Epilogo

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Eamonn.

Y no paro de notar que mi pelo es lo único que se destaca de mi persona, ya que al pararme frente a otra persona, mis palabras no destacan, expresiones, actitudes, ninguna simple mierda.

Además noto como por ese detalle tan insignificante es que recibo tantas miradas al pasar que terminan siendo ignoradas, no me importan, y simplemente paso de largo.

-Eamonn, no puedo creerlo

Y es justamente en este preciso ahora que pienso pasar de largo y no detenerme por nada.

-¿Cómo pudiste hacernos esto?

Corro.

Está lloviendo.

Estoy mojado y no me siento molesto, porque me ayuda a tapar la estúpida mueca y las lágrimas con las imágenes distorsionada que dan.

-¿En serio eres mi hijo?

Y sin mirar a los lados sigo corriendo con la luz roja. Escucho las bocinas a lo lejos pero no quiero detenerme.

-¿Qué te hicimos como para que nos des esto a cambio?

Aprieto los labios y bajo un poco la velocidad para tomar una bocanada de aire.

-Eamonn

Vuelvo a acelerar y creo que caigo cuando me resbalo hacia adelante, pero no lo hago y sigo adelante.

-Siempre te dimos la mejor educación, los mejores valores, te criamos bienEntonces ¿por qué nos das este golpe?

Quiero gritar, golpearme la cabeza, el pecho, las piernas, toda mi maldita existencia

-¡Es un hombre ¿Cómo es posible que te hayas involucrado con uno?! ¡¿Acaso eres consciente de lo que haces?!- me golpea.

Me detengo en seco al escuchar la bocina y ver el auto frente a mí, detrás le sigue un camión de carga.

Siento como el aire congelado se mete en mi garganta y tiro la cabeza hacia atrás, miro el cielo y suspiro cuando noto lo oscuro que está todo y como las luces de los faroles y los semáforos son los que le dan más luminosidad y algo de vida a este opaco día.

-Eres un desconsiderado No te mereces ser mi hijo, porque yo no pretendo tener a un insano pecador amador de Satanás.

Me agarro el pecho al sentir una pequeña punzada, pero recuerdo aquel sueño.

-Mierda- murmuro y troto hacia adelante sin saber a dónde voy.

-Solo eres un egoísta, solo pensaste en ti. Mira alrededor, mira a tu padre ¿pensaste en como a él?

La brisa es casi tibia, pero siento todo el cansancio y mi cálido cuerpo congelarse de la nada.

Creo que no puedo correr más y miro a todos lados y camino, todo empapado, hacia un paradero.

-Terminaste siendo solo una aberración nacido de la santidad. No quiero volver a verte.

-¿No me quieres mamá?- no me mira- ¿Papá?- baja la cabeza y todo queda en silencio, la voz no para de temblarme al igual que las manos.

-Vas a vivir un tiempo con tus tíos para que ellos te enseñen a su manera, como ser un hombre de verdad, lo siento hijo- y fue entonces que mamá no paró de gritar ni golpearme y yo no podía hacer nada, porque en realidad era mi culpa que esto hubiera pasado.

-Toda esta mierda pasó porque yo...

Mierda, no puedo seguir hablando

-Richard, solo fuiste una piedra en el camino- digo al recuperar al aliento y el impulso.

La Pausa de un Cariño IncontrolableWhere stories live. Discover now