25- Hemos cambiado

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NOAH

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NOAH

Matteo solo me mira con miedo. Estamos en la cocina, donde hablamos la última vez, él está sentado en un banco con sus codos apoyados en la barra y yo estoy condimentando la carne para poner en la parrilla, que es lo único que medianamente sé cocinar.

—Dijiste que querías hablar conmigo y ahora te quedas mudo —le digo con seriedad, dando por sentado que no tomará la iniciativa.

—Ella te obligó a hacerlo, ¿verdad? De otra forma no lo harías, me odias.

Niego con la cabeza, pero no digo nada para contradecirlo. Él vuelve a quedarse en silencio y todo se torna incómodo.

—Dijiste que no es suficiente con decir lo siento, pero no me sale otra cosa —murmura luego de unos minutos.

Mantengo el silencio, no voy a hacerle las cosas simples. Sería muy fácil decirle que todo está bien y así seguir la vida con normalidad, pero lo que él hizo me dolió, esa es la verdad y no puede arreglarse con un simple perdón.

Se demora unos segundos que se me hacen muy largos, pero finalmente comienza a hablar:

—Sé que te hice daño, y lo peor de todo es que ni siquiera tenía un buen motivo para hacerlo. Yo no siento nada por ella, no estoy confundido ni nada por el estilo —aclara, yo simplemente asiento porque no sé qué decir y entonces él continúa—: Sabes que siempre fui así, solo pensando con cuántas chicas podía coger sin importarme absolutamente nada, pero entonces apareció Emily. Perdí la cabeza por ella, me cuestioné hasta mi propia existencia para encontrar los motivos por los que nunca me correspondería. Me sentí tan frustrado de que todos mis intentos murieran en la nada que quise volver a ser el de antes, y en un momento de esa desesperación... apareció Emma.

No levanto la mirada de la carne y mis manos, quiero ser maduro para superar esto, pero la verdad es que la imagen de ellos dos aún me hace daño de tan solo cruzar mi mente. Sé que si fui capaz de perdonar a Emma debería ser capaz de perdonarlo a él, sin embargo es diferente, de ella me esperaba lo que fuera, de él jamás.

—Tú dirás ¿Justo Emma? ¿Con todas las chicas que quisieran dormir contigo? —continúa ante mi falta de respuesta— No tengo una respuesta para eso, Noah, no tengo excusas, no voy a mentir sobre sentimientos que no existen o buscar algún motivo oculto en mi comportamiento de imbécil. Soy un pendejo, inmaduro, idiota y todos los adjetivos que quieras darme, pero tú me importas. Y de verdad, te lo juro por la memoria de mamá, que estoy absolutamente arrepentido y jamás volveré a fallarle a tu confianza.

No sé qué decirle, quiero perdonarlo, pero mi ego no me deja hablar. Es mi hermano, lo amo y lo entiendo. Sé que antes de que Emma se fuera él también sentía algo, y solo por el hecho de que ella nunca lo correspondió no significa que lo que sea que sintió haya desaparecido. Por algo le pregunté tantas veces si la quería, porque de algún modo intuía que era un pendiente para él.

Tontas promesasWhere stories live. Discover now