2. Club de Juegos, Parte Dos.

Începe de la început
                                    

Fue cuando estuvo a un metro del par, apretujada incómodamente entre dos chicas que mantenían una conversación, que pudo captar lo que el de segundo año estaba diciendo, y porqué su cara le recordaba u poco a una toalla de papel mojada.

"Entonces, ¿qué te hace creer que tendrás tiempo para esto?" Habló con los brazos cruzados frente al pecho.

Adrien cambió de un pie a otro, y a pesar de que Marinette no pudo ver su cara, sabía que estaba incómodo. Llámalo instinto.

"Bueno, he separado el tiempo en mi horario," Adrien respondió, su voz demasiado culpable para el gusto de Marinette. "Desde luego que habrán algunas semanas en las que no podré asistir a causa de fechas límite y esas cosas, pero antes tomé la decisión de que no puedo pasar todo mi tiempo trabajando o me consumiré."

"Uh-huh," el tono del pelinegro (¿Terrance? ¿Tony? Enserio, ¿cuál era su nombre?) era tan plano que podía haber sido usado como tabla para planchar. Rodó los ojos. "Seguro, niño rico. Todos son iguales."

Marinette sintió el principio de la ira surgir en su pecho, como una docena de pequeñas ascuas listas para converger en una llama en cualquier momento. Se aproximó, su sonrisa helada como contradicción y advertencia.

"¿Hay algún problema?" Preguntó, parándose al lado de Adrien. El parecía sorprendido por su repentina aparición, pero no dijo nada. Quizá estaba intentando prevenir una escena, sin percatarse de que Marinette tenía una idea de lo que estaba ocurriendo.

"Ninguno, sólo estábamos teniendo una conversación," pelinegro soltó con un encogimiento de hombros. "Sólo me desconcierta, como gilipollas ricos como este-" gesticuló con el pulgar en dirección de Adrien- " pueden salirse con la suya holgazaneando con algo como el doctorado de filosofía, supongo que es fácil tomarse todo a la ligera cuando tienes todo el dinero del mundo, ¿cierto?"

Las ascuas en el pecho de Marinette rugieron cobrando vida y sus manos se enroscaron en puños. Su reacción instintiva habría sido patear el trasero de este tipo hacia el bordillo, y si hubiera sido un poco más joven e imprudente, hubiera sido el curso que habría tomado.

Pero ahora era mayor. No era una tonta chica de dieciséis años acostumbrándose a tener superpoderes. No. Era una joven con responsabilidades, y una reputación que estaba intentando construir aparte de su alter ego como LadyBug.

Así que lo intentó por otro ángulo. Un silencioso, furioso tipo de ira.

"Escucha, Tim-" empezó, su voz derramando veneno

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"Escucha, Tim-" empezó, su voz derramando veneno.

Justo como predijo el no detectó el filo en su tono.

"Mi nombre es Lloyd," corrigió frunciendo el ceño.

"Escucha, Todd-" contrarresto, poniendo claro que no le importaba un comino cuál era su nombre, "si quieres ser parte de este club, será mejor que empieces a tratar a tus compañeros con el respeto que merecen. Me refiero a, ¿Quién crees que eres para juzgar a Adrien sólo porque tiene más dinero que tú? Nada te da derecho a hacer comentarios sarcásticos y, para ser honesta, no quiero ese tipo de actitud en el club del que soy presidenta. Así que anímate o retírate."

When Duty and Desire Meet. (Español)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum