•• Burbujas secretas •• YoonMin ••

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JiMin dejaba caer libremente sus lágrimas mientras se encontraba recostado contra la maleza que cubría la fuente de aquel lugar, pensando en cuanto tiempo había perdido realmente, en cuantas noches sin dormir pensando en HakYeon ahora significaban nada, en que todos aquellos momentos que vivieron juntos fueron en vano porque no eran prioridad para el mayor. Dejaba a su mente trabajar tranquilamente, entregándole los peores pensamientos posibles, permitiendo que destruyera todas sus ilusiones e incluso le disparara todo el dolor posible, quería derrumbarse por completo y desvanecerse porque ya no quería seguir en ese momento, deseaba desvanecerse para ser rescatado y despertar nuevamente en algún hospital, imaginar que todo lo que le había dicho su ex pareja eran simples mentiras para poder continuar hiriéndole.

Sin embargo, a pesar de que todas sus energías estaban enfocadas en olvidar, su cuerpo no parecía dispuesto a ayudarle, no sentía rasgo alguno que diera indicio de una crisis, el tiempo seguía su curso normal y su vista seguía clara. Irónico era aquello, pensó el pequeño, que la primera vez que realmente deseaba ser débil por completo su propia mente no se lo permitía, y fue ese pequeño momento en que su mente se detuvo que el menor pudo procesar la situación: No estaba sufriendo por no saber cómo reaccionar, estaba sufriendo porque debía hacerlo, porque estaba herido, y porque tenía el control sobre sus emociones; porque había una clara diferencia entre sufrir una crisis y mostrarse vulnerable, y era que en la segunda opción uno podía conocer más de sí mismo. Y siguió aquel hilo de pensamiento mientras se enfocaba en los peces frente a él en la laguna, tratando de comprender qué hacía de este momento uno vulnerable y no uno que precisaba una crisis. Después de todo, que te vuelvan a romper el corazón tenía que ser motivo suficiente.

Fue aquello último lo que le entregó la primera llave para abrir uno de los tantos candados que habían en su propia caja de Pandora, porque esta vez su corazón latía con la misma fuerza que cuando había despertado, porque la sangre en su cuerpo no se había enfriado al punto de hacer que le doliera cada extremidad, porque su mente seguía funcionando y trabajaba a toda velocidad sin entrar en un estado de sobrecarga, porque todo seguía intacto en su persona. El muchacho secó sus lágrimas tranquilamente y, por primera vez después de mucho tiempo, pudo dejar salir un suspiro que relajó la turbulencia que ocurría en su interior desde el minuto que HakYeon se había ido, y pudo levantarse sin sentir sus piernas temblar, porque esta vez el mayor no le había roto su corazón, sino que había reventado aquella burbuja de ilusiones que aún mantenía guardada, que le hacía creer que podría volver a estar con él y que todo el daño que le había hecho era un simple engaño, al fin podía dejar ir aquellos pensamientos y sentirse libre de las influencias de su primer amor.

Decidió que debía arreglar aquel lugar, porque ya no era de HakYeon o de ambos, era libre de aquello, ese parque escondido oficialmente era su lugar propio, y miró a la distancia por donde su ex pareja se había ido, agradeciendo que le hubiera dicho aquellas cosas y que le dejara en claro cómo se encontraban ambos, porque aunque le dolió tener que oírlo y sintió en todo momento que no estaba preparado para aceptarlo, finalmente podía volver a pisar tierra firme y dejar que una parte de su corazón se fuera al espacio con las demás estrellas, y sabía que podía seguir viviendo aunque aquella pieza ya no existiera en él. Comenzó a arrancar la maleza de la fuente con tranquilidad, asegurándose de no hacerle daño alguno ala estructura, y tirando con fuerza aquellas ramas que no querían ceder, y pensaba en lo orgulloso que estaría su terapeuta si supiera que el chico pudo ser vulnerable, aunque fuera a solas, aunque nadie presenciara aquello, aunque su primer triunfo personal quedara oculto en lo que ahora sería su jardín...