Escena 4. El Pecado Original

27 2 0
                                    

Escena 4. El pecado original

"La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella."

Oscar Wilde

Desde el inicio de los tiempos, desde la aparición del mundo, nunca tuve un punto de vista claro sobre el bien o el mal, pero eso me llevo a ir más lejos, me di cuenta que el mundo no era perfecto, y puse en duda la tranquilidad con la que se vivía, y si hay algo que el diablo sabe, es que las personas deben responsabilizarse de su mal comportamiento, al fin y al cabo, él les dio albedrío. Soy uno de los ángeles más viejos, soberano del infierno.

– Esto no puede ser casual, ella ya lo tenía planeado, juega con sus víctimas para dejarlas al borde de un deleite insano. – Se dijo él, al tener que recordar esta historia.

Ha pasado mucho tiempo desde que cuento esto, no ha sido fácil gobernar un mundo que no ha comprendido que la condena más grande es perder el camino, aunque soy un portador de luz, también traigo conmigo el indeseable castigo, pero permito al mundo comprender la realidad de las cosas y como se debe vivir, aunque exista el arrepentimiento. Padre al principio creía que el amor era algo en lo que podíamos creer y confiar, grave equivocación, el amor es una condena que destruye lentamente la cordura de cualquier ser que caiga en sus artimañas. Ya no creo en eso desafortunadamente, por otro lado, el amor es la enfermedad más grande que ha creado mi padre.

Todavía recuerdo como retratan los poetas mi caída. son palabras hermosas, pero la historia es diferente, caí por amor, por enamorarme ciegamente, caí en el pecado, eso es algo que los mortales no saben, esta es la verdadera historia que debe ser contada,

¡Cómo has caído del cielo, Lucifer, ¡hijo de la Aurora! has sido abatido a la tierra por la dominadora de naciones! Tú decías en tu corazón: escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las estrellas de dio s, para alcanzarla a ella; me sentaré en el monte de la divina asamblea, solo para poder observarte, escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al altísimo, para poder llegar a ti bella mujer, creación divina. – le dijo Lucifer a Sytry, ya ha pasado mucho tiempo desde ese momento, pero no soy capaz de olvidarla.

– Conozco sus pecados, y es la única persona que ha logrado entender que es perder un poco de eso que dicen tener las personas, al igual que el Padre Inocencio, perdí mi alma, al permitir que llegara a mi reino, la tenté, y me permití comprender el primer pecado, no ese tan noble de la manzana, el pecado de enamorarse por primera vez de una mujer. – Pensaba en voz alta, mientras miraba como el cura se acercaba al confesionario.

Perdona el monólogo, hay momentos en los que no sé callar. Aunque en sus ojos veo incertidumbre. Vera padre, lo que más odio en el mundo es a los mentirosos, a los charlatanes, porque son personas que no creen en lo que les dicen, no son de fiar, perdone que le pregunte, pero tengo curiosidad ¿de qué lado está usted mi querido amigo Sytry? – Le dice Lucifer, con una sonrisa en su rostro.

No te preocupes, ya has visto a través de mí, no tengo porque mentirte, lo sabrías de inmediato. Hace mucho tiempo que no te veo, me siento honrado con tu visita. – Le responde con mucha ironía.

Ella lo es todo, mi querido amigo Sytry, y al mismo tiempo no es nada, como controla nuestras existencias, aún la llevo en mis pensamientos, no paro de pensar, ni cuando cierro mis ojos, solo la tengo a ella.

Cuando miro y observo con detenimiento su cuerpo, mis alas la cubrieron y salieron volando plumas que adornaron lo más lindo de sus deseos. Con agobio tomé una pluma y empecé a describir su roce con su delicado cuerpo, mostré mis intenciones y como deseé poseer su cuerpo, aunque eres libre, solo ella sabe quién puede profanar su sagrado ser. Llenos de inocencia me encuentro con sus bellos ojos, tan negros como la noche y brillantes como las estrellas que iluminan el firmamento, aunque sabía desde un principio que ocultaban un desagradable secreto. Sé que mi vida está perdida al seguirlos por toda la eternidad.

Su boca, sus labios que provocan degustarlos con gran pasión, siempre recrean al traerlos a mi mente aquel momento en el que fueron míos por primera vez, aún recuerdo como aquella manzana, libero su verdadero ser, le permitió superarme y ahora eres tú, quien controla el destino de los que despectivamente, nuestro padre llama seres humanos.

