1. Club de Juegos, Parte Uno.

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La multitud se separó y Adrien alcanzó a ver mejor el juego.

Decir que su mandíbula cayó hasta el suelo habría sido subestimar su situación. Al contrario, él estaba sorprendido de ver que su mandíbula no había atravesado y resquebrajado la superficie de la Tierra.

En ese momento logró comprender porque todos animaban a la chica de la izquierda, ella estaba haciéndole morder el polvo a su oponente. Aunque la habitación estaba casi en penumbras, el brillo de la pantalla creaba un halo de luces de neón alrededor del par, iluminando sus siluetas. Por esto, Adrien era capaz de ver cada curva en las caderas de la muchacha mientras se agachaba, rebotando en las puntas de sus pies con la gracia y agilidad de cierta persona en la que estaba tratando de no pensar de esa manera... En ese instante Adrien supo el tipo de jugador DDR que ella era- el tipo que verdaderamente tiene la habilidad de bailar siguiendo los pasos indicados. El pobre chico que competía con ella no tenía la más mínima chance.

"MARI, MARI, MARI!"

El canto continuaba, y Adrien se encontró embelesado. Su sentido de la educación se tambaleaba debido al ritmo, el baile y por Dios, esa chica era habilidosa.

Se dijo que lo único que estaba admirando eran sus habilidades

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Se dijo que lo único que estaba admirando eran sus habilidades.

Mientras la canción terminaba, la chica giró en un pie, su cabello largo a la altura de los hombros abanicó a su alrededor cual cortina viviente de medianoche, antes de aterrizar en un combo perfecto como su movimiento final. Adrien se encontró vitoreando y animando con el resto de la multitud.

En algún lugar profundo dentro de él, algo empezó a revolverse- algo que había permanecido dormido por bastantes años. Pero el sentimiento desapareció antes de que pudiera determinarlo con precisión y las luces de la habitación fueron encendidas.

Todo mundo gruñó, protegiendo sus ojos de la luz fluorescente que los asaltaba. Incluso una joven al lado de Adrien siseo, a pesar de que fue a modo de broma.

"¡De acuerdo, de acuerdo, cálmense, nerds de sótano!" El hombre que encendió la luz dió un paso al frente, elevando su voz sobre la multitud, quienes, Adrien estimó con las luces prendidas eran al rededor de veinte personas. "¡Y ríndanse ante su campeona reinante, su presidenta del Club de Juegos, su Marinette Dupain-Cheng!"

Todo mundo aplaudió mientras el chico, un chico alto con grandes gafas y auriculares alrededor del cuello levantó uno de los brazos de Marinette alto en el aire. Adrien se puso de puntillas para obtener una mejor vista, pero Marinette había enterrado la cara entre las manos avergonzada.

"Oh Dios, Nino, detente," Adrien casi la oyó decir, a pesar de que estaba riendo junto con todos los demás.

Su oponente derrotado, resoplando por respirar, le dió un gentil golpe en el hombro.

"¡Ah, me venciste justa y limpiamente, Prez!" Rió, deslizando la mano a través del sudoroso cabello oscuro. "¡Pero lo conseguiré la próxima vez, nací listo!"

When Duty and Desire Meet. (Español)Where stories live. Discover now