Al ver que no tenía en nada más que pensar, comenzó a volver a darle vueltas al tema del regreso de Jeongin, como si no lo hubiera estado haciendo desde que se enteró de su llegada. Ambos compartían el mismo instituto, pero Hyunjin no volvió a verlo desde el martes cuando estaba hablando con Chan en el recreo, y de eso ya habían pasado dos días. No sabía cómo sentirse.

Es decir, estaba aliviado por no tener que cruzar palabras con aquel niño, sabía que sería un momento muy tenso y que posiblemente terminaría cagándola diciendo algo que no quiere, o haciendo algo estúpido que lo hiciera quedar mal frente a su mejor amigo de la infancia. Tampoco quería asustarlo o que el menor comenzara a pensar mal de él, Hyunjin tenía presente que su personalidad había cambiado mucho en todos estos años. Ciertamente no se parecía nada a cuando era más pequeño y su vida era más sencilla, y, para empeorarlo, no podía presumir diciendo que había cambiado a mejor.

Pero, mirándolo por la otra parte y aunque le diera bastante miedo volver a cruzar palabras, o miradas, con él, también quería saber qué tal estaba. No iba a mentir, seguía interesándose por su bienestar, y de vez en cuando se había preguntado cómo lo estaría pasando él después de lo que pasó hace once años.

Más de una vez se había sorprendido a sí mismo deseando que el castaño no lo hubiera estado pasando como él. Solía pensar mucho aquello cuando era más pequeño y su madre parecía tener más rencor a su persona; en aquellas noches en las que lo único que hacia era llorar, se consolaba imaginando que Jeongin estaba bien y estaba creciendo feliz, en una familia de verdad que se preocupara por él y le diera todo el amor que ese niño merecía.

Hyunjin deseaba que Jeongin no hubiera crecido como él, lleno de inseguridades y con un tremendo vacío en el pecho.

–Hyunjin, ¿Ya estás despierto? –La grave voz de su padre lo hizo despertar de su ensimismamiento. El azabache solo asintió, y su padre no hizo más preguntas.

–¿Tienes examen? –Ahora la voz de su madre inundó el espacio, y ella se acercó hacia la mesa para poder mirar los libros que tenía Hyunjin apartados en una de sus esquinas. Tenía pensado terminar de desayunar y comenzar a repasar.– Espero que hayas estudiado y no saques una mala nota, Hyunjin, llevas muchos días saliendo con tus amigos y tus calificaciones se van a ver afectadas. Si eso ocurre, no dudaré en cortarte ese privilegio, te hemos mimado demasiado y te estas convirtiendo en un adolescente muy dejado. –El chico agachó la mirada, apretando los labios, conteniéndose de decir algo que pudiera ponerle a él en una mala posición y simplemente emitió un ruidito de afirmación, no tenía ganas de recibir gritos a esas horas de la mañana. Ella se alejó de la mesa nuevamente, caminando hasta la cafetera, sirviendo su café y el de su marido, que se había sentado en la silla frente a su hijo.– El fin de semana no estaremos en casa.

–¿Por qué? –Preguntó, más por obligación que por interés. Hacía mucho que sus padres no dejaban la casa por más de un día, así que pensar en un fin de semana de soledad, hacia que una sensación de tranquilidad invadiera su cuerpo.

–Nos han dado vacaciones en el trabajo, así que vamos a aprovecharlas. Pasaremos el fin de semana en Roma –Cuando el microondas pitó, la mujer sacó los cafés, cogió cada taza con una mano y caminó hasta la mesa, sentándose al lado de su marido tras posar aquella gran taza humeante frente al hombre.– te quedarás solo. Ni falta hace falta decir que no puedes traer a tus amigos a casa.

–Claro, no lo haré. –Contestó, terminando de un gran sorbo lo que quedaba de su café nada más terminar de hablar, y abriendo su libro de matemáticas sin esperar un segundo más. Sabía que si se ponía a estudiar sus padres no iban a dirigirle la palabra.

–... Por eso se me ocurrió esto. –Se encogió de hombros, mirando a todo su grupo de amigos tras terminar de contarles aquello. Los siete pares de ojos lo miraban con atención e interés, agradados con la idea que tuvo Hyunjin.– Entonces, ¿Queréis venir a dormir a mi casa?

Just a little kiss || HyunIn Where stories live. Discover now