Sólo Mio

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Una a una, grises plumas caían del cielo como una lluvia trazada. Cada movimiento de las fuertes alas casi angelicales, provocaba que la lluvia menguara o que se intensificará.

Sintiendo su cuerpo pesado y dolido desde que saliera de los dominios de Idum. El dios suspiró aliviado al percibir a la distancia el hondear de una negra cabellera. Cuya portadora parecía esperarlo, acompañada de varias de sus parcas.

Distinguiendo el fulgor característico del poder de Venz. No fue necesario bajar su mirada para saber que la tierra se encontraba repleta de cadáveres bligths secos o mutilados.

Pasando de ellos a una velocidad vertiginosa, atravesó el portal que tan celosamente la diosa guardiana cuidaba. Recibiendo reverencias por los pocos sirvientes que se encontraban dentro del salón donde los dioses se hallaban y los creadores le esperaban.

―El tiempo corre dios de las almas ¿Cumpliste con tu misión, o nuestro favor ha sido en vano?

Sintiendo su cuerpo a punto del colapso, la máscara que lo cubría se deslizo de su rostro cual seda. Mostrando aquel pálido y bello perfil que los dioses habían visto tantas veces y que ahora sentían no reconocer.

Mientras que sus alas de un color gris azulado se iban desintegrando pluma por pluma. Sintiéndose un poco más compuesto, gracias a la energía que sus parcas le proporcionaban. Realizó una reverencia ante los grandes señores, antes de enseñar el tesoro que todos sabían había conseguido.

―Veo con deleite que lo has conseguido ―mencionó NIM, recorriendo con sus ojos todo el cuerpo frente suyo, a excepción de la mano que extendía la manzana dorada―. Aún se encuentra estable en el área médica. Pero como sabes, el tiempo pasa y su situación empeora. Tick tock ¿Me pregunto, si hasta que escojamos tu castigo ella podrá aguantar?

―¡¡Acepto cualquier cosa que me hagan!! ―Se apuró a decir sin saber el peso de sus palabras― ¡¡No me opondré a nada!!... pero... por favor... les ruego... les ruego que me dejen ir a verla....

Luego de un interminable silencio, los dioses vieron con intriga como el juez salía disparado apenas vio un movimiento afirmativo por parte del creador.

―Con respecto a la sanción...

―Me corresponde elegirlo ―interrumpió sin vacilación, enfrentando a los ojos achocolatados de su opuesto― Tú elegiste hacerlo un dios. Tú elegiste su castigo la última vez. En esta ocasión y en todas las que susciten a mi persona o reino un problema, es responsabilidad mía... o es que acaso ¿Nuestros trabajos no deben ser equitativo?

Viendo la burla brillar en los ojos de NIM, el creador tuvo que controlarse lo mejor que podía para no empezar una batalla allí mismo. Apostaría lo que sea a que ese maldito, junto sus copias baratas, ya lo tenían todo planeado.

―Como gustes. Como sabes tienes estrictamente prohibido atentar contra su integridad física. "No lo tocaras"

―Por supuesto, aunque no lo parezca soy un hombre decente. Además, sé muy bien cómo se juega desde tu punto de vista. Lo más importante es atacar al corazón ¿cierto? "No eres mejor que yo"

Enfrascados en un peligroso silencio. Ambos despertaron ante la llegada de dos nuevas presencias.

―Mi señor ―dijeron Venz y Tiempo, al mismo tiempo que hacían una reverencia.

―Un milenio de aislamiento en Nim debería ser suficiente para aleccionarlo. Aunque dudo que modifique en algo esa boca impertinente. ―Levantándose de su asiento, se detuvo un momento antes de llegar a la salida―. Venganza, dejó el resto en tus manos.

―Como usted ordene. ―Realizando una reverencia desapareció de la estancia. Ignorando completamente los furiosos grito del príncipe de ITHIS.

―¡No puedes estar hablando en serio, viejo! Tú mismo viste como volvió ¡Lo mataran de estar tanto tiempo allí!

―Él ya ha aceptado y tú mismo le has oído. Cualquier decisión que tomáramos, Muerte la aceptaría si con ello podía salvar a Lujuria. La decisión ya está tomada. A no ser que alguno de ustedes quiera tomar el lugar del dios de la muerte. ―Volviéndose hacia el segundo dios dijo―. Te propongo algo Vida. Dejare a Muerte libre de culpas... Sin embargo, uno de tus compañeros debe tomar su lugar. Ithis no permitirá que seas tú o Tiempo, pero cualquiera de los otros servirá. Entonces, dime benefactor ¿A cuál de tus compañeros estás dispuesto a sacrificar en nombre de Muerte?

Vida a punto de ofrecerse, se calló al escuchar la propuesta del oscuro.

―Eso pensé.

Sin más NIM abandonó la estancia. Avanzando con lentitud por los pasillos, una sonrisa sádica fue surcándole el rostro. Mezclándose con la noche. En su forma astral recorría hasta los confines más apartados del Fabren, hasta llegar a divisar una mansión ubicada en el límite del cielo.

Tomando nuevamente su apariencia humanizada, comenzó a caminar hacia la solitaria estancia. Nunca pensó que aquel improvisto le fuera tan provechoso. Sin dudas, debía premiar a Lujuria y a los otros. De haberle hecho caso a su orden, posiblemente hubiesen derramado más sangre de la necesaria para conseguir su propósito. Aunque estaba un poco decepcionado por ello.

―Esos malditos bastardos lo consiguieron. ―murmuró divertido, percibiendo como poco a poco la mansión comenzaba a llenarse de sirvientes.

Viendo a su alrededor notó como una bella rosa negra crecía a la entrada a los recintos de la cornucopia. Arrancando la única flor que parecía crecer en aquella tranquila tierra. La llevó a su cercanía, deleitándose con su suave fragancia.

―Al fin vuelves a ser mío.




Cortito ,pero es la ante sala para lo bueno 7w7 aquí también nos vamos para en Nim en un viaje lleno de emociones.

Nos veremos pronto ;3

Atte: Lucy

Una Juguetona MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora