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Eamonn.

Mi respiración se calmó, mis manos seguían temblando pero mi mente de a poco se iba aclarando, o al menos eso esperaba en este momento de mierda donde creo que el alcohol continua teniendo efecto en mi sistema, y este debe de ser el momento en el que tengo una recaída emocional; tal y como he visto en algunos que llegaban desesperados a la iglesia en días pasados. Eso es lo que debe ser, haciéndome dudar de lo que conozco porque estoy cayendo en un maldito vacío emocional, ya que además de eso no debe de haber otra respuesta a mi estúpido comportamiento.

¿Por qué una mierda como esa me hace dudar tanto? Yo soy un hombre, uno al que le deben de gustar las malditas mujeres y eso es todo

Me coloco en pie, salgo del cuarto, aprieto los puños y abro una puerta, es otro cuarto. Camino al siguiente y toco la puerta.

Creo sentirme ahogado y tomo grandes respiraciones.

Abre la puerta.

-Ya terminé, si quieres te traigo unas toallas

-¡¿Pero que pasaría si te dijera que ya me gustas?!- le grito.

-¿Te sientes bien?

-¡¿Pero qué rayos pasaría si ya te gustara?! ¡Nada! ¡Esa es la maldita respuesta a tu estúpida pregunta!

-Oye, si es porque crees que pasó algo anoche y no me crees, no sé como realmente- lo tomo del cuello de la ropa y lo acerco y después lo tiro lejos. Da unos pasos hacia atrás, uno de sus pies se resbala y con el otro trata de mantenerse en equilibrio e intenta tomar algo con una de sus manos, pero cuando trato de acercarme ya chocó contra el piso.

-Oh mierda- intenta levantarse, me agacho a su lado y le tomo un hombro- Que ni se te ocurra levantarte ahora.

-¿Por qué?- me pregunta con calma- ¿Estás preocupado por mi?

¿Por qué mierda parece que tuviera un brillo en los ojos?

Arruga las cejas y miro hacia arriba por si es que hay algún botiquín a la vista.

Cuando vuelvo a verlo va sacando una mano desde la parte trasera de su cabeza con algo de sangre.

-Oh- es todo lo que dice.

Me levanto.

-Voy por medicina, y si te mueves-niego con la cabeza y camino al cuarto para buscar mi bolso. No lo encuentro. Vuelvo a ir al baño.- ¿Dónde está mi bolso?

-Eh Creo que no lo recuerdo. Yo te ayudo a- lo interrumpo.

-¡No! ¡Tú, suelo, quédate!

Bajo las escaleras.

-¿Dónde, dónde, dónde?- camino rápidamente de un lado a otro buscando mi bolso.

¿En qué sitio de mierda está mi estúpido bolso?

Me giro al ver de reojo algo y está bajo la escalera, lo tomo y corro subiendo los escalones.

Espero que no se haya movido

Me arrodillo abriendo el bolso y sacando el botiquín de emergencia.

-Ahora, cierra los ojos y deja que te levante de a poco- lo tomo desde la nuca y omoplatos.

Cuando quito las manos siento un calor extraño en estas y estiro y recojo los dedos, mientras me muevo para ver bien la herida, pero antes de empezar a curarlo lo miro de frente, levantando un dedo.

-Sigue mi dedo- lo muevo lentamente de un lado a otro. Lo sigue sin problemas- Muy bien- vuelvo a fijarme en el problema.

Tanteo y muevo su pelo, recordando el condenado sueño cuando lo acercaba hacia mí con tanta facilidad

-¡Ah!- intenta tocarse la cabeza y le doy un manotazo- Que agresivo- va a voltearse cuando lo detengo.

-Te dije que no te movieras- pestañeo rápido y empiezo a limpiar su herida con cuidado para que no se queje y me haga este trabajo caritativo más difícil de lo que ya es.

Soplo cuando le echo antiséptico para que no le arda. Después dejo el algodón pegado en la herida y veo que hace una mueca, de seguro esa cosa duele.

Necesito las dos manos y le pido que lo sostenga.

-Solo tengo que sacar algo, no me demoro- lo saco- nada.

Abro el parche y con cuidado lo coloco después de tocar su mano para quitarla.

-¿Está bien?- refriego las manos por los muslos.

Se gira a verme y percibo una picazón en la cabeza, me rasco bajándola.

-Mejor de lo que crees- murmura.

Levanto la vista.

Richard.

-¿Estás bien?- me pregunta y puedo escuchar claramente la fricción que provoca contra la ropa.

Cierro los ojos un momento y me giro para verlo, siento como mi corazón sigue acelerado.

-Mejor de lo que crees.

Trago saliva y levanta la vista notándose tan vulnerable, tan tierno, tan confundido. Se pone en pie.

Lo miro desde abajo y me giro para ver la poca sangre que hay en el piso pensando en que debo limpiarla antes de que papá vuelva y me pregunte que fue lo que pasó.

-Ni lo pienses, yo me encargo de esa cosa. Solo tienes que decirme en donde están los productos de limpieza.

Le indico en donde están y me siento muy agradecido, a pesar de que pienso de que lo que hace es porque se siente culpable por mi caída.

De todos modos no importa el motivo si es que vas a estar de esta forma, acercándote sin notarlo, tomando mis cosas indirectamente y usando mi ropa sin molestias

-Gracias- mi voz sale adormilada y me siento algo mareado cuando mantengo la mirada fija en un punto.

Él saca los utensilios necesarios para limpiar y yo me fijo en donde y como me ubico para levantarme y comienzo a hacerlo. Hago un ruido con las zapatillas y se voltea a verme estrepitosamente. Se agacha y me toma desde la espalda mientras pasa uno de mis brazos por sus hombros delicadamente, con la cabeza gacha me dice que lo tome con calma, puedo sentir su calor corporal calentándome ese lado del cuerpo.

¿Pero cómo puedo tomarme esto con calma si estás pegado a mi costado, con la cabeza baja nerviosamente mientras me tocas con las manos firmes y nerviosas?

Me estabilizo en mis pies y mantengo los ojos cerrados un momento.

-Eamonn- me suelta y lo miro cuando se arrodilla para fregar el piso.

-Tú Ve a recostarte- voltea a verme- Anda.- Alza las cejas mientras aprieta los labios.

No puedo soportar más viéndote de rodillas, mientras estás mirándome con orden y suplica para me vaya pero creo que solo puedo apretar los puños, suspirar y solo observarte con deseo

Me poyo en las paredes para llegar a mi cuarto, me siento en la cama y reboto en esta un par de veces antes de recostarme de lado.

Y los ojos se me cierran mientras miro la puerta.

La Pausa de un Cariño IncontrolableWhere stories live. Discover now