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Las cosas fueron volviendo poco a poco a la normalidad, era como si nada hubiese pasado, SeungCheol se sentía afortunado de no haber visto durante una semana a su jefe, puesto a que este se había ido a un viaje de negocios después de lo ocurrido. No le importaba y tampoco le interesaba, mientras no estuviera cerca suyo estaría bien, en esa misma semana solo se enfoco en trabajar duro para poder terminar su experimento. Los avances eran grandiosos, le emocionaba que todo estuviera marchando bien, así mismo su mente se concentraba en otras cosas que en su propio tormento.

Pero, no toda paz puede durar para siempre.

Lo evitaba, era claro, pero, los regalos enviados hacia su persona ocasionaba que si paz se viese interrumpida, era como si lo volviera a una realidad de la cual no estaba listo para enfrentar. Cada obsequio recibido con una nota expresada de puro morbo y lujuria hacia su persona ocasionaba unas fuertes nauseas que quemaban su garganta, cuando lo notaba ya estaba en el lavabo de su laboratorio vomitando vinagre por los recuerdos que se iban colapsando en su memoria.

Se repetía muchas veces que estaría bien, pensaba en positivo pero, la realidad lo estaba matando.

Con discreción devolvía cada uno de los regalos a su jefe sin que nadie se diera cuenta, no deseaba que los rumores de que su jefe lo estaba acosando salieran a la luz. Sabe muy bien que estos podrían ser alterados como también lo fue al momento que el entró a la empresa.

No era una mentira ni un secreto que a la edad de veinte años ya estuviera trabajando para la compañía, muchos se preguntaban el como había obtenido el honor de trabajar en un lugar como ese sin la necesidad de haber iniciado sus estudios y sobretodo de no haber tenido experiencia laboral o alguna clase de recomendación.

Todo estaba más allá de un terrible secreto que jamás podrá ser relevado.

Seungcheol dejo escapar un pesado suspiro dejando aún lado su libreta de campo donde tenía cada uno de los registros de los avances de su experimento, quitándose cuidadosamente los lentes, apoyo estos sobre la mesa metálica, descanso sus ojos, el agotamiento apenas se hacía notar, pero, su determinación a lograr grandes avances como su hambre voraz de orgullecer su trabajo era más que nadie notaba a ese hombre pudriéndose en sus propios conflictos internos.

-Traje un poco de café, ¿Quieres un poco?
La voz ajena de Mingyu se una haciendo tan clara en la habitación, ese hombre alto y moreno entró en el laboratorio con dos vasos de café en la mano y una bolsa de rosquillas en la otra.

El moreno dejó ese vaso de café extra en la mesa metálica al no recibir respuestas, siempre era así, las charlas eran inusuales para ambos, la fluidez de una conversación no siempre era perfecta pero, comprendía a SeungCheol pues, durante largos años trabajando de la mano con el aprendio a leer al triste hombre de sonrisa alegre.

-He escuchado por ahí que dicen que beber una taza de café al día hace que uno se sienta mejor y mejora el rendimiento físico.
Dijo con una sonrisa suave mostrada en su rostro.

Seungcheol, miró el vaso de café que estaba en su lugar de trabajo, el aroma de los granos le llenaba de calidez como también las palabras de su compañero y asistente de trabajo. Esa sonrisa no se hizo esperar más con ese entusiasmo transmitido por palabras ajenas que aportaban datos curiosos.

-Gracias Gyu, lo necesitaba.

La alegría en los ojos de Mingyu fueron transmitidas en una afectuosa sonrisa cuando su mayor acepto el café que con tanto esmero compro para ambos. El silencio nuevamente reino en la habitación, ambos tomando con tranquilidad sus café como también disfrutaban de unas buenas rosquillas que daban el honor de calmar su hambre. En medio de su tranquilidad, Mingyu dio una gran mordida a su rosquilla glaseada en chocolate haciendo que las comisuras de sus labios se mancharan de esa misma exquisitez. El hombre triste observo como su compañero se había manchado en esas zonas como también su nariz, mostró una sonrisa divertida y hizo un pequeño gesto al moreno para que notará lo que ha sucedido.

 𝐸𝑥𝑝𝑒𝑟𝑖𝑚𝑒𝑛𝑡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora