—¿Por qué tanta prisa por irte? —Preguntó Dan cuando ya estaban todos sobre el auto.

—Solo conduce. —Respondió Brendon.

No quería hablar al respecto, o al menos no con ellos. Hablaría con Sarah, pero en unas horas, no en cuanto llegara. Llegaron más rápido de lo que tenía esperado, o tal vez solo era porque estaba muy concentrado en sus pensamientos como para darse cuenta de lo que estaba pasando. Se bajó del auto sin siquiera dar las gracias o despedirse y entró a su casa. Gritó el nombre de su esposa un par de veces, pero ninguna vez obtuvo alguna respuesta. Ahí fue cuando recordó que se había ido a lavar la ropa, la lavandería se encontraba poco más de una cuadra de su casa, a lo que decidió ir ahí.

Llegó un par de minutos después, entró y vio aquella camiseta que regaló el día de hoy, pero de espaldas. Vio a su esposa hablando con otro hombre, a lo que se acercó a ellos y notó que ella estaba riendo. La abrazó por la cintura y ella dio un pequeño brinco del susto, a lo que volteó y se calmó al ver de quién se trataba.

—Necesito hablar contigo cuando te desocupes. —Susurró en su oído, haciendo que se erizara la piel de la contraria. Ella volteó a verlo y solo asintió. Él unió sus labios unos segundos y luego miró al chico con el que ella hablaba anteriormente.— Fue un gusto conocerte. —Le guiñó un ojo y salió de ahí, regresando a su casa. Solo le había guiñado por como él lo veía; sorprendido y emocionado. Sabía que conocía su banda y era obvio que era su fan.

Cuando había salido de ahí logró escuchar un “¡Brendon Urie me guiñó!” haciéndolo reír. Tal vez por eso él hablaba con su esposa, tal vez la reconoció y simplemente quiso su amistad y tal vez acercarse a él.

Alrededor de 10 minutos, Sarah llegó a casa. Desde afuera se escuchaba la canción que Brendon tenía puesta y aceleró un poco el paso; sabía que ahora estaba un poco peor que en la mañana, y más al escucharlo cantar aquella canción. Entró con un poco de dificultad gracias al cesto de ropa. Vio a Brendon sentado en el suelo comiendo helado, a lado de él una bocina, donde tenía Northern Downpour en repetido.

Hey moon, please forget to fall down... —Cantó él un poco alto. Ella dejó el cesto de lado y se acercó a él, así abrazandolo sin importar el que le correspondiera o no. Cuando notó que todo estaba un poco más tranquilo, quitó la música y besó la frente de él.

—¿Es sobre Ryan? —Preguntó, refiriéndose de cuando él había pasado por la lavandería. Él alzó la mirada y asintió lentamente.— Bien... —Murmuró más para ella que para él, quitándole el bote de helado de las manos y dejándolo de lado.— Cuéntame todo. —Él solo asintió, comenzando a decirle lo que pasó.

No era la gran cosa, si puedes pensarlo bien, pero Ryan fue de sus mejores amigos, él le había ganado tanto cariño, ya que se conocían desde pequeños. Lo de la banda fue idea de él, y aunque se salió, Brendon quiso continuar con ella. Sarah sabía de la situación, de cómo se sentía Brendon, incluso sabía que antes de haberla conocido, tenía un pequeño crush hacia él. No era algo que la molestaba en absoluto, pero sí le dolía verlo así.

Se quedaron así un buen rato, simplemente abrazados, sin decir palabra alguna. Sarah notó que Brendon estaba por quedarse dormido gracias a su respiración, así que antes de que durmiera, se levantó y lo jaló levemente, haciendo que se levantara pero no que se despertara.

—¿A dónde me llevas? —Preguntó él bostezando.

—A la habitación, si te quedas dormido no podría traerte yo gracias a lo débil que soy y no quería dejarte dormir sobre ese incómodo sofá. —Sonrió ella, a lo que Brendon solo murmuró un pequeño “Gracias”.

One More Time [Ryden]Where stories live. Discover now