Capítulo 2. Vengo a ti como un sirviente(primera parte)

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¡Víctor!

¡Víctor Nikiforov!

Una mujer alta de cabellera rubia, se acercó al joven platinado tomando el hombro del muchacho, se veía preocupada hacia mucho que no llevaban a un joven a la mansión, temía por lo que aquellos pecadores le harían al pobre japonés.

—Deberíamos regresar a la cocina, Papá Yakov se enojará si nos ve husmeando por aquí—,advirtió la mujer, sin respuesta del joven mencionó con voz cantarina—los pirozhkis corren riesgo solos en la mesa—, al escuchar la palabra 'pirozhki' sus ojos se ondearon como platos y su sonrisa se volvió un corazón gigante, -—Eso nunca falla— murmuró la mujer con una sonrisa en el rostro.

—Sabes como ganarme Nina, no puedo resistir a tus platillos—dio como respuesta el muchacho.

Víctor Nikiforov, era hijo de uno de los sirvientes del mafioso, su padre era encargado de la comida que ingería el ''Gran Yakov'', siempre vigilaban al sirviente, aunque aun si era el mejor chef en su mansión, ahí seguía siendo un simple ''sirviente'' más, por sus toques de sabor que dejaba en sus platillos habían conseguido conquistar el paladar del mafioso, esto hizo que el pobre cocinero saliera un poco de su miseria, Yakov dejó que él y su esposa junto con su hijo de ocho años, Víctor, se hospedarán dentro de la mansión, cosa que el señor Filipp Nikiforov agradecía de todo corazón, pues sí, el no era rico pero, agradecía a Dios por haberle brindado la hermosa familia que tenía, una hermosa esposa de nombre Anastasia Kozlov.

Se conocierón en un  restaurante, ambos gozaban los buenos sabores, y desde entonces comenzarón a salir hasta que  de un encuentro nació Víctor, no hablaron de eso con nadie además de que eran muy jóvenes sus familias no los querían juntos, incluso rogavan que el bebé nunca hubiera nacido o que Anastasia debió haber abortado al niño, todo con tal de separarlos, así que en una noche huyeron junto con su bebé, por ello eran tan miserables pero, felizmente juntos pues ellos compartían un amor indescriptible, un amor perfecto.

Todo parecía ir de maravilla en la mansión, sin embargo unas semanas después Filipp empezó a notar distante a su querida Nastia, ella apenas quería ingerir la comida que su esposo gentilmente le ofrecía, también el pequeño Víctor se notaba decaído y triste, ambos no comían estaban totalmente distraídos, Filipp simplemente creyó que era por el cambio de aires y que pronto se les pasaría, pero con el paso de un mes esto había llevado a Nastia y  Vitya en una cadena de desnutrición crónica, esto comenzó a preocupar más al pobre Nikiforov, puesto que desde que se habían mudado a la mansión ya no había tenido más intimidad con su esposa, además de que el trabajo lo agotaba ella ya no tenía el mismo entusiasmo por aquello.

Esto lo llevó a creer que su esposa ya no le quería como antes o que tal vez iba a ser el momento en que se terminaría su relación.

—Nastia... mi querida Nastia, dime ¿qué es lo que te atormenta?, o es que, ¿ya no me quieres a tu lado?— dijo el preocupado Filipp con cariño a su esposa, pero esta en lugar de responder rompió a llorar como si no hubiera un mañana.—mi amor no llores, perdón por lastimarte ahora que estas enferma—besó con ternura la mano de Anastasia mientras lloraba.

Una gran fiesta se acercaba el cumpleaños de el mafioso Yakov era en menos de dos días en los cuales Filipp se encargó de preparar el Gran banquete que degustaría los amigos y familia del dueño, todo iba marchando de maravilla, no había errores en los platillos, todos se veían vistosos a los ojos de Filipp, este se empezó a quitar su delantal y lo colocó en una silla, mientras limpiaba la mesa para acomodar el pastel que había preparado para su pequeño notó que su hijo y esposa caminaban lentamente, pasando por la puerta de la cocina, para él era una rutina siempre los veía pasar pero estos no le saludaban o se acercaba, sólo caminaban como si fueran fantasmas que nadie nota.

