Capítulo 9. Fuerte y claro

1K 128 7
                                    

Dos años después

— No quiero hacerlo más .

— Eso ya no importa debes ser fuerte, ya no demuestres tú fragilidad porque tendrán el deseo de seguir rompiendote.

Sentado en una barra yacía un hombre con un aspecto y carácter bastante maduro, sin embargo era menor que Yuuri.
Alto, piel morena, cabellos oscuros y unos ojos impactantes, eran sus mejores atributos, sin contar el cuerpo que tenía.

Ese chico tan bien dotado era Otabek Altin, su mejor amigo desde que había comenzado dentro la prostitución, este chico sólo era un cantinero de dos noches las demás las dedicaba a cuidar del japonés evitando que hiciera alguna estupidez que afectará el negocio, no obstante se volvieron amigos en el camino.
Su  primer cliente fue un hombre con algunos años demás, noche la cual le dejo un mal sabor de boca, aquel hombre que lo tomó fue muy  grotesco y rudo dejando casi con convulsiones a Yuuri, cada noche era así, su pequeño y frágil cuerpo no soportaba a los hombres que le escogían, claro siempre el mejor postor, ya que Yuuri era una valiosa joya lo metieron a las subastas, donde alrededor de veinte personas con ciertos privilegios podían comprar al esclavo o esclava que desearían para pasar una noche.

Durmiendo con diferentes hombres, algunas veces sentía que gozaba el trato que le daban, haciéndolo sentir asqueado de si mismo, ¿En que momento comenzó a disfrutar revolcarse con cualquiera?, no lo sabía, pero esto no significaba que le gustará prostituirse, entonces ¿Qué era?.

— No habló de eso, sólo ... Quiero que me dejen de vender con el señor shell, es un sátiro, no me gusta acostarme con él—  soltó la Copa con champán que le habían servido.

— Entonces era eso, creí que todavía te aterraba este lugar.

— No... Ya me acostumbre.

— Entonces ya no te quejes, hoy me toca doble turno, así que no armes un alboroto como el de la otra vez.

— No fue mi culpa, no debió tocarme el trasero si no quería mi puño en su cara.

— De cualquier manera, no hagas tonterías— sentenció sin tomarle mucha importancia a su amigo.

— Claro, como tú no tienes que hacerlo — terminó su copa para luego irse moviendo sus caderas de una forma altanera.

Había algo que entendía, si quería vivir sin carencias en ese lugar tenía que esforzarse para ganar privilegios y así poder elegir a los  hombres que o tomaría cada noche.

Caminado desganado por el bar captó su atención un hombre bastante alto, no podía ver su cara ya que se encontraba de espaldas, se le quedo mirando por un largo rato, desistió de conocer a ese sujeto, yéndose al otro lado del lugar donde una mujer peliroja le llamaba preocupante.

— Yuuri, Yakov quiere verte.

Designio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora