Capítulo 3

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- ¡Ey, Verducho!¡Espérame! - Exclamó Minho corriendo tras el chico.

Eiden sin mirar atrás aumento su paso y se metió a la cocina cerrando la puerta detrás de sí.

- ¿Que te ocurre, larcho? ¿Tanto te molesta que te diga que llorar no es de hombres? -Pregunto exasperado el asiático.

-No lo entiendes, ¿verdad? -Pregunto con un tono bajo el rubio.

- ¿El qué?

- ¿No puedes ser más amable?

- ¿Porque lo sería?

-Todos lo son.

-Yo no soy como el resto.

-No, tú eres más tonto.

Minho lo miró con mala cara y golpeo la puerta cerrada.

-Todos piensan que al no recordar nada es bueno para mí, pero no lo es. No recuerdo ni mi nombre...

-Pero te llamas Eiden.

-Eso es lo que dice Thomas. - Exasperado abrió la puerta y observó a Minho con rabia - ¡Ni siquiera puedo recordar algo tan sencillo como eso! ¡Pero en cambio, recuerdo una y otra vez la misma imagen! ¡Se repite en mi cabeza como si fuera una película!

- ¿Que imagen?

El sonido de una alarma atronadora interrumpió sus palabras. Eiden se tapó los oídos con las manos. Los latidos de su corazón se aceleraron. Sus ojos se posaron en Minho. Pero el chico no estaba asustado, más bien... confundido. Asombrado.

- ¿Qué está pasando? -preguntó.

-Esto es raro. -fue todo lo que dijo Minho antes de salir.

El chico salió detrás de Minho y noto que había gente en los corrales del Matadero que miraba hacía todos lados con el mismo desconcierto.

Un niño flaquito cubierto de lodo agarró al asiático por un brazo y le gritó:

- ¿Qué es todo eso? -preguntó, echándole una mirada al castaño.

Pero eso a Eiden ya le daba igual. Desde que abrió los ojos todos le miraban mal, ya que el carafuco de Gally se había encargado de contarle a todo el mundo su episodio de histeria y para rematar la cosa, lo acusaba de ser un espía de CRUEL.

-Ni idea. -respondió Minho

- ¡Minho! -Exclamo Eiden. - ¿Qué está pasando?

- ¡La Caja, garlopo! -exclamó, y salió disparado hacia el centro del Claro sujetando al pequeño por uno de sus brazos.

Al acercarse al hueco, se dejaron ver a decenas de chicos dando vueltas por el patio, entre ellos Alby y Thomas. Eiden intentó controlar el pánico que iba en aumento, apretando el brazo del mayor. Pero Thomas se acercó a ellos y sus nervios aumentaron.

-Newt, ¡¿qué está pasando?!

El chico observó al grupo rápidamente y se acercó a ellos. Lucía sorprendentemente calmo en medio del caos y le dio una palmada en la espalda a Thomas.

-Significa que un maldito Novato está subiendo en la Caja -contestó, y después hizo una pausa, como esperando impresionarlo. -Eso es, ahora mismo.

- ¿Y?

Al mirarlo más atentamente, el Eiden se dio cuenta de que lo que había confundido con calma era en realidad incredulidad, tal vez hasta entusiasmo.

- ¿Y? -repitió Newt, boquiabierto. -Nunca aparecieron dos Novatos en el mismo mes, y Eiden y tú aparecisteis juntos y para colmo ahora viene otro. Y todo esto con un día de diferencia. -Nada más decir esto, se alejó corriendo hacia la Finca.

༻нαѕтα єℓ fιиαℓ (мιинσ у тυ)༺Where stories live. Discover now