Epílogo

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Tosí llevándome una mano a mi boca. Abrí los ojos pero la luminosidad me hizo volver a cerrarlos. Mi respiración volvió a la normalidad y volví a intentar abrir los ojos. La luminosidad ya no fue tan grande como al principio y comencé a distinguir formas. Las ramas verdes de los árboles me cubrían y el frío traspasaba mi piel sin miramientos.

-Estoy viva -susurré.

No reconocía mi propia voz, sonaba más ronca y seca de lo normal. Me miré y vi mi precioso vestido, gris y agujereado por todas partes. Miré a mi alrededor para ver a mis tres amigos inconscientes. Como quiera que hayamos salido de ahí, es lo mejor que nos ha pasado en la vida. Estábamos equivocados, siempre hay vuelta atrás aunque cueste.

Sin Vuelta AtrásWhere stories live. Discover now