La devastadora noticia

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Hugo giró un poco la vista para que su tío no notará su decepción.

~¿Por qué me dices esto?

~Lo hago para que no intentes nada. Contestó de forma directa.

~¿A qué te refieres? Titubeó mientras daba un paso en retroceso.

~Sé todo, en realidad la amas a ella; también conozco los sentimientos de Sofía, pero francamente me gustaría que te mantuvieras alejado, por fin, después de meses, pude ver una sonrisa sincera de su parte. No me gustaría que esa nueva felicidad se viera afectada por ti... Tú sabes, ahora tienes una hija.

~No lo haré, de eso puedes estar seguro. Prometí a la memoria de Clio que jamás lo haría. Viviré para mi hija y aunque su nombre me recuerde a mí amor de niñez intentaré lidiar con ello.

~Muy bien hecho muchacho, yo sabía que eras muy listo. Además no debes preocuparte, cuidaré bien de ella.

~En realidad eso no me interesa, Sofía puede hacer de su vida lo que le venga en gana. Yo solo quiero que se mantenga alejada de mi.

Su tío se acercó hasta Hugo y acomodo un pequeño mechón de cabello que se mantenía fuera de lugar, provocando que el joven lo volteara a ver.

~¿Recuerdas que solía peinarte cuando eras niño? Te gustaba mucho que lo hiciera.

~¿A qué viene todo esto tío? Ya no tengo la inocencia de ese entonces.

~Aún eres mi pequeño, quiero lo mejor para ti.

Hugo apretó un poco los labios y retomo la compostura.

~Creo que debo darle de comer a la bebé... Aunque no estoy seguro de qué debo hacer. Titubeó tomando a la pequeña Sofi en sus brazos. ~Con tú permiso iré a la cocina tío.

El joven se alejó rápidamente. Tenía que salir de ahí antes de que todo se complicará.

Mientras tanto la noticia del fallecimiento de Clio se extendía por todo el Eterny reino.

Amber se encontraba llorando frente al balcón, mientras Sofía sobaba su espalda.

~¿Qué pasará cuando James lo sepa? Titubeó Sofía.

~¡Qué importa! Mi amiga acaba de morir y sé que ni siquiera te importa. Me sorprende que aún estés aquí, pudiendo estar junto a Hugo, sé que lo sigues amando a pesar de los años. ¿Qué esperas? ¡Es libre!, Corre a sus brazos.

~¿Cómo puedes hablarme así, Amber? Estoy tan destrozada como tú, yo jamás me alegraría por la desgracia ajena. Clio también fue mi amiga y la quería de igual forma. ¡Jamás le deseé nada malo!

Amber limpió sus lágrimas y miró fijamente a Sofía.

~Lo siento, estoy muy estresada, sé que jamás tendrías pensamientos malos. ¡Perdoname por favor hermanita!

~¿Perdonarte qué?, Habló James entrando a la habitación. ~No me digas que trataste mal a Sofía de nuevo.

Sofía bajó la mirada y Amber caminó con decisión hasta su hermano.

~James, deberías sentarte.

~¿Por qué?, ¿Qué está pasando?

~Verás, cuando una mujer da a luz hay muchos riesgos, entre ellos está una hemorragia... Todos estos problemas pueden desencadenarse por problemas del corazón...

~Amber, ¿Qué tiene que ver con nosotros? Interrumpió, mientras los ojos de la rubia se cristalizaban.

~James, esta tarde llegó una carta al castillo, en ella nos informaban que Clio había fallecido minutos después de dar a luz. Exclamó Sofía anticipándose a su hermana.

James se recargó aún más sobre su silla, mientras sus manos comenzaban a temblar.

~¡Debe ser una broma!, Definitivamente no puede ser cierto. Clio es muy fuerte... ¡Es tan única!, Por eso yo la he amado por tantos años.

James se incorporó y comenzó a tirar todo lo que se encontraba a su alrededor.
Libros, jarrones y hojas volaron por los aires.

Al escuchar todo el revuelo, la reina Miranda y el rey Roland corrieron hasta la habitación de su hija mayor.
Al entrar, notaron que su hijo se encontraba totalmente desquiciado.

~¡James! Tranquilo. Gritó su padre sosteniéndolo por la espalda.

~¡Déjalo!, Exclamó Sofía. ~Si es la única forma en la que calmara su dolor, debemos dejar que se desahogue.

~No dirías lo mismo si estuviera destruyendo tú habitación. Contestó Amber al ver todo el desastre que su hermano había causado.

James exhaló y acomodo su saco.

~Lo siento mucho, me altere, pero ya estoy mejor. Sonrió tomando su espada. ~Saldré al jardín, no me molesten, quiero estar solo.

Todos se quedaron mirando. Sofía y Amber comenzaron a recoger todo lo que el rubio había tirado.

Después de un rato la princesa castaña comenzó a impacientarse.

~James aún no vuelve.

~Debe estar llorando. Respondió Amber.

~Tengo un mal presentimiento. Dijo antes de salir corriendo de la habitación.

James se encontraba parado frente al lago, su mano se mantenía posada en el estuche de su espada.

~¿Por qué me dejaste solo Clio?, Yo solo vivía por ti, era feliz porque tú lo eras... Pero ¿Ahora que haré? No tengo un motivo para vivir. Si no pude estar en vida contigo lo haré muerto. ¡Me reencontraré contigo!

El rubio desempuño su espada y la apunto directamente a su corazón.

Sus manos comenzaron a temblar y el viento pego contra su rostro.

A lo lejos se encontraba Sofía, la joven soltó un gritó desgarrador cuando vio a su hermano en tan mal estado.

~¡No! ¡James no lo hagas!

El rubio giró su vista mostrando sus ojos rojos por el llanto.

~No me detengas Sofía, sé que te sentirías igual si se tratara de Hugo.

~¡Esa no es la solución!, Tienes una vida por delante, puedes enamorarte de nuevo.

~¡Nadie me amará!, Gritó bajando la espada hasta su estómago.

~Claro que sí... Aún eres joven.

~¡No Sofía! No hay nadie que pueda amarme. Dijo antes de clavar la espada en su abdomen.

La princesa comenzó a gritar con desesperación, si nadie llegaba en su auxilio, su hermano podría morir.

~Debes resistir James, hay alguien que te ama aunque quizás no lo has notado. Habló poniendo su mano en la herida.

~¿Quién?, Susurro con problemas.

~Vivian, lo ha hecho desde la escuela real, ha estado a tu lado todo el tiempo. Sé que estás triste por la muerte de Clio, pero ella estará destrozada por ti. Vive por ella, no arruines la vida de una mujer enamorada.

~Vivian...nunca lo noté, ella es tan linda. Susurro antes de cerrar los ojos.

El Amor de ClioWhere stories live. Discover now