Park aún temía abrir sus ojos, no quería que la pesadilla de la noche siguiera ocurriendo, no quería tener que seguir gritando por ayuda. Sin embargo, pensó, si aquello fuera real, entonces ¿Por qué estaría sintiendo como la luz del sol inundaba su rostro? Tomó una bocanada de aire y decidió despertar, para encontrarse con que ya era de día, con que no estaba soñando ni tampoco teniendo una pesadilla, sino que estaba, simplemente, despertando, como cualquier otra persona.
Observó su habitación, y se dio cuenta que la pesadilla sí había ocurrido: Su espejo roto, su ropa tirada por todas partes, su cuaderno destruido, era un real desastre, pero lo único que no sufrió fue aquel peluche que se prometió cuidar aunque perdiera el control, y vaya que lo cuidó, seguía en sus manos después de todo. Se levantó de su cama con cuidado, tratando de recordar qué había pasado realmente la noche anterior, y cómo fue posible que, a pesar de tal desastre, hubiera conseguido dormir tan plácidamente, acto inútil ya que lo único que tenía en ese minuto era una jaqueca común luego de sus crisis de pánico nocturnas.
Caminó como pudo hasta el baño, y pudo ver los estragos de la noche en su cuerpo: sus manos con pequeñas cicatrices, sus ojos oscuros debido al llanto, su pelo desastroso por culpa del sudor, su ropa de dormir desordenada, y al ver la imagen completa de él mismo, sólo pudo suspirar. Al menos, volvió a pensar, debió de tener un gran sueño, porque la melodía de aquella canción seguía sonando de vez en cuando en su cabeza cuando su mente intentaba atacarle con escenas negativas. Decidió limpiarse sus heridas con sumo cuidado, vendando sus palmas que habían sufrido cortes algo más grandes, probablemente por romper el espejo, y se peinó rápidamente, quería lucir algo decente ante quien sabía estaría esperándole fuera de su cuarto: Eran las 7 de la mañana, y el turno de su madre duraba hasta las 9, por tanto aún tenía un par de horas con Min.
Tomó un polerón bastante usado que estaba en el suelo, de aquellos que por tanto usar terminan quedando más grande de lo planeado, y salió de su habitación calmadamente, pero no vio señal alguna de YoonGi en la cocina, como esperaba que fuera, lo único que vio fue una nota sobre el mueble que estaba en el pasillo, y sintió un leve relajo al saber que el chico seguía manteniendo la promesa, a pesar de todas las dificultades que podía traer.
"La profesora necesitaba de mi ayuda de forma urgente, no tuve elección. Dejé tu desayuno preparado dentro del refrigerador: una ensalada de frutas y un vaso de jugo natural, así puedes variar. Si necesitas algo envíame un mensaje, pero que sea algo urgente Park, no me hagas correr a tu casa porque no puedes encender un tonto televisor o no sepas cómo hacer una cama. Espero hayas dormido bien... Vuelvo en una hora. -Y"
Su sonrisa era normal, normal en tamaño y en sinceridad, era su sonrisa típica, y JiMin agradecía tanto que Min, con tan solo seguir todo al pie de la letra pero en su propio estilo, le estuviera devolviendo poco a poco al mundo real. Retiró el desayuno del refrigerador, y no tuvo que forzarse a comer, o tener que ir a algún recuerdo pasado, nada de eso fue un truco necesario, estaba comiendo porque le nacía en su interior, porque le hacía feliz, porque le hacía ser él.
Una vez terminó de comer dejó todo lo que usó en el lavaplatos, y decidió tomar el cuaderno destruido de su habitación para escribir en el mismo, debía de hacerlo para mantener el buen camino que, sentía, estaba llevando luego de su salida del hospital. Pero, al abrirlo mientras estaba sentado en el piso de su sala de estar, no podía procesar qué escribir. Le habían dicho que el primer pensamiento, pero ¿Y si alguien llegaba a leerlo? ¿Si se lo robaban y exponían como años atrás? La ansiedad comenzaba a asentarse lentamente, pero luego recordó un detalle importante: Esta vez, alguien no lo permitiría, él mismo, y con eso en mente decidió escribir.
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•• Burbujas secretas •• YoonMin ••
Fanfiction«Fue en el momento que tomó de mi cintura en aquella piscina que supe me había enamorado del chico tatuado.» Jimin era un chico de dieciocho años que había sido seleccionado para integrar el equipo de natación de la Universidad de Seúl en el minuto...