Bajando junto a mis pensamientos no tengo intención de detener mi camino. Acercándome cada vez más, noto sus senos erguidos, cimas que iluminan el cielo de mi profunda pasión. Pero sin más retraso y con el alma encendida, como el fuego del infierno, sigo por ese camino tan dulce como el más suave vino creado por el hombre, que me lleva directo a la perdición de los mismos, a la perdida de la indudable ilusión ; sus piernas tan firmes me encaminan a lo que hoy desconocen como el pecado original, y ese no fue el cometido por Adán y Eva, fue perderme en sus ojos y probar el lado más dulce de su ser . Perdidamente me enamore de ella, Lilith, la primera mujer, y hoy condenada a ser la caminante nocturna. – susurra Lucifer con euforia, mientras su acompañante se perdía en sus pensamientos.

Son muy buenos recuerdos, yo aún no olvido como la conocí, estaba en una de mis andanzas ya sabes, me gusta estar envuelto por las fragancias más exquisitas, que despiertan el apetito sexual en las mujeres, en este caso de mis fieles, las más jóvenes, son mi mayor debilidad, y sabes que tengo el don de la cortesía, para poder envolver a mis víctimas.

Aunque todavía le tengo envidia a Samael, que se hizo pasar por serpiente para poder despertar nuestra condena; lo más curioso es que no utilizó su nombre, pobre Samyaza, pero bueno, al fin y al cabo, decidimos seguirte, llevarle la contraria a él, y no me arrepiento soy extremadamente feliz.

Estaba en mi papel del Padre Inocencio y me encontraba recordando las aventuras que tenía a escondidas con mis fieles, lo más raro es que me estaban esperando en el confesionario, y como es mi obligación, me acerque cuando escuche una voz dulce, que me erizo el cuerpo, preguntándome, – Padre, Confiéseme sus pecados – quede atónito y no pude hacer nada, empecé a contarle con detalles mis historias, al finalizar solo se escuchó un silencio y me acerque para observar a la joven.

Salí de la cámara, al abrir la puerta contigua veo como se está masturbando por la excitación de mis relatos. Yo me acerco y la beso. no aguantando las ganas me vi en la necesidad de penetrarla, viendo como la poca ropa que tenía caía al suelo. Sus senos grandes enmarcaban un paraíso perdido, un cuerpo celestial que igualaba la belleza de los ángeles; así me dejé llevar, perdón, nos dejamos llevar por el placer; yo un cura y ella una completa desconocida. Una nueva historia para mis memorias, así pasaron algunos minutos e incluso creo que horas, y escuché un susurro de lo más placentero de aquel enigmático ser, – Vente dentro de mí, que tu legado se irá entre mis piernas y mi ser – Al percibir esto, todos mis fluidos sagrados encajaban en ese vaso húmedo, poseído por el encanto de esa enigmática persona. Así terminó un nuevo coito que me lleno de nuevos deseos. Sin decir más, el éxtasis de ese hermoso cuerpo moreno, simplemente perfecto, el cual fue moldeado por mis manos, definitivamente ese día el Padre Inocencio se perdió en esos bellos y excitantes ojos color miel.

Y así fue como la conocí amigo mío, y como perdí mi alma, la busqué entre mis fieles durante meses, pero jamás la volví a ver, debe estar ahora recorriendo el mundo, cumpliendo su deber, robar almas o unir parejas a su conveniencia. – No tengo más que decir, lucifer esta es mi historia, decía Sytry con la voz a medio dar.

– Sí, tienes razón. ¬– Ella es inevitable, buscan mis manos su cuerpo, en el irreparable aire de su esencia, la buscan mis besos, buscan a ese ser libre y perfecto, la busca todo mi cuerpo, y lo intento en lo más profundo de mis sueños, la busco siempre en la eternidad de los días y solo queda su irremediable recuerdo. – Le dice Lucifer, como secreto de confesión a su amigo.

Mi amigo, fuimos condenados a vagar por la eternidad, ella ya nos tiene en sus manos, no podemos olvidarla, es completamente inevitable, es el ser más perfecto de todos los tiempos, aunque duele admitirlo, ella es la verdadera culpable de nuestra caída, por ese cuerpo deseable, lo perdimos todo, el verdadero camino ahora lo encontramos en lo más profundo de su ser. – Le responde Sytry, con lágrimas en los ojos al darse cuenta que siempre estuvieron condenados a perder su divinidad.

Mientras ellos dos hablan no se han dado cuenta que hay una tercera persona en el recinto. No se han percatado de mi presencia, es lindo verlos juntos, por un lado, ver la personificación del bien, y por el otro lado el mal, pero no son nada, son simples ilusiones, llevan horas hablando de un amor en común, hablando de pecados, buscando irreparablemente lo que han perdido. Es hora de seguir, el mundo aún es muy grande, todavía hay historias que se deben contar. – Se dijo a sí misma, mientras se alejaba de la iglesia.

Narraciones Profanas: Lilith, la caminante nocturna.Where stories live. Discover now