XVI

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El alcohol me ayudaba a perder el conocimiento y a olvidarte un poco más, pero mis sueños se encargaban de recordarme cuanto te amaba.

Patty.R

 


—¿Qué.—Sentí como se me helo la sangre de pronto, la resaca desapareció, el dolor de cabeza, el malestar todo… solo estábamos ella y yo.

Dio un suspiro pesado, como tratando de poner en orden las palabras que iba a soltar.—Digo, ¿no crees que ya es hora?

Simplemente no podía terminar de procesar las palabras, estaba presente como no lo estaba…La definición correcta para mí, seria en modo pause. Trague fuerte.—¿Desde cuándo?.—Pregunte con un hilo de voz, necesitaba saber si siempre lo supo o si se había enterado hace poco, yo necesitaba saberlo.

—Maldita sea, Oscar.—Sentí el golpe de sus palmas contra una parte de su cuerpo, que deduje eran sus muslos.—¿No creerás que soy tan idiota como para tragarme el cuento ese de “estoy practicando”?. Y sí, al estoy practicando debes agregarle las comillas estoy haciendo con los dedos en este instante.—Explico la enfermera.

—Ya va.—Lleve mis manos a mi cara para después desplazarlas por mi cabello peinándolo hacia atrás, todo era confuso ahora…¿si ella lo sabía? —¿Mi mamá?.—Pregunte de forma automática, ni siquiera lo pensé solo salió.

—No, Oscar no soy una chismosa.—Silencio.—Bueno, sí, si lo soy; pero no a ese extremo…no le he dicho nada a tu mamá.—Y sentí que pude respirar de nuevo.

—¿Alguien más lo sabe?.—Volví a preguntar, porque es que alguien más debía saberlo, es que eso de “no soy una chismosa” no me lo creo, debió haberle contado a alguien…

—Empiezo a sospechar que Frederick lo sabe, no lo sé…No le he preguntado directamente y no es que él sea muy conversador que digamos.—La pequeña seguía hablando y aun no me podía concentrar del todo, ella lo sabía…¡ELLA MALDITAMENTE LO SABÍA! Y no...sabía que mi mentira no era la mejor elaborada, pero rayos…

—¿Por qué no me lo dijiste?.—Gire mi cara en su dirección.

—¿Qué querías que dijera?.—Dijo algo cansada, como si se rindiera.—Simplemente no podía llegar y decirte, oye sé que estas ciego hermano.

—¡ES EXACTAMENTE LO QUE ACABAS DE HACER, AHORA!.—Señale un punto hacia el piso, mientras me levantaba del asiento de golpe.—¡Y NO SOY TU JODIDO HERMANO!

—¡VES, POR ESO MISMO, NO TE LO HABIA DICHO!.—Lanzo un grito frustrado.—¡MIRA COMO TE PONES, PARA QUE SEPAS TE ESTOY SEÑALANDO DE ARRIBA A BAJO!

—¡¿ES QUE COMO PRETENDES QUE ME PONGA?! ¡EXPLÍCAMELO, PORQUE NO LO VEO!—Comencé a rascarme el cuero cabelludo con fuerza, con tanta que no me extrañaría si me saliera sangre, aunque eso era lo menos que me importaba.

— ¡POR LO MENOS, QUE NO GRITARAS COMO DESQUICIADO!—Grito de vuelta, y yo respire hondo.

—Ok.—Seguía respirando mientras me llevaba las manos a la cintura y recordaba esas tontas clases de psicología de la universidad donde te decían “deben ir a su lugar seguro, respirar profundo y contar hasta diez, si no funciona vuélvanlo a hacer”. Y eso hice.—Bien, calmado.— Lleve mis palmas abiertas hasta la altura de mi pecho en señal de paz.—Mierda, esas clases si funcionan.

—Bien.—Bajo la voz también.

—¿Me puedes decir porque no me dijiste que sabias de mi condición.—Señale mis ojos.—querida?.—Pregunte con una sonrisa falsa.

—Porque sabía que te pondrías como loco.—Intente reclamar, pero me mando a callar con un shhhss “estoy hablando yo” y prosiguió.—Y quería saber hasta dónde eras capaz de llevar tu mentira, pero lo que paso ese día, esa noche para ser exactos.—Se corrigió.—Me hizo dar cuenta, que mientras más atrases la verdad, más doloroso será y no es que me importe.—Enfatizo.—Pero es que tu salud estará involucrada y eso me afectará a mi.—Y eso último, me dio una puntadita en el lado izquierdo del pecho, obviamente sabía que todo lo que la mujer hacía, era única y exclusivamente por su trabajo, pero el que me lo dijera tan directo fue un poco triste.

—Para eso te pago.—Dije algo molesto, porque lo estaba y mi molestia tenía mucho que ver con su explicación; sin duda.

—Ay, no. No otra vez.—Se quejó como típica niñera que ve que “su niño” se ha vuelto a cagar en los pantalones.—Ósea.—Suspiro pesado.—No quise decir que no me importaba así como…

—Pero lo dijiste.—Aclare con el rostro sereno, pero obviamente se podía notar mi cara de disgusto, “novia enfadada” esa era mi expresión.

—Ay no puede ser, pareces niña.—Se acercó a mí colocando una mano en mi muslo, su tacto era frio en comparación con mi piel caliente.—Si me importa.—Sonó sincera, pero no me lo creí.—Solo es que, AHSS.—Se quejó levantando la mano para posarla nuevamente en el mismo lugar.—Oscar debes decir la verdad.

—¿Para qué? ¿Para qué mi madre termine de desaparecerme de la faz de la tierra? ¿Para qué Marie este feliz de que perdí la vista? ¿Para que las pocas personas que me tienen respeto lo pierdan y me traten con lástima? ¿Para qué mi cara vuelva a salir en los periódicos? No Luz, las cosas no son tan fáciles como las pintas.—Negué repetidamente con la cabeza.

— Para que estes bien contigo mismo.— Dijo suavemente mientras sus manos frías tomaban ambos lados de mi cara.—Abre los ojos.—Me pidió.

—No lo hare.—Me negué, apartando sus manos.

Volvió a colocarlas allí.—Por favor, Oscar abre los ojos.—Sonó suplicante.

—Que no Luz, que no voy a abrir mis ojos.—Volví a negarme.

—¡Que abras esa mierda!.—Sentí como la mujer se trepaba encima de mí, mientras luchaba por abrirme los ojos.

—¡No!—Trataba de quitármela de encima.—Maldita sea me estas lastimando.—Ahora parecíamos dos críos peleando.

En un momento pude meter mis manos entre sus piernas, para tratar de levantarla.—¡Me estas tocando la vagina, maldito pervertido!.—Se quejó, pero no dejaba de luchar para abrir mis ojos.

—No la toco por gusto, maldita demente.—Y pude levantarla y arrojarla hacia un lado, lo que no me esperaba, era el estruendo que se escucharía cuando accidentalmente lance el cuerpo de la mujer contra la mesa de vidrio que adornaba el lugar, y es que no me acordaba de esa puta mesa de vidrio.

Con el shock del momento instintivamente abrí los ojos.—Mierda.—Alcance a decir cuando todo se volvió confuso para mí.

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¿Qué paso?

¿Oh my god…Luz estas viva?

 

¿Sangre? ¿Tripas? ¿Cadáver? ¿Pastelillos y café?

 

Gracias por leer.

 

Recuerda si te gusto el capí dale ★  , y comenta.

 

Los sandíamo un montón.

 

Luz (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora