The Midnight Chronicles Trilogy

CLAN ALDER: "Capítulo VI"

—¿No has intercambiado cartas con tu madre? —Camila acarició su nariz con la de Michelle pegándose más a ella sin poder evitar el contacto, la necesidad de sentirla cerca.

—Mi padre dice que su viaje ha sido muy largo y que le es difícil tener tiempo para la correspondencia—Lauren desvió la mirada—. Johna está listo con una carta para cuando pueda tener a disposición el intercambio de correspondencia con ella.

—No me gusta verte triste—Camila le besó los labios tiernamente—. Tu dolor es mi dolor, tu angustia es la mía. No sufras mi hermoso amor pues al huir buscaremos a tu madre para que sepas de ella.

—¿Me amas, Camila? —preguntó de repente Michelle y Camila notó en sus ojos vulnerabilidad, angustia y desespero.

Que cruel de su padre separar a Michelle de su madre cuando era la que más la comprendía en un momento tan duro como su transformación.

—Necesito escucharlo—Camila se puso de rodillas sobre el césped y Michelle la imitó. Ambas frente a frente viéndose con sus ojos dorados brillando en reconocimiento de su unión.

—Mi corazón entiende la definición de amor cuando estoy contigo—empezó Camila hablando con romanticismo y emoción a su loba, a su amante, a su hermosa mujer—. Te amo como las rosas al rocío de la mañana que las alimenta y las nutre de vida. Te amo con cara poro de mi cuerpo, con cada respiración de mi cuerpo y con cada latido de mi corazón. Oh, mi hermoso amor, amor no define lo que siento por ti. Es devoción, es entrega, es eternidad—Camila sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas—. Eres toda mi vida, Michelle Dawson.

—Y tú la mía—dijo Michelle con emoción—. Oh, amor de mi vida, que afortunadas somos de poder sentir esto. Que tiranía el prohibirnos demostrarnos este amor ante el mundo. Que horrible sentimiento el saber que el mundo jamás podrá presenciar un amor tan puro como el nuestro.

—Me gustaría que fuera diferente—le besó la frente—. Que honor seria poder tomarte de la mano sin miedo. Poder decirle al mundo que eres mía. Quiero...desposarme contigo—Michelle la abrazó con ternura—. Quiero tener un hogar contigo, Michelle. Quiero tener hijos contigo—Michelle sintió que las lágrimas corrían por sus ojos.

—Algún día, mi hermosa rosa—le dijo al oído—. Pero mientras ese día llega seremos felices a nuestra manera. Poblaremos al mundo y seremos eternas.

—¿Crees que tus lobos me acepten? —preguntó y Michelle sonrió.

—Nuestros lobos te aceptaran—corrigió—. Johna, Amelia, Nicholas, Ethan y Chloe son los elegidos—Camila abrió los ojos sorprendida.

—¿Amelia, la mejor amiga de mamá? —Michelle asintió—. ¿Cómo los elegiste?

—Fue la diosa—Michelle sonrió—. Ella eligió a los cinco primeros, y luego cada uno de ellos elegirá a su compañero que será de pelaje negro a excepción de mi compañera. Amelia por elección tendrá a Lucas, su esposo. Johna, Nicholas, Ethan y Chloe elegirán más adelante. Todos ellos a excepción de Nicholas han sido marcados para esta luna llena.

—¿Cómo los marcas? —preguntó Camila con curiosidad—. ¿De la misma forma que a mí? —Michelle sonrió.

—Tú eres mi compañera, mi preciosa Isabella—Michelle ronroneo acercándose a Camila—. Tus marcas con íntimas. Solo yo las conozco, y cuando seas loba y me marques completamente también mi poder será tu poder. El libro blanco será parte de ti como lo es de mí—Michelle suspiró—. Los he marcado, pero solo basta ser mordidos una vez. Las marcas de unión, de mates son diferentes.