Escena 3. Clímax

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Clímax

"El orgasmo es el gran comedor de palabras, Sólo permite el gemido, el aullido, la expresión infrahumana, pero no la palabra"

Valérie Tasso

Hay historias que deben ser contadas de forma diferente y así es como un sueño, pasa ser parte de un mundo, para materializarse en otro.

Ella es una diosa, es un ser exquisito y perfecto, eso me recuerda la historia que me contaste Lilith, definitivamente hay pecados que vale la pena tener en mi cama, y ella no es la excepción.

Como te contaba... por dónde iba, ah sí.

Kaetlyn, se dejaba ver a veces con un afro, o con su pelo liso de color fuego, unos ojos azules convincentes y una piel canela, delicada y sensitiva.

Su cabello de carácter travieso, irresistible, nadie puede inhibir el fuerte halo fosforescente que emana un aura de perfección.

Su rostro refleja inocencia y picardía, su mirada apasionada y atrevida, bellos ojos que expresan todo, el complemento perfecto que se manifiesta en cada una de sus alegrías.

Su boca, juega con todas las formas posibles, tan dulce como fruta fresca y provocativa, se muestra a quien ella quiere, como una rosa llena de espinas, bella, algo peligrosa, pero elegante y sofisticada.

Su cuello tan sensible, delgado, suave, despierta un oleaje de miradas, sonrisas que se escapan, llama la atención con un solo andar.

Sus pechos suaves, firmes y sensibles, elevan su presencia a la imaginación más candente, deja que crezcan las fronteras de lo convencional y los reta a la concurrencia de aquella inexperiencia, o eso es lo que desea mostrar.

Su ombligo que es simplemente hermoso despierta sensaciones dulces, picantes, su cuerpo a veces caprichoso, pide más, permite que lo recorran para descubrir los pecados que solo su silencio conoce.

Su cadera parecía una declaración de la existencia de otro mundo, uno con más y mejor sexo, y eso era posible.

Sus piernas, generan el deseo de querer recorrerlas enteras, sin pausa alguna, para hundirnos en lo que parece ser una carretera interminable hacia un frenético abismo lleno de placer.

Sus suspiros un atractivo irresistible, un enigma que no puede tener réplicas cortas.

Me pidió un cigarro y lo encendió con el mismo deleite que ostentaría un condenado a muerte escuchando el llamado del Valhalla.

Me explicaba él, con una mezcla de pavor y éxtasis.

...
Ella está sola en la mesa, por qué no te acercas, mira cómo te observa con esa mirada sensual y perversa, siente como recorre todo tu cuerpo, observa sus labios entreabiertos y esa sonrisa sutil, se siente voluptuosa y tú eres su presa. No ha parado de mirarte desde que llegamos, Ralph, no pierdas la oportunidad, ya todo está listo, y las fichas se jugaron desde que escogiste el lugar para vernos.

De nada sirve tu pinta, si te quedas acá viendo lejos, con la misma cerveza negra que pediste hace horas. Mira la elegancia con la que robas miradas, tus zapatos clásicos, y esa camisa, recuerda eres mío, pero por hoy serás de ella, ah, y por favor no dejes que tu emoción se vea entre tus piernas.

Deja de soñar despierto, y acércate, se lo que ella piensa... al fin y al cabo somos mujeres.

Ella te ve como una persona magnifica, la eriza la idea de que la rodees con tus brazos, no solo son fantasías, desea tenerte, no quiere compartirte, busca que tus labios sean solo para ella, algo egoísta diría yo.

Narraciones Profanas: Lilith, la caminante nocturna.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon