Capítulo 7

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—¿Porque el señor Hudson haría algo en su contra? —Naomi aclara su voz por el teléfono luego de un breve saludo, y la explicación que aún no descubren la verdad pero que están avanzando, y la reiteración que se encontrará a su bebé.

—Descubrí un secreto de Timothy —responde Marissa.

—¿Podría decirmelo para ver si es lo suficientemente grave para robarle a su bebé?

—¿Es un sospechoso?

—Encontramos sus huellas en toda la casa.

—¡Oh por Dios! —ahoga su grito con sus manos.

—Y mi colega vio ropa de bebé ayer en su casa.

—Yo... —dice con la voz entrecortada— descubrí que tenía una aventura con un alumno que era menor de edad en ese entonces.

—¿De casualidad se llama Jeremy? —pregunta Hewes ya que el teléfono está en altoparlante.

—Sí.

—Vamos a seguir investigando señora Lyons. No se preocupe.

—Encuentren a mi bebé —pide con voz trágica.

Hewes y Naomi salen de la estación directo al vecindario de los Lyons, el principio y donde seguro será el final de este drama. Los detectives discuten las teorías. Hewes descarta la teoría de Bishop siendo el conspirador, la considera demasiado inverosímil aún si él mismo es quien vio a Alicia y a Noah Bishop en una forma bastante comprometedora.

—Honestamente no lo dudo por él sino por ella. Alicia Lynn no se ve como una mujer capaz de un crimen así —explica Hewes.

—Hemos visto crímenes pasionales de peor magnitud ejecutados por mujeres que buscan venganza o que simplemente se sienten solas. Además, la señorita, perdón, señora Lynn es una enfermera. Bien podía sacarle el bebé a su amiga sin ningún problema. Sus huellas estaban en la casa y su coartada de la televisión no nos dice que alguien la haya visto realmente haciendo eso.

—Pero sus huellas estaban solamente en la sala, no en otro lugar.

—Es una enfermera, es astuta y debe saber cómo limpiar huellas. Esa mujer parece involucrada con Noah. Presiento que tiene alguna relación en todo esto.

Llegan a la casa de Timothy, y esperan unos minutos antes que el hombre aparezca. Esta vez no viene con el chico del día anterior, de la noche anterior, se le nota un tanto nervioso por la presencia policía, pero no es algo de qué extrañarse.

—¿En qué puedo ayudarlos? —pregunta inquieto.

—Señor Hudson —empieza Hewes—, necesitamos que nos explique que hacia ayer entre las seis y las seis cuarenta y cinco.

—Ya le dije ayer. Venía de la universidad de dar un curso.

—Llamé a la universidad ahora, señor Hudson —explica Hewes con calma y también oculto placer—. Me dijeron que el día miércoles siempre se hace una reunión de personal que usualmente dura una hora. Esta ocurre a las cinco de la tarde hasta las cinco cuarenta y cinco, pero como la señora Lyons no llegó, no la quisieron desarrollar. Usted, sin embargo, y de acuerdo a uno de sus colegas, salió de la universidad a las cinco de la tarde. Usted dijo venir directamente a su casa y que eso le tomaba casi una hora o más, así que se le ubica perfectamente en la escena del crimen a la hora que el bebé de la señora Lyons fue robado.

—No he hecho nada. Vine a mi casa, y luego pase a recoger a Jeremy —responde nervioso y expuesto.

—¿Entonces qué hacían sus huellas en toda la casa? —agrega Naomi como la estacada final.

Una Madre OdiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora