¿Te quitas o te quito?

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¡¿Te has casado con el!? - gritó Aitor completamente fuera de sí.
Me agarraba por los hombros y me sacudia, mientras los demás gritaban e intentaban quitármelo de encima, pero yo no sentía ni oía nada, solo podía mirar la furia en su cara, y como poco a poco su rostro se transformaba en algo que jamás había visto.
Sus ojos se volvieron completamente rojos y redondos, mientras su cara se deformaba y oscurecia.
Pero no sentía miedo... Aunque sus manos, que ahora eran unas enormes garras, me mantenían sujeta y aprisionada, haciendo aparecer oscuros moratones en mis brazos, estaba tranquila y relajada.
Amor... Me haces daño - dije tranquilamente al sentir crujir y romperse el hueso de mi brazo.
Al parecer mi voz Le hizo reaccionar y soltándome salió volando convertido en una enorme y aterradora criatura.
¿Así que esa era la razón por la que no me tocaba? ¿Temía perder el control así?
Así que un manticora... - dijo Lilith - con razón no lo sentía como un ángel...
Diana, será mejor que te sientes... - dijo.
¿Porque? - dije, pero justo en ese momento los brazos empezaron a dolerme de una manera horrible.
Caí al suelo, gritando sin poder agarrarme ninguno de los dos ya que los tenía rotos.
Tranquila... - escuché decir a Rocko mientras caía en el alivio de la inconsciencia.de pronto estaba en un gran claro, con un lago, supe que estaba soñando, pues Lilith y Dana estaban allí, de espaldas a mí mirando el lago, sin advertir mí presencia.
Esa monticora... Esta vez se a pasado-decia Dana mientras yo me acercaba a ellas en silencio.
¿Tu nunca pierdes el control verdad? -contestó Lilith empujando suavemente su hocico, con la mano.
Lo quieres ¿verdad Lilith? -dijo Dana-conmigo no tienes por que fingir...
Ella solo suspiró pasando la mano por el cuello de Dana.
Lo que me preocupa ahora es Diana... ¿Quien sabe si después de esto lo seguirá queriendo?
No, no le quiero -dije sobresaltandolas, me miraron sorprendidas y después bajaron la cabeza.
Diana... Se que lo que hizo no estuvo bien... Que te hizo daño, pero... -dijo Lilith, dejando caer una lágrima por su mejilla, yo mirándola sorprendida por esa nuestra de sentimientos que supuestamente las Banshees no tienen,sequé su lágrima con una mano y con la otra levanté la peluda cabeza de Dana.
No me habeis dejado terminar... -dije acariciando la cara de ambas -claro que no lo quiero... ¿Sabéis porque? Por que lo amo...
Se lanzaron a mis brazos tirandome al suelo, entre risas y lametones.
Entonces el lago empezó a brillar, ellas me llevaron hasta allí dejándome ver, a un furioso Aitor tirando todo lo que encontraba a su paso, la imagen cambió dejándome verle sentado en la roca de mando de la manada, pero ya no era el mismo... Sus ojos carecían de vida... Una gran manada se acercaba a ellos, la imagen volvió a cambiar, entonces ví porque se acercaban, era una guerra de manadas... ¡Mi manada estaba en peligro!
Es hora de que volvamos... -dijo Lilith.
Si... -dijo Dana, agarrando la mano de lilith y extendiendo la otra hacia mí, cogí su mano y una corriente eléctrica atravesó mí cuerpo.
Desperté en una cama grande...
Estaba consciente, pero no conseguía abrir los ojos...
Escuchaba voces, pero tampoco podía hablar ni moverme... Estaba muy asustada...
Debemos ir a ayudar a Aitor, la manada dark blood no es ningún juego, son extremadamente sanguinarios...
No van a permitir que haya otra manada tan cerca de su territorio, siempre estuvieron enfrentados a Adrián, y ahora con su hijo... -dijo mi padre... Espera ¿mi padre? ¿Donde estoy?
Rocko e Izan están con él tranquilo mi vida... -dijo mi madre.
Noté una mano sobre mi cabeza.
Me parece mentira verla así... -dijo mi padre desde mucho más cerca, debia de ser él quien acariciaba mi cabeza.
