diana se estaba despertando.

Diana la sombra más oscura Where stories live. Discover now