La carrera de cristal

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Sofía y las demás chicas bajaron rápidamente al comedor. La reina Miranda y el rey Roland ya se encontraban esperandolas.

~James ya arreglamos todo para tu ingreso a la escuela. Los meses pasan rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos estarás preparándote con los mejores caballeros de todo el mundo. Habló el rey palmeando la espalda de su hijo.

El príncipe por otra parte mantenía un semblante duro sin dejar de observar a Sofía.

~¿Pasa algo James? Te notó inquieto. Preguntó la reina Miranda.

~No es nada mamá, saldré al balcón, necesito un poco de aire fresco.

~Sé lo que te pasa James, estás triste porque ninguna chica acepta ser tu novia. Se burló Amber.

~Tendré una muy pronto y se sorprenderán al saber de quien se trata. Contestó echandole una última mirada a Sofía.

La princesa sintió que toda la sangre le subía a la cabeza y un pequeño temor la recorrió de arriba a abajo.

~Veré que le ocurre a James, quizás pueda ayudarlo mamá. Exclamó Sofía corriendo tras él.

La princesa sabía que James no callaría sus sentimientos y ella no podía permitir que se atreviera a decírselo a sus padres, sería como faltarles al respeto.

El rubio llegó hasta la esquina del balcón y se recargo sobre él barandal, mientras despeinaba levemente su cabello.

~James...

Al escuchar la voz de Sofía, no pudo evitar hacer una mueca.

~¿Qué haces aquí?

~Debemos hablar sobre esto ¡Lo nuestro jamás podrá ser!

~Mientras tú me ames, yo mantendré la esperanza.

~¡Ese es el problema, James! Yo no te amo, solo te veo como a un hermano, lo que llegue a sentir fue una confusión, creí que te amaba, pero era solamente cariño.

~¡Ya no digas más Sofía! Solo logras herirme, espero que seas feliz al lado de la persona que realmente amas. Tú sabes de quién se trata, aunque intentes ocultarlo.

Sofía observó cómo James entraba rápidamente al castillo.

Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y se tocó el pecho mientras miraba el cielo.

En un abrir y cerrar de ojos, pasaron 5 meses. La carrera de Derby se llevaría a cabo en poco tiempo.

El día anterior, la princesa había decidido practicar hasta el atardecer. Lo haría sola, pues Hugo no había asistido a la práctica, debido a que se encontraba en un viaje de negocios con su padre. Por el contrario, James se negaba a entrenar a su lado.

Minimus voló hasta ella y la princesa subió hasta su lomo. Quería sentirse liberada, así que comenzó a hacer algunas acrobacias en el cielo, seguido de esquivar obstáculos y realizar algunos giros.

Desde las alturas observó una silueta caminando rumbo a los establos.
Sofía bajo lentamente procurando no hacer ruido e intento sorprender a aquella persona. Todos se habían retirado unas horas antes y no había forma de que alguien ajeno a la institución pudiera ingresar.

~¿Quién anda ahí?, Gritó intentando esconder su miedo.

Unos ojos avellana se clavaron en ella y Sofía sonrió emocionada.

~¡Hugo! Qué gusto verte, creí que no vendrías.

~Claro que si, no podía dejar de hacerlo.

~Apenas he podido verte en estos últimos meses, me haces falta ¡eres mi mejor amigo!

~Debido a que mi hermano esta cursando su último año en la escuela de caballeros, sus permisos son cada vez más reducidos y no puede acompañar a mi padre a las visitas de negocios, así que, cómo soy el siguiente debo ayudarlo en lo que necesite.

~Me alegra que estés aquí. Mañana ganaremos la competencia ¡Estoy segura!

~¿Y James? Él no suele dejarte sola.

~James no quiere practicar conmigo... Debe estar muy ocupado, nada de que preocuparse.

Hugo comenzó a sospechar que algo pasaba entre los dos, pero se calló al observar la mirada melancólica de Sofía.

Ambos practicaron hasta que la noche se hizo presente, a la mañana siguiente se llevaría a cabo el gran día, nuevamente se enfrentarían a los escuderos Vaughn y Vans.

~Me alegra verte de nuevo príncipe Hugo, un pajarito me dijo que seremos compañeros en unas semanas. Aunque francamente, no necesitas estar aquí, te ves más linda patinando sobre hielo. Sonrió Vaughn haciendo que Hugo girará su vista.

~Mi padre considera que debo practicar un tiempo en la escuela de caballeros, para después dedicarme completamente al patinaje artístico. Así que te haré tragar tus palabras.

~¿Qué tal si hacemos un trato? Si ustedes ganan dejaremos las peleas por la paz y prometemos no involucrarnos con ustedes "princesitas", por el contrario si pierden dejaran que tenga una cita con esta bella señorita. Sonrió observando a Sofía.

James y Hugo se miraron con desprecio para después negar con la cabeza.

~Me alegra tu valentía Vaughn, pero debes estar loco si piensas que dejaré que salgas con mi hermana. Contestó James enfurecido.

~Vaya vaya sí que eres protector con ella, si no te conociera pensaría que la amas.

~Eso es absurdo, James y Sofía son solamente hermanos. Contestó Hugo con molestia.

~Hermanos que no tienen un lazo sanguíneo.

James apretó los puños e intento acercarse a él para golpearlo, sin embargo Hugo lo detuvo.

Sofía se encontraba caminando en dirección a los jóvenes, ya le parecía raro que estuvieran hablando con tanta familiaridad.

De entre las gradas apareció un joven torpe que se acercó rápidamente a ella. La princesa se detuvo al escuchar su voz y corrió hasta la cerca.

Vaughn, James y Hugo se quedaron pasmados al notar que Sofía se acercaba rápidamente hasta Desmond.
Al intentar llegar hasta ella, el príncipe tropeso en frente de todos haciendo que Amber se tapara los ojos de vergüenza.

Sofía solo pudo acercarse cálidamente y limpiar el polvo que aún permanecía en sus mejillas.
Era una escena conmovedora, pero para nada real.

~¿Entonces que dicen? ¿Aceptan?

~¡Aceptamos! pero no te hagas ilusiones, Sofía jamás aceptaría salir contigo.

~Hugo.

El príncipe escuchó que alguien susurraba su nombre y al girar su rostro se encontró con los bonitos ojos de Clio.

Hugo la miró con intriga y la princesa saco una pequeña tela de entre sus ropas.

~Por favor atala a tu caballo, te traerá suerte... Yo... ¡Yo misma la hice!

Su sonrisa era tan sincera que el joven no pudo evitar corresponderle.

~Muchas gracias Clio, necesitaré toda la suerte posible.

La campana sonó y los 6 jinetes subieron a sus caballos, sería una carrera de relevos.

La competencia comenzó.
La mascota entregó una corona de cristal que debían pasarse entre cada uno de los competidores hasta llegar a la meta.
Primero avanzaría James hasta Hugo y él le entregaría la corona a Sofía, procurando que ella les diera la victoria.
El primer equipo en cruzar sería el ganador.
En primer lugar James se enfrentaría al escudero Vans. La carrera era muy reñida, haciéndolos llegar casi al mismo tiempo, Hugo y Vaughn eran los siguientes. El príncipe castaño sabía que debía ganar por el bien de Sofía.
Fue así que puso todo su empeño y logró llegar hasta la princesa con un metro de diferencia en comparación de Vaughn.

Al entregarle la corona a Sofía está salió a toda velocidad, sin embargo, sus riendas se atoraron entre sus pies provocando que cayera de su caballo y rompiera la corona de su equipo, dándole automáticamente, la victoria a los caballeritos.

El Amor de ClioWhere stories live. Discover now