Ya son muchos años, pero yo tampoco...-dijo mi madre con voz tomada dejando la frase a la mitad.
Eee... Tranquila mi amor- dijo mi padre apartando la mano de mí.
Escuché llorar a mi madre.
¿A que se referia mi madre con muchos años?
¡Diego! -gritó alguien entrando de golpe en la habitación,olía a sudor y a... ¡sangre!
¿¡Que ha pasado,Daniel!? -gritó mi padre.
Es Aitor... Él.... -dijo mi tío mientras yo contenía la respiración-esta malherido, el alfa de dark blood lo tiene arrinconado,no creo que lo consiga...
¡No! -grité sentándome de golpe , ante la mirada asombrada de ellos.
¡Diana!-gritaron los tres q la vez, pero yo no los escuché, simplemente abrí la ventana y salté cayendo sobre mis cuatro patas.
Corrí siguiendo el olor de Aitor, cuando de golpe ví millones de lobos peleando entre ellos unos de mi manada y otros supuse que  de dark blood.
¡Diana por Dios para! -gritó mi madre llegando a mi lado, pocas veces la veía en su forma lobuna, pero las veces que la veía su hermoso pelaje me hipnotizaba... -no lo entiendes!
¿Que es lo que no entiendo? -dije si dejar de buscar a Aitor entre tantos lobos.
El líder de esos lobos te busca a tí-dijo mi madre -no se porque pero por eso estábamos contigo, por si acaso llegaban hasta tí... Además después de tanto tiempo en coma, no deberías haber salido así, sin que te viera un médico...
¿Cuanto es tanto tiempo? -dije aún sin mirarla, ella se quedó callada y yo localicé a Aitor, pero estaba muy distinto, su pelaje antes  blanco y brillante ahora lucia apagado y sin vida, además estaba muy delgado, parecía un rogue (lobo vagabundo sin manada) desnutrido.
Eso no había podido pasar en unos días...
¿Cuanto mamá? -dije alterada por el Estado de Aitor, así no podría defenderse...
Cinco años-dijo mi madre haciendo que mi corazón diera un salto.
¿¡Cinco años!? ¿¡Llevo 5 años en coma!? -grité llevandome las manos a la boca para amortiguar mi grito.
Shh... Si llevamos todo este tiempo protegiendote, pero ya han llegado hasta aquí... -dijo apoyando la cabeza en mi lomo -como me alegro de que estés despierta mi niña...
Froté mi cabeza con la suya como si fuésemos dos gatitos.
Te quiero mamá-susurré.
Noté a mi padre, a mi tío y a mi tía uniéndose a nuestro abrazo lobuno,cuando un dolor atravesó mi pecho de lado a lado dejándome casi sin respiración.
Aitor...
No lo pensé y salté del precipicio, llegando hasta el centro de la pelea en apenas unos segundos ante la asombrada mirada de los miembros de mi manada. Izan estaba entre ellos y fue el primero en notar mi presencia y girar la cabeza para mirarme.

Bajé de la piedra de la manada, llegando hasta Izan

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Bajé de la piedra de la manada, llegando hasta Izan.
¿Donde está? -dije con mi voz de Alfa , ya que sabía que si no no me lo diría.
Él se encogió -en el prado-dijo por fin.
Llevarme con él-ordene y automáticamente todos los lobos me rodearon y abrieron camino hacia el prado.
No pasarás Luna-dijo un lobo gris y Pardo(en multimedia) plantándose ante mí.
Ya estaba más que arta de tener guardaespaldas.
A un lado -dije a mis lobos.
Era hora de probar algo que quería probar desde aquella noche en la habitación con Aitor...
Según iba andando sentí un gran calor en mi pecho otra vez aquellas luces doradas me rodearon haciendo brillar mi pelaje, solo que esta vez no las detuve.
No puede ser... -susurró Izan cuando enseñé los dientes y rugí a aquel lobo gris, totalmente transformada en una loba dorada de ojos rojos.
Te quitas o te quito-rugquito-rugí, al ver que agachaba las orejas y se encogia , pasé mientras los demás se encargaban de mantenerlos a raya.

Diana la sombra más oscura Where stories live. Discover now