Brendon se encontraba haciendo un directo en Twitch, solía hacerlo cuando estaba aburrido. Como siempre; jugaba lo mismo: Fortnite.

Él reía al haber leído uno de los comentarios, sin dejar de jugar. Estaba hablando, pero fue interrumpido por Sarah, la cual había entrado a la habitación. Brendon vio los comentarios, muchos emocionados al ver a Sarah.

Volteó y miró a su esposa.

—Brendon, llegó Ryan. —Intentó no sonar tan alta por el directo, pero no funcionó.

Brendon asintió y Sarah salió. Él miró a la pantalla y leyó los comentarios. Se puso un poco nervioso, ya que todos solo mencionaban el Ryden.

Se despidió y apagó la computadora. Se levantó nerviosamente de su asiento y caminó hacia la puerta por donde anteriormente había salido Sarah.

Caminó entre los pasillos, acomodando su cabello. Hacía alrededor de una semana o más había dejado de hablar con Ryan, ¿qué querría?

Brendon llegó a la sala y vio a Ryan sentado sobre el sofá. El menor se detuvo en su lugar. El solo ver esa cabellera le daban ganas de llorar. Se quedó ahí parado unos segundos, intentando calmar su respiración y las ganas de largarse a llorar.

Finalmente, continuó con su camino.

Se paró frente a Ryan. El mayor volteó en menos de un segundo a verlo, se levantó, con una gran sonrisa en su rostro, y sin pensarlo, se había aventado hacia Brendon a abrazarlo.

Brendon no sabía qué hacer, sabía que si le correspondía el abrazo iba a volver a caer, pero si no lo hacía, sabía que en cierta forma se iba a arrepentir.

¿Qué hizo? Lo abrazó.

Brendon inhaló el perfume de Ryan, no olía muy masculino, pero a Ryan le quedaba perfecto. Brendon cerró los ojos, disfrutando del abrazo, el perfume, el cabello de Ryan pegar contra su mejilla, estar con Ryan.

Ryan se separó de Brendon, algo que al de cabellera negra le dolió. Ryan miró a Brendon, parecía que iba a llorar. Solo sonrió.

—Brendon, pensé que me ibas a correr o algo así. —Bromeó el castaño. Brendon forzó una risa, sí había pensado en hacerlo.— Me alegra saber que no lo hiciste. —La manera en que sonrió, joder, si Brendon fuese mantequilla, ya estaría derretido.

—¿Podemos ir a hablar a otro lugar? —Preguntó rascando su nuca. Él ya sabía sobre qué hablarían –o eso pensaba él– y no quería que fuese con Sarah cerca.

Ryan solo asintió, a lo que Brendon fue a avisarle a Sarah que saldrían a caminar. Sarah no dijo nada, solo asintió y prosiguió haciendo lo que sea que hacía. El de cabellera negra regresó hacia la sala y con un movimiento de cabeza le indicó a Ryan que saldrían.














—Brendon, creo que ya sabes para qué vine a buscarte. —Habló, sentándose en una banca. Habían decidido ir al parque más cercano de casa de Brendon, el cual quedaba a unos veinte minutos caminando. Brendon solo asintió y se sentó a unos centímetros del castaño.— ¿Por qué no me respondes?

—Sé que yo estoy casado, y sé que está mal engañar a mi esposa, pero creo que tú necesitas tu espacio para tu propia familia. Aunque sé que lo mio estuvo malo, lo tuyo igual. Salíamos en secreto, pero tú fuiste y embarazaste a tu amiga. —Se cortó su voz. Sabía que si seguía hablando iba a llorar, así que solo se calló. Los dos estaban mal, pero Brendon hizo peor.

Estuvieron en silencio un buen rato, algo que calmó a Brendon. El castaño no sabía qué responder, solo suspiró. Parpadeó un par de veces, no se le ocurría qué decir.

—Tienes razón, Brendon. Ambos estuvimos mal, pero, ¿podríamos aunque sea seguir siendo solo amigos? —Miró a Brendon, el cual solo miraba hacia el lado contrario, a lo que Ryan solo podía ver su perfil.

Se escuchó un suspiro, después a Brendon cerrando los ojos y asintiendo. Ryan sonrió y abrazó nuevamente a Brendon, sin importarle si era correspondido o no. Él era feliz y no le importaba lo demás.












—¿Sobre qué hablaron? —Preguntó dándole vuelta a la página de su libro. Brendon mientras cambiaba los canales de la televisión.

—He estado un poco distraído últimamente y no había podido responder sus mensajes, él solo se había preocupado. —Se encogió de hombros. Sarah asintió, sin ponerle importancia, leyendo su libro aún.

Brendon solo paseaba por los canales, aburrido y un poco molesto al no encontrar algo de su gusto.

Decidido a dormir, iba a apagar la televisión, pero sonó su celular, lo cual lo distrajo. Agarró el aparato y vio que era un mensaje de un número desconocido. Frunció el ceño, ¿quién podría ser?

Desbloqueó su celular y entró a los mensajes, comenzando a leer aquel;

Deja a Ryan en paz, sé lo que llevan entre manos, y créeme, puedo destruir tu carrera con una simple foto. Si me entero que siguen hablando, te destruiré. Ojo, puedo verlo todo.

Tragó saliva, ¿por qué y quién sería capaz de amenazarlo? Él nunca le hizo nada malo a nadie —sin contar los engaños hacia Sarah—. Tenía miedo, y mucho, porque sus jefes eran homofóbicos. Si veían una foto de Brendon aunque sea solo agarrando la mano de Ryan, serían capaces de despedirlo.

Brendon amaba su trabajo, y haría lo que sea por no perderlo. Si tuviera que dejar de hablar con Ryan de nuevo, lo haría. Aunque le doliese.

Miró a Sarah, ella solo seguía leyendo su libro, se veía tan distraída. Brendon bloqueó su celular y apagó la televisión, deseándole las buenas noches y después intentando dormir.

One More Time [Ryden]Where stories live. Discover now