Estaba en su casa, reposando tranquilamente en su cama, y al abrir los ojos Park pudo notar la presencia de YoonGi, sentado a un lado de éste con su cabeza apoyada en el colchón, se había quedado dormido por lo que parecía y le parecía demasiado dulce. Sus facciones destacaban aún más de lo normal, y pudo notar que el rostro del chico se asimilaba al de un felino, posiblemente un gato atigrado pensó debido a la ternura y fidelidad que demostraba con alguien que, al parecer, era su cercano, pero la hostilidad ante los desconocidos. Y es que para él Min claramente era un felino, alguien que tenía claro que solo podía mostrar sus sentimientos de forma tranquila frente a las personas que no se aprovecharían de éste.
Sonrió ante aquella imagen y comenzó a sentarse con calma en el colchón, tratando de alcanzar el vaso de agua que se ubicaba en su velador y de no despertar a Min con sus movimientos, algo que sabía era una misión bastante difícil de cumplir. Eso quedó en claro cuando notó al mayor abrir con calma sus ojos y frotarlos para despertar por completo, y notó una sonrisa enorme, una que mostraba sus encías por completo pero que no le permitía ocultar la preocupación que aún mantenía. JiMin suspiró y continuó con su cometido de forma tranquila hasta que sintió las manos de YoonGi tomarle de los brazos y girarlo, quedando uno frente a otro.
- ¿Por qué te alejaste JiMin? Quiero una respuesta sincera. - Dijo Min en un tono bastante serio. Se había cansado de los juegos del menor, necesitaba saber los hechos reales de aquel distanciamiento - Por favor, dame algo de información que me haga comprender. -
- Es lo mejor para ambos hyung... - Mantuvo una voz calma a pesar de la suerte de amenaza combinada con ternura que había recibido, no quería herir al que ahora era claramente su persona favorita en todo el planeta - No quiero que resultes herido...
- ¿Crees que ya no lo estoy Park? - Bajó su cabeza, ya no era capaz de mirarle sin sentir una leve angustia dominar su interior - Estoy roto, hace mucho. Y tú apareciste, comenzando a unir cada una de las piezas de una forma tan cuidadosa, con tanta calidez... Para luego dejarme caer ¿Era esa tu misión?
- Por supuesto que no Min - Tomó delicadamente el mentón del mayor, obligándole a que el chico le mirara, y le entregó una sonrisa tan sincera, tan inocente, que dejaba en claro el cariño que le tenía - No sería tan hijo de puta...
- ¿Entonces JiMin? Sigo sin entender que me hayas pedido alejarme, que me dijeras que no sentiste nada ¿Acaso tampoco sientes nada si hago esto?
Sin previo aviso Min se acercó a su rostro y le besó en su boca. Pudo sentir la calidez emanar del cuerpo del mayor, la suavidad de sus labios, la forma cariñosa con que acariciaba su rostro mientras continuaba con aquel beso, y cedió ante aquello. JiMin le correspondió aquel beso con pasión, demostrándole que sí sentía correspondencia con él, un amor puro que sólo le había tomado un par de semanas desarrollar. Le dio un acceso libre a su boca, y pudo sentir la lengua del mayor invadir su boca, casi como si estuviera marcándolo, dándole a entender que nadie más podía devorar sus labios con aquella intensidad y pasión incontrolable, haciéndole entender que él ahora sería el único que podría hacerle sentir de aquella forma.
Min lo tomó de su cadera mientras se recostaba por sobre él y mantenía aquel beso, y una vez estuvo encima de JiMin por completo abrió los ojos, apoyando su frente en la del menor, acariciando con delicadeza el pecho de éste y delineando sus abdominales por sobre su polera. Un gemido salió de los labios del menor ante aquel tacto, llegando a encorvarse cuando las manos del mayor jugaban con claras intenciones en su oblicuo.
KAMU SEDANG MEMBACA
•• Burbujas secretas •• YoonMin ••
Fiksi Penggemar«Fue en el momento que tomó de mi cintura en aquella piscina que supe me había enamorado del chico tatuado.» Jimin era un chico de dieciocho años que había sido seleccionado para integrar el equipo de natación de la Universidad de Seúl en el minuto...