Filipp, decidió seguirlos por simple curiosidad de adónde iban todas las noches, notó que se dirigían a los dormitorios de la familia, este se apresuró para sacarlos del camino y para que no se metieran en problemas con el jefe, fue tal su sorpresa cuando los vió entrar sin mucho sigilo a la habitación de Yakov, incrédulo de lo que veía siguió el camino de su esposa, en cuenta de que había dejado entre abierta la puerta este colocó su mirada en la pequeña entrada que dejó su Nastia, sus ojos se ondearón por el terror que presenciaba en ese momento.

La mujer entregaba al pequeño, un nudo nació en su interior incapaz de hacer algo sólo presenció la espantosa escena, el mayor obligó al pequeño chuparle su miembro palpitante, luego lo posicionó boca abajo y comenzó a asaltar su entrada, la mujer no hacia nada sólo veía la escena con lágrimas chorreando de a montón entre sus ojos, una vez que Yakov se terminó de divertir con el pequeño, ordenó a la mujer a desnudarse y posicionarse como Víctor lo había hecho, la mirada del niño parecía la de un muerto, tan apagada como si hubiera perdido el interés de vivir.

Por su parte Filipp, dió tres pasos atrás, con el sudor en su frente empezó a correr hacia la cocina, su cordura se fue al caño, y las lágrimas no dejaban de correr.

Aquellas sonrisas por las que había trabajado tanto ya no existían, los sueños  y las esperanzas de que su familia fuera feliz se habían borrado.


El día del festejo, Filipp se levantó más temprano que de costumbre, tratando de salir antes que los guardias, y se fue directo a donde se encontraba el banquete, se acercó a los platillos favoritos de Yakov, tiró en ellos algunas gotas de raticida con la esperanza de que este al probarlo pereciera.

La fiesta estaba más que perfecta, los músicos tocaban las más hermosas melodías, y una que otra para hacer bailar a los presentes, en el techo colgaba un candelabro con muchas decoraciones bañadas en oro y plata, el piso estaba tapizado de color rojo con marcas de oro que formaban un dragón furioso, y que decir de la mesa, llena de copas y vinos caros, platillos que a simple vista podían degustarse, la estética de la fiesta era única de la familia Feltsman.

—Traigan el platillo principal— ordenó un mayordomo de edad avanzada, a la orden, una fila de sirvientes llevaban una gran mesa, en ella tenía un pastel, que por los vistosos colores podía decirse que era delicioso.

Yakov a la vista de tan preciado postre  se levantó de su asiento y con una cara tranquila comentó— Es increible haber llegado a donde estoy, quien diría que este viejo podía llegar a más,  Estoy un tanto deprimido, se suponía que en este día me agasajaria con mis colegas y fieles sirvientes, pero me han hecho enojar,  estoy muy decepcionado de que uno se revelará en mi contra, yo le di trabajo, techo, comida entre otros placeres incluso le dejé traer a su esposa e hijo a vivir a esta mansión, porque no tenían nada— la voz de el mafioso se hacía cada vez más ronca al hablar, fruncio el ceño en dirección a Filipp, este lo miraba con una mirada burlona— Oh Filipp, yo te quería como  un hijo y me has traicionado, maldito insecto—
Levantó la mano y señalandolo ordenó que lo llevarán frente a él.

— Maldito Feltsman, eres una mierda, ¿Cómo pudiste profanar a mi familia?,confíe en ti, trabaje duro y esto recibo— soltando lágrimas dejó salir sus quejas, pero estas sólo se las llevo el viento, Yakov no perdonaría una falta de esa magnitud.

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Hola, actualicé muy rápido y siento que el capítulo está como relleno, pero espero que les halla gustado

Gu bai
😉😘💠🌟✴✳♠

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