Las siguientes semanas fueron peores, me estaba tratando peor que la primera semana, hubieron muchas ocasiones en las que él y yo discutíamos, Isabella también lo hacía y creo que Daniel también, no lo hacían frente a los demás pero me daba cuenta ya que no se hablaban; no quería que estuvieran peleados, no al menos por mí. Todo esto era mi culpa, si yo no hubiera iniciado con mi drama por lo que él había dicho primero en el pasillo y después en mi casa, estuviéramos bien, no habría peleas entre nosotros, no habría discusiones entre Sebastián y Daniel... y no hubiera más y más cortes en mis brazos y piernas, todo esto estaba pasando por mi culpa.

No le quise contar nada a Gabriel porque no quería que hubiera más peleas en mi entorno y sabía que si mi hermano se enteraba que me estaba cortando a raíz de Sebastián iba a ser otra confrontación y estaba harta de eso, así que preferí callar.

Después de haberme cortado unas veces más decidí que debería ir a ducharme, un buen baño con agua caliente me relajaría y despejaría mi mente. Era viernes por la noche, así que como no iba a hacer nada interesante, talvez leería un rato y me acostaría temprano. Me levante de la cama y al quitarme la ropa no pude evitar verme al espejo, cuando pensé que podía llegar a superar todo esto, vuelvo a caer; tal vez piensen que esto es algo que dejas muy fácilmente, pero no, no es así, esto es como una droga, después de que la pruebas la por primera vez es difícil dejarla. Abrí la ducha y al sentir el agua caliente contra mi piel me fui relajando, deje los pensamientos de lado, no quería pensar en nada, quería que todo desapareciera por al menos unos minutos.

Al salir después de una media hora escuche ruidos en la parte de abajo así que decidí bajar a ver y me lleve una gran sorpresa al encontrarme con los amigos de Gabriel sentados en el sofá. Trate de no hacer ruido para poder subir, pero para mí desgracia uno de ellos se levantó del sofá y cuando se dirigía hacia la cocina volteó y se me quedo viendo.

- ¿Tu eres la hermana de Gabriel?, Valentina ¿verdad? – dijo de forma amistosa. No me acordaba de él, pero creo que estudio con mi hermano en la preparatoria.

- Síp, soy yo, y si me disculpas me tengo que poner algo de ropa – dije con vergüenza y subí corriendo las escaleras.

Que suerte la mía de encontrarme con las personas que contienen el cromosoma Y de esta forma. Tome la decisión de salir un rato para no tener que ver a ese chico y avergonzarme más. Llegue a mi habitación y busque en el armario algo decente para ponerme, encontré unos tejanos que me llegaban por encima de las rodillas, una camisa azul cielo y mi chaqueta color blanca y busque mis converce blancos, cuando ya estuve vestida me amarre el cabello con una cola, ya lista me arme de valor y salí de mi cuarto.

Cuando estuve en la plata baja Gabriel iba saliendo de la cocina y cuando se percató de mi presencia me miro con sorpresa.

- ¿A dónde vas tan guapa? – dijo con una sonrisa y fue a donde sus amigos, el chico con el que me tropecé hace unos minutos me miraba de arriba abajo.

- Quiero ir a caminar un poco, llegare temprano tranquilo – dije y me despedí con la mano, pero cuando iba a tomar la perilla Gabriel me llamo.

- Espera Tina te quiero presentar a mis amigos – porque la tierra no me traga ahora. Mi hermano se acercó y me tomo de los hombros dirigiéndome hacia donde estaban ellos –. Ellos son Isaac, James y mi mejor amigo Jeyden Coleman – a este último le paso la mano por encima de los hombros y casi se me sale el corazón al saber que el mejor amigo de mi hermano me había visto solo con una toalla de baño.

Les di la mano a todos en forma de saludo y cuando llegue a Jeyden no pude evitar ponerme nerviosa al tomarle la mano, estaba muy guapo, era de tez bronceada, de cabello oscuro y sus ojos eran verdes rayados muy lindos, era igual de alto que mi hermano así que tenía que levantar la cabeza para mirarlo.

Lo que encontré en tiWhere stories live. Discover now