9

190 28 7
                                    

— Lo que me estás contando es completamente inverosímil.

— Pues es verdad, ¿no se nota en mi cara?

Mi madre me escruta con ternura y, posteriormente, me atrae hacia sí para abrazarme.

— No me gusta nada todo esto. Ese chico puede ser cualquier cosa, debes tener cuidado.

Le he contado toda mi historia —si se puede decir así— con el chico del ukelele azul y ahora se siente entre preocupada e incrédula. Sobre todo, por el mensaje que recibí hace casi veinticuatro horas.

— Lo sé, aunque hoy me pareció un buen tipo, tengo claro que tengo que ser cautelosa.

En ese momento, mi celular vibra. Lo desbloqueo y veo que Silvia me está bombardeando a mensajes preguntándome cosas respecto al chico del ukelele azul. Por alguna razón, Roi despierta mucho interés en las personas cercanas a mí y eso es algo curioso.

Cuando termino de leer sus mensajes y de contestarlos, voy a la conversación con el chico que me habló ayer. El mensaje está ahí, intacto. Nunca lo respondí, ni siquiera guardé el número. ¿Quién puede ser la persona que está detrás de esto? No lo sé y eso me tiene un poco angustiada.

En ese instante, levanto la mirada y veo que mi madre ha empezado a preparar la cena. Me dispongo a ayudarla, pero cuando estoy ya a pocos metros de ella, mi celular vuelve a vibrar. Y esta vez no es Silvia.

"Siento mucho el mensaje de ayer, me equivoqué de número".

Es de la misma persona que, al parecer, se hizo pasar por Roi. Mi respiración se detiene durante un par de segundos. Ahora sí que no entiendo nada de lo que está sucediendo aquí.

El chico del ukelele azulWhere stories live. Discover now