XVII

148 18 2
                                    

Abre el telón, hay oscuridad; baja y sube el telón; hay oscuridad; baja y sube el telón; hay luz. ¿Cómo se llama la obra?. Mi salvación.

Patty.R

—Ay.—Se quejó la mujer.—Me duele mi cuerpecito.

—E-eres Luz.—Dije tras la sorpresa.

—Nooo, soy tu mamá…maldito.—Dijo con todo el sarcasmo que su pequeño cuerpo podía recolectar.

—No, te digo que eres Luz.—Aún no podía creerlo.

—Sí, Oscar soy Luz.—Dijo la pequeña levantándose con dificultad.

—¡NO; MALDITA SEA QUE ERES LUZ!.—Di un paso hacia adelante.

—¡MIERDA, SI! ¡SOY LUZ, PORQUE CUANDO MI MAMÁ ESTABA EN EL PARTO SE FUE LA LUZ, Y MI PAPÁ DIJO QUE AL NACER ILUMINE EL LUGAR PORQUE BRILLABA Y BLAH, BLAH Y ME COLOCARON ESE NOMBRE.—Grito frustrada, terminándose le levantar.

—¡MALDICIÓN SÉ QUE TE LLAMAS LUZ!.—Le aclare.—PERO ES QUE ERES LUZ.—Me calme un poco, respire de nuevo mientras daba vueltas sobre mi eje, intentando calmarme. — Mi lugar feliz...uno, dos —Musite para mi mismo mientras respiraba pausadamente. Volvi a mi posición inicial —Sé que te llamas Luz, pero es que... —Cerré los ojos con fuerza ordenando las palabras que soltaría a continuación. —Eres Luz…ósea brillas.—Mire a todos lados, buscando algún tipo de respuesta.

—Edward de Crepúsculo me dicen ¿Maldita sea, te fumaste lo mismo que mi papá el día en que nací, Oscar?.—Me miro extrañada.

—¡TE PUEDO VER!.—Y su cara fue de “sí, cabrón te drogaste”

—¿No juegues?, ¿en serio?.—Lo dijo en tono “no te creo una mierda”

—Hablo en serio.—La mire con la expresión más seria que pude conseguir después del estallido de emociones que estaba pasando en ese momento.

—No me digas.—El sarcasmo volvía a aparecer.

Me acerque mientras la miraba directo a los ojos, vi como dio un paso hacia atrás, confundida. Pego un brinco cuando acune su rostro en mis manos.—Puedo verte.—Vi como sus ojos negros destellaban algo similar al desconcierto.

—Pruébalo.—Me reto, sonreí tras aquello, me aleje uno, dos, tres pasos y boom.

—¡Ves que no ves una mierda!.—Se abalanzo a recogerme, porque si…Me había tropezado con la silla en la que estaba sentado minutos antes.

—No la vi.—Me queje en el suelo. Ella me miro con sus ojos muy abiertos de “¿no me digas?”

—Déjate de juegos, te vas a matar.—Paro y me miro furiosa.—O me mataras a mí.

Una vez me levante, ella comenzó a recoger todo o eso creí, porque mis ojos únicamente eran capaces de visualizarla a ella, como si de una brujería se tratara. Todo era oscuridad, menos ella…

Luz (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora