Capítulo 83. Mi novia.

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-Estoy muy cansada para esto, Bárbara- le dije, tomé la camiseta blanca desde sus bordes y la deslicé afuera de mi cuerpo al igual que mi pantalón de tela negro, quedando solo en ropa interior.

-Siempre estás cansada, María José- gruñó- No sé que carajos te está pasando.

-No quiero discutir, solo es eso- hablé tratando que calmar las aguas, lo último que quería era generar una pelea con Barbie que no llegaría a ningún lado, solo quería que me dejara en paz.

-Nunca lo quieres discutir, ese es el problema- lanzó al suelo una playera que estaba en sus manos- Antes eras más amorosa y cariñosa conmigo, pero ahora, tengo que suplicar por un beso de MI NOVIA- recalcó la última palabra.

-Dices tonterías, Barbie- suspiré pesadamente, me coloqué la primera ropa cómoda que encontré en mi armario, dispuesta a comer y dormir plácidamente. 

-¡No son tonterías, Poché!- alzó la voz pero en un instante tomó airé para calmarse- No son tonterías.

-Estás exagerando, nuestra relación sigue igual que antes- me encogí de hombros restándole importancia.

-Sabes que no es así, estás rara últimamente, desde tu cumpleaños...- tomó la maleta del mango y la posó a su lado, rodeé los ojos. Otra vez el mismo tema.

-Desde mi cumpleaños he tenido más trabajo, he estado más cansada y no tengo ganas de hablar de eso- gruñí mirándola directamente a los ojos, era cansador intentar convencerla de que todo seguía igual entre las dos aunque se notara a lejos que no era así.

-¡Ya está la cena!- gritó Valentina desde la planta baja, miré a la puerta para cortar el contacto visual con Bárbara.

-Bien, tenía hambre- le susurré, deslicé mis pies en las pantuflas y caminé hasta las escaleras sin dirigirle la palabra a Bárbara, pero no tardé en sentir sus pasos detrás de los míos con su maleta en manos.

-Les preparé una rica lasaña, con todo mi amor- dijo de forma tierna mi hermanita, inmediatamente sonreí, me acerqué a ella y besé su cabeza para posteriormente tomar asiento en una de las sillas vacías frente a un plato.

-Se ve espectacular, bebé- hablé, mi estómago rugió cuando el olor a carne inundó mis fosas nasales, olía delicioso.

-Lo sé- rio ella sentándose al frente de mí, Barbara en silencio, se sentó en el asiento a un lado de mí y de forma callada comenzó a comer.

Fue así como ninguna de las personas que nos encontrábamos en la mesa entabló una conversación, las tres estábamos tan pendientes de nuestras cenas que, al menos por mi parte, no prestaba atención a mi alrededor; pero eso no significaba que no se sintiera la tensión que había entre Barbara y yo. 

Me dediqué en disfrutar mi deliciosa cena, moría de hambre y el turno en la cafetería de la señora Vergara fue exhaustivo. Necesitaba descansar o tal vez, renunciar.

-¿Pasa algo?- preguntó Valentina, alcé la mirada.

-¿Por qué lo dices?- carcajeé un poco.

-Veo que ni se miran- dijo limpiándose la boca con un poco de servilleta, Barbara carraspeó su garganta.

-Estamos comiendo, Vale- le dije obvia, ella me miró incrédula.

-Claro... es eso- dijo Barbie.

-¿Estás segura, Barbie?- le preguntó Valentina, tomé un trago del vaso con jugo de naranja. Sentía la mirada de Bárbara en mí y suspiró.

-No, con tu hermana no estamos para nada bien- dijo segura y con un cierto tono amargo. ¿Era en serio que iba a hablar de nuestros problemas con mi hermana de 17 años?

La Chica Del 269 | Caché (Terminada)Where stories live. Discover now