11.La cabaña

61 5 5
                                    

NARRA MIGUEL

Los cinco estábamos sentados en circulo alrededor de una pequeña hoguera que a pesar de su tamaño desprendía el calor suficiente.

Todos teníamos la vista fija en la hoguera divagando en nuestros pensamientos. Cada uno pensaba en lo que creía que era más importante para él.

De entre la espesura aparecieron Alejandro y Yudit

-Esto es lo que hemos conseguido en buen estado -dijo Alejando levantando dos mochilas que contenían alimento y medicinas-. Yudit lleva la ropa.

Yudit tiro tres bolsas llenas de ropa al suelo.

-Alejandro trae las medicinas Axel esta delirando -pidió Juanje.

Alejandro se acerco rápidamente y le tendió la mochila que registró hasta dar con lo que buscaba.

Alejandro dejó de prestarle atención y miró a Virginia que tenia la vista clavada en la hoguera pero con la mirada ausente como si su alma no se encontrara ahí.

Creo que eso es exactamente lo que la ella intentaba, alejar la realidad de ella. Intentaba no pensar en nada, pero los recuerdos acudían a ella como un remolino y la atormentaban haciendo que silenciosas lágrimas bajaran por su rostro.

-¿Cómo sigue? -preguntó Alejandro sentándose lo más cerca posible de ella.

-No ha vuelto a hablar -respondió Juanje levantando la vista de Axel para mirarlo a los ojos-. La ha afectado mucho, eso cuesta mucho superarlo.

-Yo me ocuparé de ella.

Alejandro se volvió para mirar a Virginia que se le notaban en los ojos una honda tristeza.

Lo miré con odio y volvií a fijar la vista en el fuego apretando la mandíbula; nadie se dio cuenta de mi cara de pocos amigos si no se darían cuenta de como los odios a los tres.

La noche transcurrió tranquila Yudit repartió la ropa para que todos estuviéramos calentitos.

Todos nos acostamos pero aunque Juanje tumbara a Virginia y la tapara ella siguió despierta con sus ojos abiertos de par en par perdidos en la oscuridad. Las pesadillas la atormentaban estando despierta y de vez en cuando soltaba un sollozo silencioso.

No podía quitarme la cabeza lo que esta sufriendo esta niña.

-¡Blanca!

El grito que dio Virginia fue escuchado por todo el bosque y los lobos aullaron a la lejanía. El resto se despertaron por su culpa.

-¿Qué pasa? ¿Qué dices? -quiso saber Sergio.

-Nuestra hermana -dijo ella haciendo ímpetu en nuestra-, estaba con nuestra madre en la cabaña cuando me capturaron y si no esta en la cabaña puede estar a salvo o que la hallan capturado también.

Todos miramos sorprendidos a Virginia sin poder creer que ella hubiese hablado.

-¿Yudit, tienes todavía algún tipo de acceso para tener información sobre el paradero de mi hermana?

-Puedo apañármelas.

Virginia miró fijamente a Yudit esperando un movimiento por su parte, pero Yudit volvió a tumbarse para dormir.

-¿Qué haces? ¡Muévete!

-Virginia ¿crees que me voy a poner a buscarla ahora?

-Creo no, vas a ponerte a buscarla ya.

-¿Y si no quiero?

-Pues la buscaré yo misma. -gritó moviendo los brazo enérgicamente.

Yudit la miró pero aun así se volvió a dormir creyendo que no seria capaz. Virginia se levantó dispuesta a marcharse.

-¿Virginia donde vas? -quise saber.

-A buscar a mi hermana con o sin vuestra ayuda.

-¿No puedes esperar a mañana?

-¿Y si mañana esta muerta?

-¿Y si buscándola tu mueres?

-Prefiero morir buscándola que quedarme aquí sentada.

Virginia comenzó a meter un poco de comida, ropa y medicamentos en una mochila; cuando terminó se la colgó al hombro.

-Ya nos veremos.

-Espera Virginia voy contigo. -dijo Juanje levantándose.

-Y yo -añadí.

NARRA JUANJE

Los dos nos miramos durante dos segundos y en los ojos cambiantes de Miguel se podía ver el odio que yo le invocaba, mientras que yo intentaba demostrar tranquilidad.

-Os espero en la catarata. Id tranquilos.

-¿Porque?

-Quiero bañarme.

-Vale.

Virginia desapareció del claro donde estábamos todos y se sumergió en la oscuridad del bosque.

-Juanje me voy ya.

Miguel se colocó la mochila y comenzó a internarse en el bosque a seguir los pasos de Virginia.

-Se va a bañar, no hace falta que corras, por lo menos espera que se bañe.

Miguel gruñó por lo bajo y comenzó a andar hacia las oscuridades del bosque. Resoplé, y cargé con su mochila y comencé a seguirlo intentando hacer el mínimo ruido.

Seguí a Miguel hasta llegar a la catarata y este se oculto tras unos arbustos. Miguel observaba con interés la superficie del agua esperando ver un movimiento.

-¿Donde coño está?

Será...

-Que bonito esta eso de espiarla ¿eh? Estarás feliz.

Miguel se sobresalto pero aun así se volvió y me intentó matar con la mirada. No esperaba que me moviera tan rápido por el bosque y sin hacer ruido.

-¿Qué problema tienes?

-Tu eres mi problema, siempre te entrometes cuando consigo que me hable o que me abrace -dijo Miguel y en sus ojos centellaba la llama del odio-. Si tu no estuvieras ya seria mía.

-Virginia no le puede pertenecer a nadie, es la persona con más ansia de libertad que existe y si de verdad la quisieras lo sabrías.

-No hace falta que me digas como es, con verla se puede saber como es.

-En eso te equivocas lo que se ve de ella por fuera no es lo que hay por dentro.

-No quiero nada de ti, ¿entendiste?

Con estas palabras salió de su escondite y se dirigió al filo del agua. Esperando ver a Virginia.

-¿Qué miras? -dijo la chica saliendo de la oscuridad trenzándose su rojo cabello- ¿Me buscabas?

-Creía que te habías ahogado -dijo con una sonrisa en la cara.

-¿Miguel porqué no le cuentas toda la verdad?

-Pues... Juanje y yo queríamos saber que planes tienes para encontrar a Blanca.

En los ojos de Miguel se podría ver el tono de burla con el que me miraba.

-Si, es exactamente toda la verdad -dije con ironía aunque me ignoraron.

Foto de la cabaña. Sois #TeamJuanje o #TeamMiguel?

Sin Vuelta AtrásTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon